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Enfermedades por el sol y las radiaciones solares

4 Min de lectura
La exposición solar puede generar una serie de lesiones en la piel con síntomas complejos. Por eso, es siempre recomendable tomar una serie de medidas preventivas para evitarlas.
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Tomar el sol se ha considerado un hábito saludable, pero un exceso de sol en determinados tipos de piel puede provocar ciertos problemas, como quemaduras solares, arrugas, pigmentaciones, cambios de la textura de la piel, y, lo que es más importante cáncer de piel.

La radiación solar se compone de radiación visible e invisible. La fracción invisible de la luz, representada por los rayos ultravioleta A (UVA) y ultravioleta B (UVB) es la causante de la mayoría de los problemas de piel.

Los rayos ultravioleta son más intensos y peligrosos en verano, en zonas próximas al ecuador, y en grandes altitudes. También pueden tener una intensidad significativa en los días nublados (es sabido que nos podemos quemar en la playa incluso en un día nublado).

Ciertas barreras físicas como el cristal de una ventana dejan pasar los UVA, y ciertas ropas de tejidos poco tupidos pueden dejar pasar hasta un 50 % de la luz ultravioleta, y todo esto debe tenerse muy en cuenta.

Cómo evitar lesiones del sol

  • La protección solar puede ayudar a prevenir los daños inducidos por la luz solar y reducir el riesgo de cáncer. La primera medida de fotoprotección debe ser evitar el sol en las horas centrales del día (Entre 10 am y 4 pm) y utilizar ropas adecuadas (protección física). En último término, deben emplearse las conocidas cremas fotoprotectoras.
  • La ropa adecuada debe ser de un tejido lo suficientemente tupido, y sombreros o gorros de ala ancha para proteger la región facial. Asimismo, deben utilizarse gafas de sol para proteger la región ocular.
  • Las sombrillas y sombreros protegen de los rayos UV que inciden de forma vertical, pero no contra la luz difusa que se produce por reflejo sobre el agua, la arena y otras superficies. Hay que recordar que los rayos ultravioleta son invisibles, y nos puede parecer que estamos protegidos del sol cuando en realidad no lo estamos.

Los fotoprotectores actúan absorbiendo o reflejando los rayos del sol en la piel. Están disponibles en forma de cremas, lociones, geles, sprays o barras labiales. El factor de protección solar (SPF) es un número que debe especificar su capacidad bloqueadora de los rayos ultravioleta. No existe el fotoprotector perfecto.

La mayoría son buenos bloqueadores del UVB, que causa el enrojecimiento o eritema solar, y las quemaduras solares, pero no cubren tanto el UVA que está más asociado con el daño de la piel y el cáncer cutáneo.

Los protectores solares deben tener como mínimo un factor de protección 15. Personas con piel más blanca, de ojos claros, que se queman con facilidad, pueden necesitar de entrada protectores de índice más elevado, como el 30 o el 50.

Ningún fotoprotector tiene una duración de acción que supere las 2 horas, incluso los comercializados como resistentes al agua, así que deben reaplicarse con frecuencia, especialmente en condiciones de ejercicio y sudor, y baños en el agua. Además, es conveniente aplicarlos una media hora antes de la exposición al sol para que sean realmente eficaces.

Consejos específicos sobre la protección solar

  • Utilice un protector solar con un índice de protección 15 al menos. Debe aplicárselo sobre toda la piel expuesta al sol, incluyendo los labios, e incluso en los días nublados.
  • Si está expuesto al agua, ya sea nadando, duchándose o sudando, debe emplear un protector solar resistente al agua.
  • El protector solar debe aplicarse de nuevo cada 2 horas.
  • Utilice un sombrero de ala ancha y gafas de sol.
  • Busque la sombra en la medida de lo posible.
  • Lleve ropas que le protejan del sol, de tejidos tupidos que no dejen pasar la luz.
  • Planee sus actividades al aire libre fuera de las horas de mayor insolación (entre 10 am y 4 pm).

Consecuencias y enfermedades de la piel por el sol

Si has estado expuesto al sol sin seguir las recomendaciones para evitar lesiones, es posible que te enfrentes a alguna de estas consecuencias:

Quemaduras solares

Es el efecto inmediato del sol más conocido, y es debido a los ultravioleta B. Puede aparecer durante las 24 horas siguientes a una exposición solar intensa. Una quemadura grave puede provocar enrojecimiento, dolor, hinchazón, e incluso ampollas. En casos graves pueden aparecer síntomas generales, como fiebre, escalofríos o dolor de estómago, que indican una atención médica urgente.
No existe un tratamiento específico para las quemaduras solares. Pueden ser de ayuda las compresas con agua fría, o las lociones hidratantes.

El bronceado

El bronceado es un efecto tardío de la exposición al sol, y las personas lo consideran en general un signo de buena salud. Los dermatólogos saben que el bronceado es en realidad el resultado de un daño infringido a la piel. Nuestra piel se protege del exceso de sol fabricando más melanina, por eso se broncea.

Los rayos UVA de los salones de bronceado son tan nocivos para la piel como la luz solar, o incluso más, porque la radiación ultravioleta A es capaz de penetrar en la piel a mayor profundidad, y es la responsable del envejecimiento prematuro de la piel y del cáncer de piel.

El envejecimiento y las arrugas

Las personas que han pasado años de su vida trabajando al aire libre desarrollan un envejecimiento de la piel más acusado, con una mayor afectación de la textura y la elasticidad de la piel, una mayor formación de arrugas y de manchas.

El cáncer de piel

Es bien conocido que la luz solar es un factor implicado en la provocación de cáncer de piel, tanto el carcinoma basocelular y escamoso como el melanoma. Un 90 % de estos cánceres aparecen en las zonas de la piel expuestas al sol: la cara, el cuello, las orejas, las manos y los antebrazos.

Las reacciones alérgicas

Algunas personas desarrollan reacciones alérgicas en la piel. En algunos casos, estas reacciones pueden aparecer después de la exposición al sol.

Los síntomas pueden ser placas rojas, ampollas o habones, localizadas en zonas donde toca el sol, como la cara, el escote, los brazos y las manos. En ocasiones estas reacciones son causadas por alergia a plantas, medicamentos o cosméticos, siendo necesario que haya luz solar para provocar la reacción.

Es especialmente importante protegerse de las radiaciones solares para evitar lesiones en nuestra piel. Por ello, ante el mínimo indicio de mancha o lunar extraño en la piel, es aconsejable acudir al dermatólogo para que lo analice. En este caso, el Seguro de MAPFRE Salud se presenta como una buena opción para contar con los mejores especialistas en los momentos en los que más lo necesitemos.

Publicado por Dr. Jorge Romaní De Gabriel
- 21 Jun, 2021
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