Resumen del contenido
No sólo en las sociedades desarrolladas
Aunque siempre se han asociado los problemas de salud mental a las sociedades más desarrolladas, este tipo de enfermedades existen también en el tercer mundo. En estos países con ingresos bajos, existe una grave escasez de recursos humanos y económicos en los servicios de salud mental.
Por otro lado, en la sociedad actual las enfermedades mentales están muy estigmatizadas y su desconocimiento puede conllevar al aislamiento y rechazo social de las personas que la padecen. En muchos casos estos trastornos con un tratamiento correcto permiten llevar a los pacientes una vida normal.
Principales enfermedades
- Ansiedad/trastorno de ansiedad generalizada: la ansiedad es uno de los problemas en salud mental más comunes. La ansiedad en sí es una respuesta emocional normal, pero cuando es demasiado intensa, incontrolable e interfiere en la vida diaria, es necesario recurrir a un tratamiento. El estrés está muy unido a la ansiedad.En el trastorno de ansiedad generalizada (TAG), ésta es persistente en el tiempo (más de seis meses) y generalizada, sin estar restringida a una situación determinada.La ansiedad provoca un malestar significativo o deterioro en las relaciones familiares, sociales, laborales o de otras áreas importantes de la actividad de la persona.
- Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC): el TOC es un trastorno que se engloba dentro de los trastornos de ansiedad y se caracteriza por obsesiones (ideas, pensamientos recurrentes y persistentes) y compulsiones (conductas repetitivas que siguen determinados rituales estereotipados), generando conductas extrañas.
- Depresión: la depresión es un trastorno mental frecuente, que se caracteriza por la presencia de tristeza, pérdida de interés o placer, sentimientos de culpa o falta de autoestima, trastornos del sueño o del apetito, sensación de cansancio y falta de concentración. Estos sentimientos de tristeza hacen que el paciente no pueda llevar una vida normal.
La depresión puede llegar a hacerse crónica o recurrente, y dificultar cualquier actividad habitual de la vida diaria. En su forma más grave, puede conducir al suicidio. La forma leve del trastorno depresivo se conoce como distimia.
- Esquizofrenia: es una enfermedad psiquiátrica en la que el paciente pierde contacto con la realidad haciendo que entremezcle la realidad con la ficción, pudiéndose generar comportamientos no deseados e incluso peligrosos. Es una enfermedad mental de curso crónico y que puede generar un gran aislamiento social.
- Trastorno bipolar: es una enfermedad mental que cursa en forma de episodios, en los que se pasa de periodos donde el paciente presenta un estado de gran tristeza y apatía (episodio depresivo) a estados de gran euforia (episodio maníaco).
- Trastornos fóbicos: se caracterizan por un miedo irracional ante un estímulo que hace imposible enfrentarse a él afectando a la calidad de vida. Algunas de las más comunes son la claustrofobia y la agorafobia.
- Hipocondría: se caracteriza por una preocupación excesiva y, en la mayoría de veces muchas veces, injustificada por la salud, lo que le lleva al paciente a estar continuamente alerta e, incluso, puede llevarle a padecer los síntomas de aquellas enfermedades que cree padecer.
En niños y adolescentes las enfermedades psiquiátricas más frecuentes incluyen:
- Trastornos alimentarios: la anorexia y la bulimia son los trastornos de la alimentación más comunes. En la anorexia existe una obsesión por no engordar por lo que se desarrollan conductas encaminadas a perder peso de forma excesiva y a no querer ingerir alimentos. Por el contrario, en la bulimia el paciente siente compulsión por comer pero, al mismo tiempo, remordimientos, lo que le lleva a provocarse el vómito o pasar amplios periodos sin ingerir ningún alimento.
- Hiperactividad: es un trastorno que se caracteriza por un desarrollo inapropiado del nivel de atención, hiperactividad-impulsividad que produce un deterioro significativo en dos o más áreas/aspectos de la vida. Aparece fundamentalmente en los niños en edades tempranas y afectan a su aprendizaje, conducta e interacción social. Este problema puede cronificarse y mantenerse en la etapa de adulto.
Crisis y salud mental
Las condiciones socioeconómicas desfavorables tienen consecuencias perjudiciales sobre la salud, algo que es especialmente notable en la salud mental. En el panorama actual, perder el trabajo, la falta de perspectiva o la incertidumbre laboral, asociado a problemas económicos y de dinámica familiar se han asociado claramente a un aumento de los problemas de salud mental así como a un incremento de la mortalidad por suicidios.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el efecto de las crisis económicas en la salud mental dependerá mucho del contexto socio sanitario, es decir, si existen recursos sanitarios y mecanismos que mantengan el estado de bienestar y la protección del ciudadano su repercusión será menor.
Cuando el estrés relacionado con unas circunstancias socioeconómicas desfavorables es duradero, su impacto en la salud mental es mayor. Colectivos especialmente vulnerables en este sentido son la población infantil, las personas mayores, inmigrantes y trabajadores poco cualificados o en condiciones laborales precarias. También aunque la crisis económica afecta tanto a los hombres como las mujeres, los efectos son mayores en ellas debido a que con anterioridad a la crisis, las mujeres ya partían de una situación de mayor dificultad laboral (peores salarios, mayor dificultad de acceso a un empleo de calidad, trabajos más precarios a lo que se añade la carga del trabajo doméstico y del hogar por falta de conciliación laboral).
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