Síndrome de Diógenes, causas y tratamiento
Resumen del contenido
Psicóloga sanitaria y psicoterapeuta, con máster en Terapia Cognitivo-Social y en Programación Neurolingüística. Especializada en psicopatología clínica, terapia cognitiva, terapia breve y PNL. Con más de 15 años de experiencia profesional en diferentes centros y teleconsulta.
¿Qué es y por qué se caracteriza?
El trastorno de acumulación, conocido popularmente como síndrome de Diógenes, es un desorden psiquiátrico recientemente incluido en el DSM-5, el último manual oficial de diagnósticos psiquiátricos. Forma parte de los trastornos obsesivo-compulsivos y se caracteriza por la incapacidad para deshacerse de posesiones materiales independientemente de su valor real.
Si bien pueden guardar objetos de más o menos valor, lo más habitual es que se almacenen mezclados de forma caótica con objetos menos relevantes que la mayoría de personas descartarían directamente, o permanezcan apilados con otros objetos en lugares no habilitados para tal fin (el en suelo, en el pasillo, etc.).
Diferencias con el coleccionismo
Cada vez se necesita almacenar más cosas, y pensar en prescindir de ellas genera un malestar y una angustia directamente proporcional, hasta el punto que dichos objetos invaden espacios vitales, abarrotándolos hasta hacerlos inhabitables, tanto por espacio físico como sanitariamente hablando. Por ejemplo, pude ser que la persona no pueda cocinar en su cocina o dormir en su cama debido a la gran cantidad de objetos acumulados. En casos extremos se puede incluso almacenar objetos inservibles o basura.
Toda esta acumulación de cosas genera problemas con el entorno social (familiares, vecinos o incluso autoridades), lo que acaba produciendo también un elevado malestar debido a los conflictos que se generan, sintiéndose la persona progresivamente más sola debido a la sensación de incomprensión por parte de los demás y a la necesidad de intervenir cada vez más acusada del entorno próximo.
Lo que diferencia el trastorno por acumulación de la persona que colecciona o almacena muchas cosas no es la cantidad de elementos que se guardan. En las personas sin problema, la recogida es organizada y sistemática, no produce desorden ni malestar, ni tampoco dificultades relacionales ni laborales.
Una manifestación especial del trastorno de acumulación es el popularmente conocido “Síndrome de Noé”, o acumulación de animales, normalmente perros o gatos, con una falta de estándares mínimos como nutrición, higiene, sanidad, hacinamiento, etc.
¿Quién lo desarrolla más habitualmente?
No existen datos concluyentes, pero se estima que entre el 2 y el 6% de la población puede padecer esta psicopatología. Ocurre en todas las culturas alrededor del mundo.
Es más habitual en varones que en mujeres, y la franja de edad más proclive a padecerlo es en adultos mayores, de entre 55 y 94 años. Alrededor del 50% de las personas que lo presentan tienen algún familiar directo que lo ha padecido antes.
Suelen comenzar algunos síntomas en etapas tempranas de la vida, en la infancia tardía o adolescencia, pero los problemas más graves se dan después, normalmente agravados por situaciones difíciles, estresantes o traumáticas. La indecisión es una característica de personalidad habitual de las personas con este trastorno.
El 75% de los acumuladores presentan también algún trastorno del estado de ánimo o ansiedad. La calidad de vida se va deteriorando progresivamente. Cuando se cronifica y hay una acumulación excesiva, hay mayor riesgo de caídas o lesiones, falta de saneamiento e incluso riesgo de incendio, lo que acaba derivando en procesos legales de desalojo.
¿Los motivos de la acumulación?
Normalmente la persona acumula objetos porque:
- Atribuye un significado emocional a los objetos (recuerdos de momentos o personas).
- Piensa que, en algún momento futuro, el objeto puede resultar de utilidad.
- Se siente más seguro rodeado de los objetos.
- Piensa que desperdiciar cosas no es correcto o ético.
¿Cómo puede el entorno ayudar?
- Nunca confrontes con una persona con acumulación directamente y no le pidas que tire cosas. Para él son indispensables, por lo que puede sentirse violentado y cerrarse en banda. Refuerza incluso que guarde cosas, pero hazle ver la imposibilidad de localizar lo necesario debido al caos y al elevado volumen de objetos. Aclárale que respetas que los acumule, pero que los ponga en orden, que encuentre un lugar adecuado para cada cosa donde pueda encontrar lo que necesite en un futuro, si se da la necesidad. Justamente el ordenar desactiva el trastorno.
- Incluye otros agentes. Consulta con servicios sociales y servicios de salud para asegurar que las necesidades mínimas de la persona estén cubiertas. Ofrece posibilidades de cambio factibles.
- No permitas el aislamiento. Participa en la vida de la persona, muestra empatía, involúcrate en sus necesidades, facilita que exteriorice cómo se siente…
- Pide ayuda psicoterapéutica si la situación como familiar te sobrepasa.
Lo que debes saber…
- Forma parte de los trastonos obsesivo-compulsivos y se caracteriza por la incapacidad para deshacerse de posesiones materiales independientemente de su valor real.
- El 75% de los acumuladores presentan también algún trastorno del estado de ánimo o ansiedad. La calidad de vida se va deteriorando progresivamente.
- Cuando se cronifica y hay una acumulación excesiva, hay mayor riesgo de caídas o lesiones, falta de saneamiento e incluso riesgo de incendio, lo que acaba derivando en procesos legales de desalojo.
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