Resumen del contenido
¿Qué es?
El pericardio es una envoltura formada por dos capas que envuelve el corazón constituyendo su capa más externa. Entre estas dos capas hay una pequeña cantidad de líquido (intrapericárdico) que lubrica constantemente las superficies y permite que el corazón se mueva fácilmente durante la contracción.
Cuando esta envoltura se daña por cualquier causa, la más frecuente una infección, se produce una reacción de inflamación que se denomina pericarditis.
Según su duración la pericarditis se considera aguda (menos de 6 semanas), subaguda de 6 semanas a 6 meses) o crónica (más de 6 meses).
En la pericarditis crónica constrictiva se produce un engrosamiento y endurecimiento del pericardio secundario a una inflamación prolongada.
¿Cómo se produce?
Generalmente el engrosamiento del pericardio es secundario a una infección (pericarditis aguda) o a un derrame pericárdico crónico que provoca la aparición de cicatrices y rigidez de esta envoltura. Debido a estas alteraciones el corazón es menos elástico con lo que se ve limitado el llenado de los ventrículos.
Las causas principales de pericarditis incluyen:
- Infecciones (pericarditis): virus, bacterias, hongos, tuberculosis.
- Secundarias a una lesión del corazón como después de un infarto o de un traumatismo.
- Enfermedades generalizadas que afectan al corazón como la fiebre reumática, el lupus eritematoso o la artritis reumatoide.
- Fármacos, radioterapia.
- Tumores.
- Lesión de la aorta.
- En muchos pacientes la causa es desconocida.
Síntomas
Los síntomas pueden ser muy inespecíficos y similares a otras enfermedades cardíacas. Pueden existir síntomas generales como debilidad, fatiga, aumento de peso e hinchazón especialmente en piernas y abdomen. Puede aparecer sensación de falta de aire (disnea) que suele ser progresiva. Uno de los hallazgos más típicos es la distensión de las venas del cuello.
Diagnóstico
El diagnóstico de la enfermedad puede ser difícil. Éste se basa en la historia médica del paciente, signos clínicos de la enfermedad y en el estudio del pericardio mediante pruebas de imagen que permiten ver el engrosamiento del mismo.
Las alteraciones registradas en el electrocardiograma y la imagen obtenida por ecocardiografía, resonancia magnética y el TAC son las pruebas más utilizadas.
Tratamiento
El tratamiento de esta enfermedad incluye el tratamiento de la causa que lo provoca y mejorar la función cardiaca mediante fármacos como los diuréticos y la restricción de sodio en la dieta.
El tratamiento definitivo de la enfermedad es el quirúrgico. Se denomina pericardiectomía y consiste en cortar y eliminar parte del pericardio, con ello se permite recuperar la función normal del corazón. Se recomienda realizar el tratamiento quirúrgico en fases relativamente tempranas de la enfermedad.
Prevención
El tratamiento adecuado de enfermedades del pericardio que pueden evolucionar a una pericarditis crónica, pueden evitarla aunque en muchos casos esto no es posible.