Resumen del contenido
Aunque la medicina y la industria farmacéutica han revolucionado la manera de tratar casi todos los problemas de salud, aún continúan vigentes remedios caseros que utilizan los medios que ofrece la naturaleza para beneficio del organismo.
A continuación, proponemos 4 remedios caseros fáciles y útiles que se pueden utilizar en nuestro día a día.
Exfoliante de jengibre
El jengibre es un rizoma con propiedades antiinflamatorias, antioxidantes y ricas en fitoquímicos que pueden ayudar a mejorar la salud cutánea. La exfoliación de la piel promueve la renovación de las células de la capa externa de la piel eliminado las muertas. No obstante, el jengibre debe emplearse con precaución en pequeñas cantidades y combinado con otros ingredientes naturales.
Se aconseja tener cuidado en caso de pieles sensibles ya que puede resultar irritante. La mezcla que proponemos está dirigida a pieles mixtas y grasas. En caso de acné, quemaduras, cicatrices o cualquier otro problema es conveniente consultar a tu dermatólogo de MAPFRE y seguir sus recomendaciones.
Receta casera
- Ingredientes: 1 cucharadita de raíz de jengibre rallado (3 g), 2 cucharadas de azúcar moreno (30 g), ⅓ taza de aceite de coco (67 g).
- Preparación: en un bol ralla la raíz de jengibre, agrega las dos cucharadas de azúcar moreno y la media taza de aceite de coco (puedes sustituirlo por aceite de almendras). Mezcla todo muy bien hasta que se forme una masa homogénea. Puedes aplicar la preparación una vez a la semana, siempre evitando el contacto con los ojos y las mucosas y mediante movimientos suaves y circulares.
Sacos térmicos
Son muy útiles para aquellas personas que llevan un estilo de vida agitado o con alta exigencia física y que, en consecuencia, sufren dolores musculares relacionados con la tensión, sobrecarga o lesiones musculares derivadas de un accidente o movimiento mal realizado.
Los saquitos térmicos pueden representar una alternativa fácil y efectiva para ayudar a disminuir la inflamación, relajar la musculatura y calmar el dolor. De esta manera, se evitará tratar el problema con cantidades excesivas de analgésicos convencionales.
Receta casera
- Ingredientes: un trozo de tela de algodón resistente al calor, una aguja, hilo, tijeras, semillas (lino, maíz, arroz o garbanzos) y plantas medicinales (lavanda, manzanilla romana, canela, romero y/o azahar)
- Preparación: Meter en el trozo de tela las semillas y plantas medicinales. A continuación, coser el saco con aguja e hilo y meter en el microondas o el congelador para dar la temperatura que más nos convenga (activar la circulación, acelerar su recuperación o aliviar el dolor).
Gel de aloe vera
Es una planta medicinal cuya savia es refrescante, cicatrizante y antibacteriana. Hace siglos que se usa para tratar quemaduras, inflamaciones y llagas en la piel. Si se consume la hoja entera es purgante.
El gel se aplica de forma externa y lo podemos utilizar en pieles secas, acné, heridas, quemaduras, irritaciones, eccemas, psoriasis, picaduras de insectos y ortigas, dermatitis, cortes, pies y piernas cansadas, para después del afeitado, etc.
Receta casera
- Ingredientes: tres o cuatro hojas sanas de aloe vera
- Preparación: cortar las hojas cerca del tallo, lavarlas y quitarles las espinas. Con un cuchillo, separa la parte interior o presionar para retirar la pulpa. Para evitar irritaciones, debes asegurar de que al arrastrar el gel no haya nada de savia amarilla, si fuera así, mejor desecharlo. Almacenarlo en un recipiente de cristal en un lugar fresco que no reciba la luz del sol directa o bien en la nevera.
Crema de árnica
El árnica es una de las plantas más utilizadas en la elaboración de ungüentos y cremas destinadas a aliviar el dolor de lesiones musculares debido a su potente acción analgésica y antiinflamatoria. A continuación, proponemos una crema de árnica casera sencilla para aliviar golpes, contusiones, ampollas, como remedio para desgarros o dolores musculares, o como complemento para esguinces, luxaciones y calmante en caso de artritis reumatoide.
Receta casera
- Ingredientes: ½ taza de árnica seca (250 g), ¼ de taza de cera de abejas rallada (62 g), ¼ de taza de manteca de cacao (62 g), ⅔ taza de aceite de almendras dulces o semillas de uva (156 g), ¼ de cucharadita de bórax (1,2 g), ¼ de taza de agua destilada (62 ml).
- Preparación: en un recipiente que sea resistente al calor, pon a calentar al baño maría el aceite con el árnica durante media hora. Filtra las flores a través de una tela o malla y desecha los restos. Toma media taza de la infusión de aceite, agrégale la cera de abejas y la manteca de cacao, y déjala derretir a fuego bajo. En otro recipiente, mezcla el bórax en el agua y ponlo en el fuego hasta que se caliente bien. Cuando ambas mezclas estén en su punto, viértelas en un solo recipiente, teniendo mucho cuidado porque puede haber una reacción burbujeante. Remueve con cuidado y asegúrate de dejar todo bien mezclado. Para terminar, déjala reposar y luego bátela un par de minutos para lograr una consistencia cremosa. Introduce la crema de árnica casera en un frasco hermético y almacénala en un lugar oscuro. Aplicar una pequeña cantidad de crema y masajear la zona afectada sin emplearla en piel abierta.
Lo que debes saber…
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- Aún continúan vigentes remedios caseros que aprovechan las bondades de la naturaleza para beneficio del organismo.
- Uno de ellos el saquito térmico, relleno con una mezcla de semillas, granos y plantas medicinales y que puede calentarse o enfriarse para lograr el efecto deseado en la zona a tratar.
- El aloe vera es una planta medicinal cuya savia es refrescante, cicatrizante y antibacteriana. Hace siglos que se utiliza para tratar quemaduras, inflamaciones y llagas en la piel.
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NOTA INFORMATIVA:
“Este contenido es meramente informativo explicado por especialistas con experiencia en la materia con un objetivo divulgativo. MAPFRE no pretende en ningún caso posicionarse sobre su idoneidad ni promover expresamente su consumo.”