Todos los días nos bombardea la publicidad anunciando todo tipo de cremas, en televisión, revistas, radio, etc. No obstante, no importa si seleccionas un humectante en forma de crema, gel, suero o aerosol, lo que es más importante es saber escoger uno que se adapte a las necesidades de humedad de tu piel, que no sea demasiado graso y que contenga el nivel de PH indicado y adecuado para tu tipo de piel.
Has de tener en cuenta que no siempre la crema más cara es la mejor. Existen en el mercado segundas marcas y productos naturales, que se pueden adaptar perfectamente a las necesidades de tu piel.
Antes de elegir, tienes que determinar cual es tu tipo de piel, seca, sensible, grasa, mixta o normal.
- La piel seca tiene los poros cerrados y un aspecto mate.
- La piel sensible, es delicada, ligeramente seca que se irrita fácilmente y propensa a reacciones alérgicas.
- La piel grasa por el contrario, presenta un aspecto brillante y tiene los poros abiertos.
- La piel mixta tiene zonas grasas como la nariz y el mentón y zonas más secas.
- La piel normal tiene una textura suave, no tiene espinillas ni poros abiertos.
No es conveniente aplicar una crema rica en grasas a una piel grasa, ya que ésta no haría más que provocar más segregación de sebo al no dejar transpirar la piel. Por el contrario, a una piel seca le favorecen las cremas grasas porque forman una película sobre la piel que impide que se evapore la humedad.
Las cremas que contienen gran contenido en agua, suelen extenderse muy bien por la piel pero no protegen suficientemente a las pieles secas, sólo son recomendables para las pieles grasas y mixtas, ya que éstas poseen la suficiente capa de grasa para evitar que se escape el agua por sus poros.