Deporte en verano
Resumen del contenido
La llegada del verano invita a disfrutar de actividades al aire libre y a la práctica de deporte, ya sea de forma individual como correr, nadar, jugar a tenis, o en grupo como jugar una partido de fútbol, baloncesto, etc.. La práctica de deporte en verano sin un entrenamiento y preparación previa puede ocasionar lesiones leves como las agujetas, hasta roturas fibrilares, esguinces u otras lesiones más importantes.
Para evitar lesiones en la práctica del deporte en verano se deben tener en cuenta distintos factores
- Actividad escalonada: Iniciar la práctica con una pauta creciente en el tiempo. No querer hacer en un día el deporte de todo el año.
- Equipamiento: Utilizar ropa técnica adecuada, zapatillas adecuadas al tipo de deporte, protección solar.
- Calentamiento: Ejercitar los músculos de forma relajada durante unos minutos antes de un esfuerzo intenso. Unos pocos minutos de ejercicio pueden elevar la temperatura muscular hasta los 38 º C, haciendo que el músculo sea más elástico, fuerte y resistente a la lesión.
- Estiramiento: (descenso progresivo hasta detener el ejercicio) puede prevenir el mareo y el síncope. En una persona que hace ejercicio intenso y se detiene bruscamente la sangre se puede quedar estancada en las venas dilatadas, produciendo mareo y síncope. El enfriamiento mantiene el aumento de la circulación y ayuda a eliminar el ácido láctico del torrente circulatorio. No previene el dolor muscular del día siguiente (agujetas) que está producido por lesiones de las fibras musculares.
Identificar una lesión
Si aún tomando estas precauciones se produce una lesión, es importante conocer que existen dos tipos de lesiones deportivas: Agudas y crónicas. Las lesiones agudas ocurren repentinamente mientras se está jugando o haciendo ejercicio. Las lesiones agudas más frecuentes incluyen esguinces de tobillo, distensiones en la espalda y fracturas en las manos. Los síntomas de una lesión aguda incluyen:
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- Un dolor severo repentino.
- Hinchazón.
- No poder apoyarse en una pierna, rodilla, tobillo o pié.
- Dificultades en el movimiento normal de una articulación o extremidad.
- Deformidad palpable de una extremidad o una articulación.
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Las lesiones crónicas ocurren después de practicar un deporte o hacer ejercicio por un largo tiempo. Los síntomas de una lesión crónica incluyen:
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- Dolor mientras está jugando o haciendo ejercicio.
- Dolor leve incluso en reposo.
- Hinchazón.
¿Qué hacer si se produce una lesión?
El dolor puede ser el primer síntoma de alarma de una lesión o el inicio de la misma. Por ello es importante que nunca se trate de aguantar el dolor de una lesión deportiva. Se debe cesar la actividad cuando se sienta dolor. Continuar sólo puede empeorar la lesión.
El tratamiento inicial para la mayoría de las lesiones deportivas es RHCE (reposo, hielo, compresión y elevación). La parte lesionada debe estar elevada. Sobre la parte lesionada se debe colocar una bolsa de frío o llena de hielo picado (que se adapta mejor) o en cubitos envuelta en una toalla (nunca aplicar hielo directamente). Se debe aplicar un vendaje elástico sobre la bolsa de frío y alrededor de la parte lesionada. Se alternan 10 minutos con frío y 10 minutos sin éste, durante 60-90 minutos, varias veces al día. Si con estas medidas no hay mejoría o existen dudas, lo mejor es acudir al médico.
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