Resumen del contenido
La valeriana crece silvestre cerca de las corrientes de agua, en sotos de montaña, calveros, prados pantanosos, bordes de ríos y arroyos y es muy común en los bosques húmedos de Europa. También puede cultivarse.
La planta
La valeriana es una planta herbácea vivaz, de tallo anguloso, que crece por encima del metro de altura. Tiene hojas opuestas y se dividen siguiendo las nervaduras para formar hojuelas dentadas. Las flores crecen en los extremos del tallo formando grupos de flores cuyos pedúnculos se insertan a diferentes alturas y terminan en un mismo plano superior; son de color blanco o blanco rosáceo y florecen en primavera y verano. El fruto es un aquenio. La parte que se utiliza con fines medicinales es el rizoma (desecado), que en esta planta es muy grande y del que brotan numerosas raíces secundarias que también se utilizan. El rizoma con sus raíces se recolecta en otoño, a partir de los dos años de la planta, ya que antes las raíces son pobres en principios activos. Rizomas y raíces desprenden un olor penetrante y muy poco agradable incluso después de secos.
Su nombre lo dice todo
Su nombre, valeriana, tiene una aproximación etimológica en el latín, en la palabra valere que significa “para ser fuerte, estar bien”, lo que daría idea de cómo era apreciada esta planta en la antigüedad. Aunque otros autores afirman que el nombre deriva del nombre de la provincia romana de Valeria, entre el Danubio y la Drave, e incluso hay quien sostiene que proviene del alemán “Baldrian” que derivaría del nombre del dios de la luz, Baldur.
Su uso en el pasado
La planta ya fue descrita por Dioscórides, Plinio, Galeno y por la reputada médica y mística Abadesa Hildegarde de Bingen (1098-1179 d.C.), entre otros. Sin embargo, en la antigüedad se le atribuían usos muy distintos a los actuales: estimular las menstruaciones, bajar la fiebre, como diurético, como antiparasitaria, para aliviar la tos, contra los problemas oculares, e incluso la mencionada Hildegarde de Bingen la recomendaba para el dolor de la gota y la pleuresía. Aunque parece que Galeno citó ya su propiedad de facilitar el sueño, al parecer no fue hasta el siglo XVII cuando empezó a utilizarse para combatir los espasmos. Su uso como tranquilizante y sedante se consolidó en el siglo XIX.
Como todas las plantas de olor penetrante y desagradable, se creía capaz de ahuyentar los malos espíritus y se utilizó con fines mágicos para ello, incluso en algunos lugares del norte de Europa se dice que los novios llevaban el día de su boda una ramita de valeriana en el vestido para ahuyentar la envidia de los espíritus, sobre todo si la novia era muy bella.
Usos actuales
Los usos actuales de la valeriana como tranquilizante, calmante del sistema nervioso y favorecedora del sueño vienen avalados por múltiples estudios. Reduce los estados de ansiedad y tiene propiedades relajantes de la musculatura. Además, tiene acción antiespasmódica, por lo que también se utiliza para calmar los espasmos abdominales.
La valeriana está indicada contra los estados de irritabilidad, nerviosismo y en los trastornos del sueño. A las dosis adecuadas induce el sueño sin cambiar su estructura, por lo que por la mañana no tiene efecto “resaca”; tampoco crea adicción. No obstante hay que tener en cuenta que los efectos sobre el sueño no siempre son inmediatos y en los trastornos crónicos en algunas personas se puede necesitar un tratamiento de dos a cuatro semanas para conseguir una mejora significativa. Otras indicaciones de la valeriana son: para aliviar los espasmos del estómago y el vientre, para los trastornos digestivos de origen nervioso y como tratamiento coadyuvante de las contracturas musculares.
¿Cómo tomarla?
Las monografías oficiales recomiendan:
- Para el nerviosismo en adultos: el equivalente a 2 a 3 gramos de raíces por toma (su equivalente en caso de extractos secos), o 1 a 3 ml de tintura en un vaso de agua, a repetir hasta tres veces al día.
- Como ayuda para dormir: la misma cantidad que para el nerviosismo, tomada media o una hora antes de acostarse, con una dosis previa durante la tarde si es necesario. En los niños de 3 a 12 años sólo debe utilizarse bajo supervisión médica.
Cómo preparar una tisana
Debido a su desagradable olor, es más cómodo tomar la valeriana en cápsulas, grageas o comprimidos, aunque también podría consumirse en forma de tisana. Para prepararla se toman de 2 a 3 gramos de raíz y se hierven durante 15 minutos. Después se deja reposar 5 minutos fuera del fuego, se cuela y se endulza al gusto.
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