Resumen del contenido
Microinyección espermática o ICSI
La fecundación in vitro (FIV) es una técnica de reproducción asistida en la que los óvulos son fecundados por los espermatozoides en un laboratorio y los embriones se depositan en el útero de la paciente. En la FIV convencional los ovocitos1 se colocan en una placa de cultivo donde se añaden 100.000 espermatozoides2 por cada ovocito y se mantiene a 37ºC, en unas condiciones de humedad y gasificación adecuadas para que se produzca la fecundación.
En algunos casos el médico especialista indica la utilización de la técnica de microinyección espermática o ICSI. Esta técnica se utiliza en los casos en que existe un factor masculino con alteraciones importantes del semen, en casos de no conseguirse fecundación con la técnica de FIV convencional en ciclos anteriores o en casos de muestras de semen valiosas (muestras congeladas de varones vasectomizados, tratados con quimioterapia o radioterapia).
A las pocas horas de la obtención de los ovocitos el embriólogo los observa detalladamente para poder seleccionar los que son maduros. La microinyección espermática consiste en la introducción de un espermatozoide, por medio de una micropipeta, en cada uno de los ovocitos maduros. Así se consiguen tasas de fecundación de un 70% aproximadamente. La calidad de los embriones obtenidos es equiparable a la de los obtenidos por FIV convencional, con la misma probabilidad de implantarse en el útero y desarrollarse correctamente. El seguimiento posterior del embarazo y el parto deben hacerse de forma habitual sin ser precisos más controles que con un embarazo espontáneo.
IMSI (Inyección Intracitoplasmática de Espermatozoides Morfológicamente Seleccionados)
Este procedimiento, conocido por sus siglas «IMSI»,es una técnica muy nueva que permite la selección del espermatozoide a utilizar en la inyección intracitoplasmática ya que en vez de visualizar el espermatoide a 400 aumentos como en la ICSI convencional se hace a unos 6500. Esto permite a los biólogos descartar los espermatozoides que tengan mínimas alteraciones.
Esta técnica se indica en los casos de fallos repetidos de implantación tras ICSI convencional, teratozoospermias severas, pacientes en que el seminogrma muestra alteraciones en el estudio de la fragmentación de ADN o esterilidad de origen desconocido de larga duración.
Criopreservación embrionaria
Si la calidad de los embriones restantes de un ciclo de FIV lo permite se puede proceder a su congelación su uso posterior. La congelación de estos embriones es un riesgo para ellos y para protegerlos al máximo deben hacerse el procedimiento de forma muy estudiada.
Actualmente existen dos técnicas para congelar los embriones, la congelación lenta que consiste en deshidratar las células embrionarias totalmente, incorporar crioprotectores en su interior para evitar la formación de hielo que destruiría las células y entonces enfriar los embriones lentamente hasta alcanzar los -196ºC, momento en que se almacenan en nitrógeno líquido. Para su descongelación se procede a la inversa que en el proceso de congelación, se debe eliminar el crioprotector e hidratar bien al embrión. Después de este proceso resultan viables el 65-70% de los embriones.
La tasa de embarazos en las fecundaciones in vitro con embriones congelados es menor que la de embriones frescos ya que pueden perder capacidad para implantarse y se sitúa sobre el 35%.
La segunda técnica es la vitrificación, que consiste en la congelación ultrarrápida de los embriones, que se está utilizando últimamente y parece que con una tasa mayor de embarazos que la congelación tradicional. Esta técnica de vitrificación evita la formación de cristales de hielo disminuyendo al máximo el riesgo de lesionar estructuras celulares.
Tanto con una técnica como con la otra los embriones pueden mantenerse congelados hasta que la pareja decida el destino de estos embriones, que puede ser la utilización en posteriores ciclos, la donación a otras parejas o donarlos con fines de investigación.
Para la realización de un ciclo de FIV con embriones congelados debe hacerse una visita en la que se indicará el tratamiento a realizar, para conseguir una óptima preparación del endometrio debe realizarse un tratamiento previo con estrógenos, que puede ser vía oral o bien en parches transdérmicos.
Después de la transferencia se suele realizar un tratamiento con progesterona en comprimidos vaginales durante 15 días. Los embarazos conseguidos con embriones descongelados tienen las mismas tasas de normalidad que los nacidos por métodos naturales.
Eclosión asistida
Es una técnica complementaria en la fecundación in vitro para facilitar la salida del embrión de la capa que lo recubre, la llamada zona pelúcida, y favorecer así la implantación. De forma natural la zona pelúcida se adelgaza progresivamente hasta que sale el embrión y se implanta en la matriz de la mujer. En algunos casos se realiza la eclosión asistida que consiste en el adelgazamiento o bien la realización de un pequeño orificio en la zona pelúcida.
Para este fin se utiliza una solución enzimática o bien un láser acoplado al microscopio.
Es una técnica utilizada básicamente en los embriones en que se observa una zona pelúcida más gruesa, en algunas pacientes de edad avanzada o en parejas con fallos de implantación previos. La eclosión asistida aumenta la tasa de éxitos en las fecundaciones in vitro de las pacientes que se encuentran en los casos mencionados pero no aumenta la tasa de embarazos si se realiza a todas las pacientes que se someten a una fecundación in vitro.
Maduración in vitro
Se puede realizar la punción-aspiración de ovocitos inmaduros para hacerlos madurar posteriormente en el laboratorio y después ser fecundados y transferidos en un ciclo de FIV. Con esta técnica la mujer no precisa de tratamiento de inducción de la ovulación, por lo que está indicado en pacientes con riesgo (o antecedentes) de desarrollar un síndrome de hiperestimulación ovárica, o bien en pacientes que no responden al tratamiento de inducción de ovulación.
La desventaja de esta técnica es la menor tasa de éxitos (alrededor de un 20-25%) y la tasa más elevada de abortos (sobre un 30%) que con la fecundación in vitro convencional.
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