Resumen del contenido
Síntomas habituales
La sintomatología de la diabetes mellitus se debe a la hiperglucemia. El aumento mantenido del azúcar en sangre produce los tres síntomas cardinales:
- Poliuria (aumento de la cantidad de orina),
- Polidipsia (aumento de la sed y, por tanto, la ingesta de grandes cantidades de agua o líquidos)
- Polifagia (ganas de comer sin parar).
Como consecuencia de ello, en una primera fase hay pérdida de peso, aparecen náuseas y vómitos y el paciente tiene cansancio generalizado.
Otras complicaciones
Si continúa el aumento del azúcar en sangre aparecen las complicaciones agudas:
Cetoacidosis
Aparece de forma bastante rápida en forma de:
- Náuseas y vómitos
- Sed intensa y constantes ganas de orinar
- Dolor abdominal
- Respiración rápida y superficial, hasta llegar al coma.
Para que se desarrolle una cetoacidosis diabética es necesario el déficit completo o casi completo de insulina y un exceso de hormonas con efecto contrario a la insulina, principalmente el glucagón, que es otra hormona fabricada también por el páncreas. Estas dos condiciones se suelen presentar en el individuo con diabetes aún no conocida al que se añade una enfermedad aguda (una infección, un infarto de miocardio, etc.) y en el individuo con diabetes ya conocida pero al que no se administra insulina por error o porque el dispositivo de administración continua de insulina falla. Por ello, puede ser el trastorno que conduce al diagnóstico de la diabetes.
Cetosis sin acidosis
Se produce en individuos (generalmente ancianos) con diabetes tipo 2 en los que aun no hay un fallo completo de la producción de insulina pero la hiperglucemia condiciona pérdidas de agua a través de la orina que no son compensadas con la ingesta de líquidos o alimentos:
- Deshidratación importante
- Confusión mental, somnolencia y convulsiones,
- No hay náuseas, vómitos, dolor abdominal, ni respiración rápida y superficial.
Con frecuencia este estado es precipitado por una enfermedad concurrente grave, como infarto de miocardio, accidente vascular cerebral o infección.
Síntomas a largo plazo
La elevación del azúcar en sangre de forma mantenida, junto a las alteraciones asociadas a la diabetes, la actividad física escasa y el tabaquismo producen una amplia gama de síntomas y signos en el organismo aunque éstos aparecen a largo plazo (años).
Estas complicaciones crónicas empiezan a aparecer a partir de los 15-20 años de evolución de la enfermedad (que no desde el diagnóstico). Se lesionan las arterias, los nervios, la retina, el riñón y otras estructuras internas, provocando las siguientes manifestaciones clínicas:
- Daño renal hasta llegar a la pérdida completa de la función del riñón.
- Deterioro de la visión hasta llegar a la ceguera.
- Daño en los nervios con adormecimiento y hormigueo en los pies, dolor o ardor quemante en pies, y debilidad en las extremidades.
- Obstrucción de la circulación de la sangre en el corazón (causando angina de pecho e infarto), en las piernas (con claudicación intermitente, úlceras en los pies y amputaciones) o en el cerebro (con embolias).
- Retraso del vaciamiento del estómago (con náuseas y vómitos, saciedad precoz y distensión del abdomen) y pérdida de la movilidad del intestino (con estreñimiento o diarrea y dolor abdominal).
- Dificultades para orinar (con retención de la orina y facilidad para infecciones de orina repetidas).
- Descenso de la tensión arterial al incorporarse de la cama.
- Incapacidad para detectar adecuadamente la hipoglucemia (hipoglucemia inadvertida), por lo cual el paciente queda expuesto a un riesgo de hipoglucemia grave.
- Disfunción eréctil en el varón y disfunción sexual femenina (descenso del deseo sexual, dolor con las relaciones sexuales).
- Sequedad de piel y formación de grietas, lo que aumenta el riesgo de úlceras en los pies; cicatrización lenta de las heridas y úlceras cutáneas.
- Neumonía e infecciones urinarias y de la piel.