Resumen del contenido
Los beneficios de las duchas de agua fría o de los baños de hielo por sí mismos sobre el organismo carecen de evidencia científica y ésta es poco concluyente al respecto. Sin embargo, sí tenemos evidencia acerca de los beneficios de la aplicación de frío sobre el organismo (aplicación de hielo local, compresas frías, paquetes de gel, masajes con frío, baños en hielo o en agua fría, etc.)
Aplicación del hielo en el ejercicio
Donde parece que hay más evidencia, aunque con estudios publicados de poca calidad y con conclusiones ambiguas, es sobre la utilidad de la terapia de inmersión en agua fría para la mejorar la recuperación muscular tras el ejercicio físico intenso, porque parece disminuir la sensación de fatiga y favorecer la relajación del músculo. Establecer un consenso en cuanto a su recomendación es arriesgado.
En cualquier caso, no es recomendable empezar directamente con agua fría. Lo ideal es hacerlo con un baño de agua tibia e ir disminuyendo la temperatura poco a poco hasta llegar a la fría. En primavera o verano este proceso puede ser más rápido, pero en los meses fríos se debe hacer de forma muy gradual y lenta.
La duración debería ser menor de 15 minutos y a una temperatura de entre 9 y 15ºC. Y es que si los baños o las duchas de agua fría son muy prolongadas o la temperatura es excesivamente baja pueden aparecer: quemaduras, hormigueos, lesiones por congelación, sabañones, etc.
¿Qué beneficios tiene para el organismo los baños de hielo?
En general, la aplicación de frío, sea en la forma que sea, tiene efectos beneficiosos en el organismo:
- Estimula la circulación sanguínea.
- Por su efecto analgésico y antiinflamatorio es muy útil la aplicación de frío en lesiones agudas como esguinces de tobillo o roturas musculares, contusiones, traumatismos, etc.
- Bañarse con agua fría nos mantiene alerta, sirve para despejarnos por la mañana.
- Provoca contracción vascular por lo que resulta muy útil para prevenir o aliviar patologías como la insuficiencia venosa crónica y las varices.
- También se dice que el agua fría es buena para el cuero cabelludo, al menos en el último enjuague, porque mejora el estado general del pelo, le da más brillo y más fuerza, pero también hay muy poca evidencia científica.
- En caso de pico por alergia o picaduras de insectos, con la aplicación de frío se consigue un potente efecto antiinflamatorio.
- Aunque no han demostrado una mejoría objetiva, de manera subjetiva las duchas con agua helada pueden producir una sensación de bienestar, disminuyendo el estrés, relajación, etc. por la liberación de neurotransmisores y la activación nerviosa generada por el frío.
¿Hay contraindicaciones?
No se dan demasiadas contraindicaciones, pero sí hay situaciones especiales, donde hay que ser precavido.
- Las personas con hipotiroidismo tienen hipersensibilidad al frío en general por lo que un baño de agua fría o de hielo puede ser desagradable e incómodo.
- Las personas que sufren de insomnio deberían evitarlo por el efecto estimulante. En este caso, mejor un baño de agua tibia o caliente con efecto relajante.
- Aquellos pacientes con enfermedades autoinmunes como el Síndrome de Raynaud.
- Si se padece crioglobulinemia está totalmente contraindicado.
- Por su efecto vasoconstrictor, en las personas de edad avanzada, hipertensas o con enfermedad cardiovascular se puede producir aumento de frecuencia cardiaca y disminuye la cantidad de sangre que llega al corazón y provocar, síncope, angina de pecho o incluso infarto.
Lo que debes saber…
- Donde parece que hay más evidencia, aunque con estudios publicados de poca calidad y con conclusiones ambiguas, es sobre la utilidad de la terapia de inmersión en agua fría para la mejorar la recuperación muscular tras el ejercicio físico intenso.
- En todo caso, la duración debería ser menor de 15 minutos y a una temperatura de entre 9 y 15ºC.
- Sus beneficios pasan por estimular la circulación sanguínea, su efecto analgésico y antiinflamatorio, pero hay algunas contraindicaciones que conviene tener en cuenta.