Resumen del contenido
Historia de la música durante el ejercicio
En los años 80 el aeróbic entró en nuestras casas gracias a los primeros programas de televisión y, desde entonces, las opciones de ejercicio y deporte se han multiplicado no sólo por disciplinas sino por el tipo de música, lo cual aún hace que las melodías tengan más protagonismo.
La música se basa en movimientos rítmicos, acompasados y eso es lo mismo que ocurre en nuestro organismo. «El ejercicio aeróbico y las funciones fisiológicas básicas, como la respiración y el latido del corazón, constituyen, al igual que la música, actividades rítmicas. Dado que nuestro organismo está habituado a ritmos, la influencia de sonidos acompasados nos ayuda a organizar nuestros movimientos físicos”. Esta es la conclusión a la que llega C. Karageorghis, experto de la Universidad de Brunel (Londres), tras varios estudios sobre la materia.
Beneficios de la música para hacer deporte
Hoy en día puede resultar complicado decidirse por un tipo de actividad porque las hay más o menos movidas. Sin embargo, desde el baile más pausado hasta el más moderno, donde parece que quien lo practica vaya a “descoyuntarse”, son saludables. Al tratarse de actividades de tipo aeróbico, el corazón obtiene todos los beneficios: una mayor oxigenación, mejor calidad de sus vasos y menos riesgo de problemas con la tensión arterial. Además, las articulaciones y los músculos, dependiendo del tipo de ejercicio, también van a tener un papel relevante en cuanto a beneficios se refiere.
Moverse al ritmo de la música potencia la capacidad de coordinación. La gimnasia artística, correr o la danza del vientre aún siendo disciplinas distintas, requieren movimientos concretos y específicos para que el resultado sea el óptimo. Unir tempo y movimientos será perfecto. Por este mismo motivo es más que recomendable que los niños realicen actividades donde se estimulen sus movimientos con la música. De este modo y de manera adicional, su sistema nervioso recibe estímulos que les ayudarán en su desarrollo.
La disociación
En el lenguaje psicológico existe una palabra que describe a la perfección lo que ocurre cuando uno se está ejercitando y escucha música: la «disociación». Sucede cuando el practicante no está pendiente de su nivel de fatiga y cansancio sino que se centra en los efectos positivos que está sintiendo. Es una manera de conseguir liberar tensiones y de que resulte una actividad «desestresante».
Música y rendimiento
No sólo la música es compañera, sino que existen estudios que corroboran que escuchar música aumenta el rendimiento. Según Mark Andrews, autor de un estudio sobre rendimiento y música, «el rendimiento físico aumenta hasta un 20%, además de que brinda una mejor perspectiva sobre el entrenamiento, pues se considera más sencillo».
Para principiantes
Para quien es principiante en esto de la música y el deporte existen listas con canciones motivadoras o incluso aplicaciones para móviles (“Cruise control”) que permiten introducir los objetivos del corredor y proponen el tipo de música que se adapta mejor a la carrera.
Así pues, queda claro que, sea por los estudios validados por científicos o por las sensaciones del deportista, a música es de gran ayuda o una buena motivación para ponerse en forma.
Lo que debes saber…
- La música ayuda a marcar el ritmo y hacer más agradable el ejercicio practicado.
- Moverse al ritmo de la música potencia la capacidad de coordinación.
- El rendimiento físico aumenta hasta un 20% si se ejercita escuchando música.
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