Resumen del contenido
Las venas de las extremidades inferiores facilitan el retorno de sangre venoso en sentido ascendente y para ello disponen de unas válvulas de drenaje. El sistema venoso superficial drena hacia el profundo a través de las venas comunicantes, también llamadas perforantes. La sangre venosa circula mayoritariamente por el sistema venoso profundo con mayor capacidad de distensión y deformidad que el superficial.
Aparecerá insuficiencia venosa crónica cuando el retorno venoso se vea menguado por incompetencia valvular, de cualquier causa, que provoque reflujo de sangre desde el sistema venoso profundo al superficial, lo que provocará la aparición de varices por aumento de presión. Hablamos de varices para referenciar las venas patológicamente dilatadas. En función de su diámetro hablaremos de: telangiectasias o arañas vasculares (inferior a 1 mm), varices reticulares (1-3 mm), venas varicosas (mayor a 3 mm) y varices tronculares (en grandes vasos).
¿Qué síntomas produce?
Los síntomas más frecuentes de la insuficiencia venosa crónica son el dolor, la sensación de pesadez, cansancio u hormigueo, el picor y los calambres. Estos síntomas mejoran al elevar las extremidades o al estirarnos y con la exposición al agua fría. Con el paso del tiempo pueden aparecer otros síntomas como pigmentación cutánea, varices pélvicas, celulitis, úlceras vasculares, trombosis, tromboflebitis, etc.
¿Cómo se diagnostica la IVC?
El paciente es diagnosticado de insuficiencia venosa crónica a través de los síntomas que manifiesta el paciente y que empeoran en periodo estival. No obstante, es imprescindible indagar sobre sus hábitos y realizar una exploración física (inspección y palpación). Así mismo, es muy importante comprobar la presencia de pulsos distales y su simetría con el lado contralateral.
El cálculo del llamado Índice tobillo/brazo es un método sencillo, económico y no invasivo que se calcula mediante la medición de la presión en el miembro superior y en el inferior. Consiste en dividir la tensión sistólica de la extremidad inferior entre la superior. Este cálculo nos permitirá conocer la indicación de medias de compresión en el paciente. Su valor normal es entre 1 y 1,30, si es inferior a 0,9 estarían contraindicadas por sospecha de patología arterioesclerótica.
También se puede realizar una ecografía con Doppler. Mediante un sistema de ultrasonidos, nos permite estudiar la anatomía, el flujo arterial y venoso y el comportamiento valvular. Esta prueba diagnóstica de IVC no invasiva ha reemplazado a las anteriores.
Tratamientos y ejercicios recomendados
Una vez confirmado el diagnóstico de insuficiencia venosa crónica, debe valorarse la indicación terapéutica en función del grado de afectación del paciente.
Si tienes síntomas leves
En caso de síntomas leves con poca área vascular afectada puede ser suficiente con la instauración de unas medidas correctivas que fomenten la práctica deportiva:
- Practicar deporte hace que la contracción muscular actúe a modo de bomba facilitando el retorno sanguíneo en contra del sentido de la gravedad.
- Los masajes ascendentes con productos venotónicos que refuerzan las venas-
- La ducha con agua fría en las extremidades inferiores-
- El control ponderal.
- Los cambios posturales frecuentes en caso de posiciones mantenidas.
- Las medidas de compresión mejoran la sintomatología y ralentizan el deterioro de la pared venosa. El grado de compresión de unas medias se mide en función de la presión ejercida a nivel de tobillo y se mide en milímetros de Mercurio. Existen diferentes niveles de compresión (ligero 20mm, normal de 20 a 30 mm y fuerte de 30 a 40 mm Hg). También existen diferentes tipos de compresión (elástica e inelástica). Por ejemplo, la compresión elástica es pasiva y efectiva en reposo ejerciendo presión de abajo arriba, es decir, de tobillo a cadera. Mientras la inelástica es efectiva durante el ejercicio y potencia el retorno venoso en sentido ascendente.
- Elevar los pies de la cama aproximadamente unos 20 cm para reducir la sensación de pesadez de las piernas.
- La terapia de Kneipp que consiste en el uso del contraste térmico, una combinación de chorro de agua fría y tibia para estimular el retorno venoso.
Si tienes síntomas severos
En caso de afectación severa del retorno venoso debe recurrirse además al uso de fármacos venotónicos, de eficacia controvertida. El tratamiento invasivo se reserva a los pacientes sintomáticos que no responden al tratamiento conservador pudiéndose emplear diferentes técnicas que serán seleccionadas en función, sobre todo, del tamaño y la ubicación de la vena a tratar. Los tratamientos invasivos pueden ser:
- Químicos (escleroterapia o inyección de líquido obliterante en el interior de la vena)
- Térmicos (láser)
- Mecánicos (fleboextracción de la vena safena y sus comunicantes o stripping o bien flebectomía por segmentos).