Resumen del contenido
El virus de la hepatitis A es uno de los 6 virus principales responsables de hepatitis. Se trata de un grupo de virus que tienen especial afinidad por el hepatocito o célula del hígado, en el interior de la cual se multiplican. La hepatitis A es una enfermedad benigna, autolimitada y que cura sin dejar secuelas. Los pacientes quedan libres de síntomas en un plazo de entre 3 y 6 meses. Las complicaciones graves de la enfermedad como fallo hepático o el fallecimiento son excepcionales en personas previamente sanas.
¿Cómo se produce la enfermedad?
El virus de la hepatitis A se encuentra en las heces de animales o personas contaminados por este virus. Las personas se infectan cuando entran en contacto con heces contaminadas o con aguas o utensilios contaminados por estas heces. Se dice que la hepatitis A es una enfermedad típica del viajero que viaja a países subdesarrollados.
¿Cómo se contagia la Hepatitis A?
Las principales vías de contagio para el hombre son:
- Ingerir alimentos contaminados por heces de animales o de personas portadores del virus (por ejemplo, a través de productos frescos como frutas o verduras que no han sido correctamente lavados)
- Beber agua contaminada con heces portadoras del virus, por ejemplo, en las áreas del mundo donde la higiene o las condiciones sanitarias son deficitarias.
- Por contacto con manos contaminadas con heces portadoras del virus.
- Por contacto sexual anal con persona infectada por el virus.
Las personas infectadas por el virus pueden trasmitir la enfermedad desde el momento en que fueron infectados por el virus hasta 2 semanas después de que aparezcan los primeros síntomas de enfermedad. Personas inmunodeprimidas pueden trasmitir la enfermedad hasta 6 meses después de haber sido infectados por el virus.
Síntomas de Hepatitis A
La hepatitis A puede ser asintomática, especialmente en niños. Cuando es sintomática, los principales síntomas que pueden aparecer son:
- Cansancio
- Fiebre elevada
- Molestias abdominales
- Síndrome gripal (tos, estornudos, escalofríos, dolores óseos o articulares generalizados)
- Picor de la piel
- Cambio de coloración de la piel y las mucosas (coloración amarillenta)
- Cambio en la coloración de las heces (heces blanquecinas).
Diagnóstico de la enfermedad
El diagnóstico de la hepatitis A es realizado por el médico general o internista en la consulta del centro médico u hospital. El diagnóstico se basa en la exploración física del paciente, la sintomatología que presenta y el resultado de los estudios complementarios que se realicen entre los que destacan una analítica de sangre y una ecografía hepática (deben mostrar signos de inflamación hepática y/o presencia del virus o de anticuerpos)
Tratamiento del virus de la hepatitis A
En la mayoría de las ocasiones el tratamiento se realiza de forma ambulatoria, con reposo en cama y medicación para los síntomas que el paciente pueda presentar. Se recomienda una buena hidratación mediante la ingesta de abundantes líquidos. También debe realizarse una dieta pobre en grasas para evitar vómitos y problemas digestivos.
Los casos graves en los que se objetivan signos de insuficiencia hepática (alteración de su función) requieren de ingreso hospitalario para su tratamiento.
Prevención de la enfermedad
La hepatitis A puede prevenirse mediante el uso de la vacuna frente al virus de la hepatitis A. Por eso, las personas que viajen a países subdesarrollados o endémicos para la hepatitis A deben recibir información en los centros de vacunación internacionales antes de iniciar su viaje.