¿Cómo se define?

Se entiende como tabaquismo pasivo a la inhalación involuntaria del humo del tabaco existente en espacios cerrados, que procede de la contaminación del ambiente producida por el humo de tabaco consumido por las personas fumadoras.

Aunque la prohibición total de fumar en muchos lugares públicos (como transporte público, hospitales y colegios) hace años que en nuestro país es un hecho, todavía existe una legislación que permite fumar en otros lugares públicos como bares y restaurantes y que son actualmente algunos de los principales lugares donde se exponen los no fumadores a situaciones de tabaquismo pasivo.

No hay que menospreciar el riesgo que supone este humo inhalado por los no fumadores ya que existen evidencias de que sea más nocivo que el que inhalan los propios fumadores, debido al mayor contenido en algunas sustancias oxidantes y cancerígenas, como los benzopirenos, derivados de la combustión espontánea del cigarrillo.

¿A quién afecta?

El tabaquismo pasivo afecta a las personas adultas no fumadoras que conviven o desarrollan sus actividades habituales en espacios cerrados donde se permite fumar y especialmente a los niños de familias fumadoras. Se calcula que cerca del 40% de los niños están regularmente expuestos al humo ajeno en el hogar. El 31% de las muertes atribuibles al tabaquismo pasivo corresponde a niños. Los camareros no fumadores que trabajan en locales de restauración donde se permite fumar son un claro ejemplo de fumador pasivo con alto riesgo asociado ya que están expuestos de forma continua y mantenida al humo del fumador.

Por otro lado parece que el riesgo asociado al tabaquismo pasivo depende más de la exposición continuada al humo de tabaco y del grado de susceptibilidad individual.  Así, se considera población más vulnerable o de más riesgo a los niños, las mujeres embarazadas y los enfermos crónicos.

¿Cuáles son sus consecuencias?

Las principales enfermedades que se han relacionado con la exposición involuntaria al humo del tabaque incluyen cáncer de pulmón, enfermedades respiratorias crónicas, infecciones respiratorias, enfermedades cardiovasculares, problemas en el feto en mujeres embarazadas y otros tipos de enfermedades cancerígenas como los tumores de mama, vejiga y laringe. Además provoca otros síntomas más inmediatos debido a la exposición del humo como son irritación ocular, irritación nasal, tos, estornudos, molestias en la garganta, expectoración, ahogo e infecciones respiratorias.

Según los informes aportados por la Organización Mundial de la Salud en su informe «Epidemia Mundial de Tabaquismo 2009», se considera que el tabaquismo pasivo es responsable de una de cada ocho muertes relacionadas con el tabaco, lo que presenta una cifra que alcanza los 600.000 fallecimientos al año en todo el mundo. Por otro lado, la OMS también denuncia la falta de ambientes libres por completo de humo de tabaco.

¿Qué medidas son recomendables?

Tomar conciencia del problema y de los riesgos que supone para la salud el tabaquismo pasivo es fundamental para realizar medidas preventivas adecuadas. La única manera de proteger de los efectos nocivos del tabaquismo pasivo, según la OMS, es promover los espacios totalmente libres de humo. Es importante recordar que no existe un nivel inocuo de exposición al humo del tabaco.

Las medidas intermedias como zonas de fumadores separados o ventiladas parece que no protegen a los no fumadores de  los efectos de la inhalación del humo del tabaco. Ventilar los espacios de fumadores sólo elimina parcialmente los componentes químicos del tabaco y se necesita un tiempo considerable para renovar el aire.

Las medidas recomendables para el no fumador incluyen evidentemente frecuentar únicamente lugares públicos  de diversión (bares, cafeterías, etc.) donde exista la prohibición de fumar. Si el cónyuge o pareja es fumador, debe intentar fumar siempre fuera de casa en espacios abiertos, el riesgo de cáncer de pulmón en la pareja no fumadora de un fumador aumenta considerablemente respecto a pareja de un no fumador.

Respecto a los niños, es importante, que el pediatra que detecte padres fumadores les explique las consecuencias sobre la salud del menor para motivarles sobre la necesidad de dejar de fumar.

Así, es labor de la administración pública concienciar del problema, tomar las medidas pertinentes y que prevalezca el derecho del no fumador frente al no fumador.

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