¿Qué es el esófago de Barrett?
Resumen del contenido
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El esófago de Barrett es una complicación derivada del reflujo gastro-esofágico crónico y mantenido. Por tanto, es una patología relevante en cuanto al riesgo que implica o su predisposición al cáncer de esófago.
Se trata de una alteración en el epitelio que reviste el esófago distal, en la zona de unión entre el esófago y el estómago. La acción continuada del ácido gástrico sobre este epitelio puede asociarse a una lesión precancerosa.
Síntomas del esófago de Barrett y diagnóstico
La sintomatología más frecuentemente asociada a esta entidad es la pirosis (acidez), la regurgitación y la disfagia (dificultad al tragar).
Su diagnóstico se realiza mediante una endoscopia en la que se toman muestras histológicas (biopsias) para la confirmación diagnóstica. En caso de que se evidencie una alteración del epitelio del esófago deberán realizarse controles endoscópicos posteriores con toma de biopsias para su seguimiento evolutivo. La frecuencia de estas endoscopias dependerá del grado de displasia detectado.
Existen otras posibilidades de diagnóstico mediante nuevas técnicas mínimamente invasivas:, por ejemplo la Citoesponja. Consiste en la ingestión de una cápsula gelatinosa que se disuelve en el estómago formando una pequeña esponja. Cuando es extraída va recogiendo muestras del esófago que se analizan con un marcador inmunohistoquímico. Este marcador diferencia la extirpe de las diferentes células.
Resultados tras el estudio
Tras el estudio puede concluirse la presencia de una displasia o afección precancerosa que se clasificará en función del grado de afectación del epitelio pudiendo encontrar una displasia de “alto grado”, de “bajo grado” o de grado “indefinido”.
- La displasia de alto grado es la de peor pronóstico por su mayor riesgo de malignización.
- La displasia de bajo grado indica que se observan algunas modificaciones anormales en la muestra obtenida.
- La displasia de grado “Indefinido” cuando la muestra obtenida por biopsia no es concluyente. En caso de que la displasia esté confirmada el digestólogo realizará un seguimiento evolutivo.
La confirmación diagnóstica de esófago de Barrett sin displasia también sería una indicación para un seguimiento evolutivo, pero permitiría dilatar las visitas en el tiempo, así como la realización de pruebas de seguimiento (endoscopia superior con biopsia).
¿Quién suele padecer el esófago de Barrett?
En cuanto a su incidencia, el esófago de Barrett es el doble de frecuente en hombres que en mujeres y se asocia directamente a una hiperacidez mantenida. Una de cada 10 personas con reflujo gastroesofágico grave puede desarrollar un esófago de Barrett. Otros factores de riesgo asociados son la edad avanzada, la hernia de hiato, la obesidad, el síndrome metabólico, el tabaquismo y el síndrome de sleep apnea.
Tratamiento
Por otro lado, el Esófago de Barrett debe abordarse terapéuticamente. Entre el abanico de posibilidades contamos con fármacos y/o cirugía. Inicialmente se opta por tratamiento médico sintomático junto a una dieta específica para controlar los síntomas.
El tratamiento médico estrella consiste en el empleo de una familia farmacológica llamada “Inhibidores de la bomba de protones” (IBP) muy eficaces en la mejoría sintomática del reflujo. La duración del tratamiento dependerá de la severidad de los síntomas y de los hallazgos de la biopsia.
Otros tratamientos posibles son:
La ablación endoscópica térmica emplea energía fotodinámica y radiofrecuencia que actúa sobre la capa superficial del esófago donde se localiza el tejido anormal del Esófago de Barrett. Existe otra alternativa de ablación con crioterapia empleando dióxido carbónico o nitrógeno líquido.
- El tratamiento endoscópico con resección erradicadora se emplea cuando se visualizan lesiones displásicas en la endoscopia. Tras su realización suele hacerse una ablación complementaria.
- La esofaguectomía (o exéresis esofágica) se ha considerado el tratamiento definitivo de la displasia de alto grado por eliminar la totalidad del tejido enfermo sin embargo es un tratamiento agresivo.
LO QUE DEBES SABER…
- Es una patología relevante en cuanto al riesgo que implica o su predisposición al cáncer de esófago.
- La sintomatología más frecuentemente asociada a esta entidad es la pirosis (acidez), la regurgitación y la disfagia (dificultad al tragar).
- Si no hay displasia debe abordarse terapéuticamente. Entre el abanico de posibilidades contamos con fármacos y/o cirugía. Inicialmente se opta por tratamiento médico sintomático junto a una dieta específica para controlar los síntomas.
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