Resumen del contenido
El trastorno explosivo intermitente (TEI) se caracteriza por episodios recurrentes de agresividad que se producen por la imposibilidad de controlar los propios impulsos. El DSM-5 (manual de psiquiatría de la Asociación Americana de Psiquiatría) cuantifica los criterios para diagnosticarlo de dos maneras:
- Cuando durante al menos en tres meses se producen alrededor de dos agresiones por semana a nivel verbal (berrinches, disputas o peleas) o agresiones físicas contra la propiedad, los animales u otros individuos (sin producir destrucción o lesiones).
- Cuando en los últimos 12 meses se hayan producido al menos tres arrebatos en el comportamiento que causen daños o destrucción de la propiedad o agresión física con lesiones a animales u otros individuos.
Por otro lado, se tienen en cuenta otra serie de criterios, como por ejemplo:
- La magnitud de la agresividad se considera desproporcionada respecto al estímulo que la ha desencadenado.
- Los arrebatos no son premeditados ni tienen un objetivo tangible, por lo que son fruto de la impulsividad.
- Los arrebatos producen malestar en la persona y alteran su rendimiento laboral/escolar o sus relaciones interpersonales y tienen consecuencias económicas o legales.
¿Quién lo manifiesta?
Es más frecuente varones. Puede originarse a partir de los seis años, aunque es más habitual durante la adolescencia, cuando tiene su máxima expresión. Es un trastorno crónico, aunque la gravedad de los episodios agresivos va disminuyendo con la edad.
El porcentaje de la población que lo manifiesta varía mucho entre los diferentes países y según los criterios diagnósticos utilizados, oscilando entre el 1.4% en Irán hasta el 7.3% en EUA.
¿Cuáles son las causas?
- Maltrato, abuso sexual o negligencia en la infancia.
- Contexto social donde se normaliza la violencia o se le atribuyen características positivas (p.ej. valentía, fuerza, masculinidad…), así como contextos con falta de regulación o educación emocional.
- Antecedentes de otros trastornos de salud mental. Las personas diagnosticadas de trastorno de la personalidad antisocial, trastorno límite de la personalidad, trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH), etc. tienen más riesgo de padecerlo.
¿Cómo entender la ira?
Es fundamental entender que tras la ira siempre hay tristeza, son las dos caras de la misma moneda. Tiene que ver con el sentimiento de frustración, algo ha sido distinto de las expectativas que se tenían. El problema con las personas con Trastorno Explosivo Intermitente es que no tienen herramientas y habilidades emocionales para canalizar ese sufrimiento o frustración, por lo que lo expresan incontroladamente con las peores consecuencias.
Es importante recordar que la fuerza que generan las emociones es neutra. En función de lo que hagamos con ella será destructiva o creativa. Para ello es crucial:
- Aceptar la naturaleza salvaje e irracional de las emociones.
- Aprender a ser dueño de la situación a partir de razonamiento y comprensión.
Pautas para manejar la ira
Para empezar a trabajar la ira es importante dejar de ocultar los sentimientos que se esconden tras ella y expresar lo que se siente a la mínima que aparece. Si modificamos su manifestación, también podremos comprender mejor su origen.
- No guardes tu ira. Expresa las pequeñas desavenencias a medida que aparezcan.
- Sé asertivo, háblale a tu interlocutor expresando tus sentimientos o necesidades, teniendo en cuenta las suyas, sin juzgar ni ofender y asumiendo tus propias responsabilidades (no culpes a los demás).
- Ante una situación difícil, pregunta primero cómo lo ve el otro y después explica cómo lo ves tú.
- Baja tu tono y tu ritmo verbal.
- No respondas inmediatamente, aplaza tu respuesta.
- Busca qué cosas normalmente te ayudan a conseguir argumentos para hacerte entender y no perder los nervios.
- Identifica y analiza las situaciones que normalmente te alteran: día, hora, situación, lugar, personas presentes, qué hago, cómo me afecta lo que hago… Te ayudará a encontrar patrones.
- Canaliza tu rabia de forma saludable, por ejemplo, con técnicas de relajación o respiración, actividad física, dar un paseo por la naturaleza…
Lo que debes saber…
- El trastorno explosivo intermitente (TEI) se caracteriza por episodios recurrentes de agresividad que se producen por la imposibilidad de controlar los propios impulsos.
- Es más frecuente varones. Puede originarse a partir de los seis años, aunque es más habitual durante la adolescencia, cuando tiene su máxima expresión.
- El problema con las personas con TEI es que no tienen herramientas y habilidades emocionales para canalizar ese sufrimiento o frustración, por lo que lo expresan incontroladamente con las peores consecuencias.
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