Defensas altas durante el verano
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Parece que nos centremos en mejorar nuestras defensas solamente en las épocas de frío y con la llegada del verano y el calor nos olvidamos de ello. Sin embargo, con los cambios bruscos de temperatura, la sudoración aumentada por el calor, la hidratación incorrecta y los aires acondicionados, nuestras defensas también pueden verse menoscabadas y podemos padecer infecciones leves que podrían intentar prevenirse.
Dieta y actividad física
Más allá de alteraciones del sistema inmunitario que no podemos controlar, como las enfermedades autoinmunes o las propias de la edad avanzada, existen dos factores externos que bien sí podemos modificar de cara a fortalecer el sistema inmunitario: la dieta y la actividad física.
La dieta tiene que ser equilibrada, comiendo de todo en proporciones adecuadas para que el aporte de nutrientes sea el más amplio posible. Tanto comer excesivamente como no nutrirse adecuadamente pueden afectar seriamente al sistema inmunitario, haciéndonos más propensos a padecer enfermedades.
Algunos de los nutrientes esenciales para un correcto funcionamiento de nuestras defensas son:
- Vitamina A, que ayuda a reforzar las defensas naturales de las mucosas; son alimentos ricos en ella el hígado, los lácteos, los huevos, el albaricoque, la cereza, el melocotón y el melón. Unos precursores de la vitamina A son los betacarotenos, muy presentes en las zanahorias, los tomates y el pimiento rojo.
- Vitamina B, en sus diferentes formas (B1, B6, B12), presentes en cereales, legumbres, frutas, huevos, productos lácteos, marisco y pescado azul (salmón, atún, jurel, arenque, anchoa, sardina, emperador, pez espada). Asimismo, cabe decir que el pescado azul aporta los ocho aminoácidos esenciales del organismo y que este no es capaz de producir por sí mismo.
- Vitamina C, que aumenta la producción de interferón, una proteína implicada en procesos de la respuesta inmunitaria; se halla en los cítricos, el kiwi, la papaya, la piña, el melón, las fresas, los tomates, la col, las espinacas y las cebollas.
- Vitamina E, con un gran poder antioxidante, muy presente en aceite de oliva, cereales, frutos secos y verduras de hoja oscura, como el berro, la col, la acelga, la espinaca, el perejil, la col rizada y el brócoli.
- Hierro, presente en mayores proporciones en la carne roja y en menor cantidad en las espinacas, las acelgas y las lentejas.
- Ácidos grasos poliinsaturados como los ácidos omega 3, omega 6 y omega 9, muy presentes en el pescado azul, el marisco, los frutos secos, la soja y los cereales.
- Zinc y selenio, presentes en gran número de alimentos y en mayores proporciones en las legumbres, el pescado azul, el marisco, las frutas y las verduras.
- Antioxidantes, que ayudan a prevenir y repara el daño celular; abundan en el tomate (licopenos), el té verde (catequina), el chocolate puro (flavonoides) y los arándanos (polifenoles), entre otros alimentos.
Por otro lado, la práctica de una actividad física moderada y adecuada a la edad es beneficiosa para el aparato locomotor, cardiovascular, respiratorio e inmunológico. Lo preferible es llevar a cabo una actividad física aeróbica, como por ejemplo correr, nadar, hacer bicicleta, remo o cinta elíptica.
Otras medidas…
Para las defensas, y especialmente en verano, es importante un correcto cuidado de la piel, la primera barrera defensiva de nuestro organismo. Conviene evitar la exposición prolongada al sol, especialmente entre el mediodía y las cuatro de la tarde, siempre con protección solar y con una correcta hidratación con crema hidratante tras tomar el sol.
Asimismo, conviene recordar que, aunque una correcta hidratación es importante durante todo el año, esta cobra mayor importancia en verano, donde con el aumento de las temperaturas y la sudoración nuestra necesidad de ingesta hídrica se ve aumentada.
El calor también hace que se usen los aires acondicionados. Conviene no exponerse directamente a ellos, no dejarlos encendidos durante toda la noche, humidificar el ambiente cuando estén funcionando y no ponerlos por debajo de los 23ºC.
Teniendo en cuentas estas sencillas recomendaciones podremos disfrutar de un verano agradable y de unas merecidas vacaciones sin tener que preocuparnos por problemas de salud. Si tenemos algún trastorno o consulta siempre podemos recurrir al servicio de Orientación Médica Familiar de MAPFRE que la compañía ofrece a sus asegurados de forma totalmente gratuita. /p>
- Una dieta completa y equilibrada nos brindará los nutrientes necesarios para mantener las defensas altas.
- Practicar ejercicio, no exponernos al aire acondicionado directo, protegernos del sol y el calor excesivo… son otras medidas necesarias.
- Muchos seguros de salud ofrecen servicio de Orientación Médica para consultar al especialista en caso de duda.
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