Resumen del contenido
¿Cómo se produce la tiroiditis?
- La tiroiditis de Hashimoto: Es una tiroiditis autoinmune (debida a anticuerpos dirigidos contra la glándula tiroides), y es el tipo más frecuente y la causa más habitual de hipotiroidismo.
- La tiroiditis posparto: Se trata también de una tiroiditis autoinmune, que ocurre tras el parto. Produce síntomas de hipertiroidismo o hipotiroidismo.
- La tiroiditis subaguda granulomatosa o de De Quervain: Es de causa desconocida, pudiendo producir síntomas tanto de hipertiroidismo como de hipotiroidismo.
- La tiroiditis De Riedel: Es muy rara y de causa desconocida, que cursa con fibrosis en la glándula.
- La tiroiditis aguda: Se debe a la infección de la glándula por un germen, que ocasiona un absceso en la zona de la glándula.
- La tiroiditis esporádica indolora: Esta tiroiditis «silenciosa» aparece en pacientes con enfermedad tiroidea autoinmunitaria subyacente.
Síntomas de la tiroiditis
Las tiroiditis pueden ser asintomáticas o bien producir síntomas tanto de hipertiroidismo como de hipotiroidismo.
En algún tipo específico de tiroiditis, como son las tiroiditis agudas, el cuadro clínico es de dolor y signos inflamatorios (calor, enrojecimiento) en la región tiroidea, acompañándose con frecuencia de molestias al tragar y cambios en la voz. Puede existir también fiebre.
Diagnóstico
Es importante conocer los datos clínicos que presenta la persona y explorar la región cervical, buscando agrandamiento de la glándula, o cambios en la coloración o temperatura de la piel. Además la palpación de la glándula, si está aumentada o es dolorosa también ayudará en el proceso diagnóstico.
Después se realizará una analítica de sangre que incluya hormonas tiroideas y anticuerpos antitiroideos. Es posible encontrar tanto aumento como disminución de dichas hormonas, según sea la clínica presente (hipertiroidismo o hipotiroidismo).
La gammagrafía y la ecografía tiroidea resultan de gran utilidad para evaluar el tamaño del tiroides y ver sus características, orientándonos hacia una determinada causa. Además permite la realización de una punción de la glándula para su estudio.
Tratamiento de la tiroiditis
El tratamiento dependerá en gran medida de la clínica predominante en el paciente. Cuando lo que el paciente presenta son síntomas de hipertiroidismo, se emplean fármacos antitiroideos como el metamizol y el carbimazol. Además, se pueden utilizar fármacos que controlen los síntomas, como los betabloqueantes y los glucocorticoides.
Para los cuadros que cursen con síntomas hipotiroideos el tratamiento empleado es la levotiroxina.
El tratamiento de las tiroiditis agudas debidas a una infección requiere el tratamiento antibiótico y el drenaje del absceso, todo ello en el hospital.
En las tiroiditis subagudas el tratamiento de elección es la aspirina o los antiinflamatorios, y en casos graves los glucocorticoides. En las distintas fases de la tiroiditis, y dependiendo de la función tiroidea, se pueden emplear betabloqueantes en caso de hipertiroidismo, o levotiroxina si hay hipotiroidismo.
Medidas preventivas
No se conocen medidas que prevengan la aparición de las tiroiditis. Se recomienda la consulta con el médico en caso de proceso inflamatorio local en el cuello para descartarla.