Pitiriasis versicolor ¿es contagiosa?
Resumen del contenido
Médico cirujana especialista en medicina familiar y comunitaria. Además, es graduada en Psicología y trabaja como médico del Dispositivo de Apoyo en el Distrito Metropolitano de Granada. Compagina su labor profesional con la divulgativa escribiendo artículos médicos.
Es un hongo saprofítico, es decir, que convive con nosotros (en nuestra piel) y no produce enfermedad. Sólo en determinadas ocasiones, produce las lesiones. Al ser un hongo que presenta el 90-100% de la población, no se considera una enfermedad contagiosa.
¿Qué síntomas produce la pitiriasis versicolor?
Generalmente, aparecen lesiones redondeadas en la piel de espalda, hombros y cuello. Son lesiones características, algo descamativas, que cambian de color al cambiar la estación.
De hecho, de ahí viene su nombre, “Versicolor”, pues cambia de una coloración marronácea en invierno, a hacerse blanquecina en verano. Esto es así porque el hongo hace de barrera e impide la pigmentación “normal” de la piel tras la exposición solar.
Además, las lesiones serán descamativas, produciendo el signo de la Uñada (descamación al rascado), muy característico y que ayuda en su diagnóstico.
¿Es contagioso?
Como hemos dicho, el hongo que lo produce es saprofito, por lo que está presente en casi la totalidad de la población, y sólo ante determinadas circunstancias, producirá la enfermedad. Por lo tanto, se puede decir que no es una enfermedad contagiosa.
Causas que provocan la pitiriasis versicolor
Las circunstancias que favorecen su aparición son las siguientes:
- Altas temperaturas y humedad en el ambiente.
- Uso de aceites.
- Exceso de sudoración.
- Alteraciones de sistema inmunitario, bien por enfermedades autoinmunes o por tratamientos inmunosupresores.
- Es más frecuente en jóvenes, donde se produce una mayor secreción sebácea debido a las hormonas sexuales.
- Climas tropicales y durante meses estivales.
- Uso de ropa ajustada.
- Piel grasa.
- Embarazo
- Diabetes
¿Cómo se diagnostica?
Ante la presencia de los síntomas antes descritos, debes acudir a tu médico de familia para confirmar el diagnóstico. Generalmente, basta con la inspección para confirmarlo, o la realización del signo de la uñada, o la visualización bajo la Luz de Wood, en la que las lesiones emiten luz fluorescente amarilla.
Ante una duda razonable, tu médico de familia puede derivarte al dermatólogo, médico especialista en las enfermedades de la piel.
¿Con qué enfermedades se hace el diagnóstico diferencial?
En ocasiones, la Pitiriasis versicolor se puede confundir con otras entidades, al presentar lesiones con similares características (lesiones hipocrómicas -blanquecinas- y descamativas), por lo que se deben tener en cuenta:
- Vitíligo: es una enfermedad autoinmune que produce lesiones blanquecinas, bien delimitadas, pero en localización totalmente distinta. En este caso, las lesiones se localizan frecuentemente en codos, rodillas, dorso de las manos y zonas periorificiales (boca, nariz…)
- Pitiriasis alba: se produce generalmente en la infancia, y produce lesiones blanquecinas y descamativas en cara y en zonas de extensión, relacionada con dermatitis atópica.
- Cloasma: lesiones hiperpigmentadas (coloración marronácea) en cara, y suele ocurrir en mujeres en edad fértil y durante el embarazo.
- Tiña corporis: es otra dermatomicosis, producida por Tiña corporis, que produce lesiones anulares (en anillo) con borde sobreelevado y descamativo, muy pruriginosas, y crecimiento centrífugo.
- Pitiriasis rosada: lesiones rosadas redondeadas de pequeño tamaño, descamativas, tras la aparición de una primera lesión de mayor tamaño (medallón heráldico). Desaparece por si sola.
Tratamiento de la pitiriasis versicolor
La Pitiriasis versicolor es una patología banal, que responde bien al tratamiento, si bien es cierto, que puede volver a aparecer si persisten las circunstancias que lo han precipitado.
El tratamiento inicial, y el más frecuente, será con antimicóticos tópicos, es decir, se aplicarán los antimicóticos en forma de jabones, geles y cremas. Los más utilizados son el ketoconazol, el miconazol o la terbinafina.
En las formas más resistentes, se puede probar con el tratamiento oral, aunque esto no está exento de efectos secundarios, que se deben valorar. Los tratamientos orales mas frecuentes son el itraconazol, el fluconazol o el ketoconazol.
Para resumir…
- Recuerda que no es una enfermedad contagiosa.
- Tiene tratamiento curativo, pero al ser parte de la flora habitual, pueden aparecer recurrencias.
- El tratamiento es sencillo y tópico (mediante cremas y jabones).
- Sólo en casos de gran extensión o en recurrencias múltiples, se dará tratamiento oral.
Lo que debes saber…
- El hongo que lo produce es saprofito, por lo que está presente en casi la totalidad de la población, y sólo ante determinadas circunstancias, producirá la enfermedad. Por lo tanto, se puede decir que no es una enfermedad contagiosa.
- Generalmente, aparecen lesiones redondeadas en la piel de espalda, hombros y cuello. Son lesiones características, algo descamativas, que cambian de color al cambiar la estación.
- El tratamiento inicial, y el más frecuente, será con antimicóticos tópicos, es decir, se aplicarán los antimicóticos en forma de jabones, geles y cremas. Los más utilizados son el ketoconazol, el miconazol o la terbinafina.
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