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Qué es el sesgo cognitivo

Mujer confundida elevando hombros
4 Min de lectura
Los sesgos cognitivos son atajos mentales que distorsionan nuestra percepción y toma de decisiones y pueden influir negativamente en nuestras vidas.
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El ser humano, a lo largo de su evolución, ha desarrollado capacidades asombrosas para razonar, aprender y adaptarse a su entorno. Sin embargo, nuestras mentes no siempre funcionan de manera perfecta. A menudo, nos enfrentamos a lo que se conoce como sesgos cognitivos, atajos mentales que nos llevan a tomar decisiones erróneas o a hacer juicios incorrectos.

¿Por qué se producen los sesgos cognitivos?

Un sesgo cognitivo es un patrón de pensamiento que distorsiona nuestra percepción de la realidad y afecta a cómo tomamos decisiones. Estos sesgos surgen de atajos mentales que nuestro cerebro utiliza para procesar información de manera más rápida, y aunque pueden ayudar a simplificar situaciones complejas, a menudo nos llevan a cometer errores o a hacer juicios imprecisos. Los sesgos cognitivos son automáticos y, en muchos casos, no somos conscientes de ellos, lo que dificulta nuestra capacidad para evaluar la información del entorno de forma objetiva y racional.

Tipos de sesgos cognitivos

Existen muchos tipos de sesgos cognitivos, pero aquí exploraremos algunos de los más comunes y relevantes en nuestra vida cotidiana:

  • Sesgo de confirmación: este sesgo nos lleva a buscar, interpretar y recordar información que confirme nuestras creencias o hipótesis preexistentes. Por ejemplo, si crees que un determinado tipo de dieta es efectivo, tenderás a prestar atención solo a los testimonios que respalden esa creencia y a ignorar la información que la contradiga.
  • Efecto ancla: este sesgo ocurre cuando confiamos demasiado en la primera información que recibimos sobre un tema. Por ejemplo, si entras en una tienda de electrónica y ves un televisor por 1.500€ y justo al lado uno de 2.000€, el precio de 1.500€ se convierte en tu ancla, de modo que si ves un televisor por 1.200€ te parecerá una buena oferta, a pesar de que quizás, el precio siga siendo desproporcionado. El sesgo de anclaje se utiliza en el marketing y la negociación.
  • Sesgo de disponibilidad: este sesgo se refiere a la tendencia de evaluar la probabilidad de que un evento suceda, en función de la facilidad con la que podemos recordar ejemplos de ese evento. Por ejemplo, después de ver noticias sobre accidentes de avión, puedes sobreestimar la probabilidad de que un accidente aéreo ocurra, a pesar de que volar sigue siendo una de las formas más seguras de viajar.
  • Efecto de halo: este sesgo ocurre cuando nuestras impresiones sobre una persona influyen en nuestra evaluación de sus habilidades. Por ejemplo, Si un compañero de trabajo es muy carismático y amable, es probable que también lo consideres competente, aunque su desempeño laboral no sea tan bueno.
  • Sesgo de retrospectiva: este sesgo se produce cuando creemos, después de que un evento haya sucedido, que lo habíamos anticipado. Por ejemplo, después de que tu equipo de fútbol pierda un partido, dices «sabía que iban a perder», cuando en realidad no lo creías antes de que comenzara.
  • Sesgo de optimismo: este sesgo se refiere a la tendencia a sobreestimar la probabilidad de resultados positivos y subestimar la probabilidad de resultados negativos. Por ejemplo, al pensar que nunca tendrás problemas de salud graves como un cáncer o que tu relación amorosa nunca se romperá, a pesar de que estadísticamente hay un riesgo significativo.
  • Efecto de grupo: este sesgo ocurre cuando las personas adoptan ciertas creencias o comportamientos porque otros lo están haciendo. Por ejemplo, cuando te compras determinada ropa o calzado porque una celebridad o persona influyente lo utiliza.
  • Sesgo del statu quo: este sesgo nos lleva a preferir que las cosas permanezcan como están, en lugar de hacer cambios. Por ejemplo, cuando sigues invirtiendo tu dinero en productos financieros que no rinden, simplemente porque estás acostumbrado a ellos, en lugar de buscar opciones más rentables.

¿Cómo nos influyen los sesgos cognitivos en nuestro día a día?

Los sesgos cognitivos desempeñan un papel fundamental en la forma en que percibimos y respondemos a nuestro entorno diario. Concretamente, nos afectan en la toma de decisiones, en nuestras interacciones sociales y en la manera en que interpretamos la información. Al actuar de manera inconsciente, estos sesgos pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad, llevándonos a cometer errores de juicio y a reforzar creencias preexistentes.

Compañeros de trabajo debatiendo frente a un ordenador

¿Qué podemos hacer para mitigar sus efectos?

Para tomar decisiones más informadas y justas es primordial fomentar un pensamiento crítico, buscar diversas perspectivas y cuestionar nuestras propias suposiciones. Para ello, puedes practicar el contraste de perspectivas que consiste en que, cuando enfrentes una situación que requiera tomar una decisión o emitir un juicio, trates de ver el problema desde distintos puntos de vista, especialmente aquellos con los que no estás de acuerdo. Puedes hacer esto conversando con personas que piensan diferente, leyendo opiniones contrarias a la tuya, o, simplemente, poniéndote en el lugar de alguien que tenga otro punto de vista. Este ejercicio ayuda a contrarrestar el sesgo de confirmación que, como hemos explicado, es la tendencia a buscar solo la información que confirme nuestras creencias previas, y fomenta una visión más equilibrada y reflexiva del asunto. Además, mejora tu habilidad para tomar decisiones menos influenciadas por prejuicios iniciales o preferencias personales.

Recuerda que si la situación te sobrepasa es aconsejable que cuentes con la ayuda de un especialista en psicoterapia, puedes buscar entre el cuadro médico especializado de los seguros de Salud de MAPFRE.

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Lo que debes saber…

  • Un sesgo cognitivo es un patrón de pensamiento que distorsiona nuestra percepción de la realidad y afecta a cómo tomamos decisiones.
  • Existen muchos tipos de sesgos cognitivos, como el de confirmación, que nos lleva a buscar, interpretar y recordar información que confirme nuestras creencias, o el de efecto de halo, que ocurre cuando nuestras impresiones sobre alguien influyen en la evaluación de sus habilidades.
  • Para mitigar sus efectos, podemos practicar el contraste de perspectivas: al enfrentarnos a una situación que requiera tomar una decisión o emitir un juicio, tratemos de verla desde distintos puntos de vista, especialmente aquellos con los que no estamos de acuerdo.
Publicado por Mireia Galán
- 7 Ene, 2025
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