Resumen del contenido
El nombre anís viene de la palabra latina anisum, de la cual derivan casi todos los nombres que esta planta recibe en Europa (anís en portugués, anis en francés y alemán, anice en italiano, anise en inglés, etc.). Sin embargo, no es el único nombre por el que se la conoce en España, donde de forma popular se le llama matalahúga o matalauva, vocablos provenientes del árabe, cuyo significado podría traducirse como “grano dulce”.
Usos antiguos
En uso culinario se utilizaban sus frutos (igual que ahora) como especie culinaria para aromatizar los alimentos y Plinio (científico, naturalista y militar romano que vivió el siglo I d.C.) recomendaba masticarlos para refrescar el aliento y facilitar las digestiones. Por sus propiedades medicinales era ya conocida en tiempos de Hipócrates (médico griego apodado el “padre de la medicina”), quien por el sigo V a.C, describió sus propiedades expectorantes.
En la Edad Media fue comercializada como “especia” y se consideró con valor de moneda muchos años en el área mediterránea. En esta época se usaba por sus virtudes medicinales como digestiva y se le atribuía poder afrodisíaco. En tiempos de Carlo Magno (siglo IX d.C.) los monjes Benedictinos la introdujeron en Europa Central y al parecer forma parte de la formulación del famoso Licor Benedictine que fue formulado con fines digestivos.
A los frutos de anís se les atribuyeron muchas otras propiedades: curar el hipo, promover la lactancia, para el dolor de cabeza, el insomnio, para curar el cólera e incluso contra el cáncer.
En la actualidad
Los frutos de anís verde contienen aceite esencial, rico en anetol que es la sustancia responsable de su sabor y olor característicos, aunque es al conjunto de sustancias que componen el aceite esencial al que debe sus propiedades: digestiva, carminativa (ayuda a eliminar los gases), expectorante, espasmolítica (tanto a nivel digestivo como respiratorio) y antiséptica. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) acepta su uso tradicional para aliviar los trastornos digestivos leves, incluyendo flatulencia e hinchazón y también como expectorante para aliviar la tos en los resfriados.
¿Cómo tomarlo?
Una forma agradable y eficaz de tomarlo es en infusión. Para prepararla se pone en una taza una cucharadita pequeña de semillas trituradas y se vierte un vaso de agua hirviendo, se tapa y se deja reposar nos minutos. Es importante triturar previamente las semillas, para que el agua penetre dentro y pueda extraer los ingredientes activos y el aceite esencial, para ello basta con triturarlas un poco con la mano del mortero inmediatamente antes de preparar la infusión.
Combinadas con manzanilla, resultan una estupenda infusión digestiva que tomada tras las comidas favorece la digestión y ayuda a eliminar los gases. Se prepara mezclando una cucharadita de flores de manzanilla y media de frutos de anís triturados por taza de agua.
En combinación con flores de saúco (una cucharadita de flores de sauco y media de frutos de anís triturados, por taza de agua), ayuda a aliviar la tos y la irritación de garganta.
«Nota informativa: los contenidos incluidos en esta sección ofrecen información relativa a terapias existentes explicadas por especialistas con experiencia en la materia con un objetivo divulgativo. MAPFRE no pretende en ningún caso posicionarse sobre su idoneidad ni promover expresamente su uso.»
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- Debe sus propiedades al conjunto de sustancias que componen el aceite esencial.
- La Agencia Europea del Medicamento (EMA) acepta su uso tradicional para aliviar trastornos digestivos leves y como expectorante para aliviar la tos en los resfriados.
- Una forma agradable y eficaz de tomarlo es en infusión.