El término atrofia significa debilitamiento o involución de un tejido u órgano con la consiguiente disminución en volumen y actividad funcional a causa de escasez de su proceso nutritivo o falta de uso.

¿Cuándo y por qué sucede la atrofia vulvovaginal?

La atrofia vulvovaginal se puede presentar en distintas etapas de la vida por factores que la pueden desencadenar: la lactancia, el uso de ciertos anticonceptivos, otros tratamientos… pero cuando nos referimos a este cuadro normalmente lo relacionamos con la menopausia, y afecta a todos los órganos de la esfera genitourinaria: vulva, vagina, uretra y vejiga, por lo que prefiere definirse como Síndrome genitourinario de la menopausia.

Los estrógenos segregados por los ovarios son los responsables entre otras cosas de mantener la función de la vagina: gruesa, elástica, húmeda, rosada y con pliegues que le dan un extra de capacidad… Es precisamente la ausencia de estrógenos, cuando se dejan de segregar en la menopausia, la responsable de la reversión de todas esas cualidades de la vagina, que se vuelve delgada, seca, pálida, lisa y carente de elasticidad.

¿Qué síntomas provoca?

Al volverse así la vagina, la consecuencia es que la paciente experimenta picor y dolor con las relaciones sexuales, síntoma de alto impacto físico y emocional. Y a nivel más amplio de toda la esfera genitourinaria los síntomas pasan por presentar picor vulvar, molestias urinarias, predisposición a las infecciones de orina y urgencia miccional.

Es un cuadro de alta incidencia y del que se habla poco, y que vale la pena prevenir y tratar pues tanto la prevención como el tratamiento son altamente efectivos.

¿Qué podemos hacer para prevenir y tratar?

Estilo de vida

  • El consumo de tabaco se asocia a una mayor atrofia vaginal porque afecta el metabolismo de los estrógenos.
  • Las mujeres con mayor índice de masa corporal presentan más sequedad, por lo que es conveniente evitar la obesidad.
  • El ejercicio físico contribuye a la hidratación vaginal, de ahí que sea recomendable realizar actividad física regular.
  • La hidratación en general es beneficiosa: beber abundantes líquidos y tomar algunos suplementos a base de espino amarillo, una planta medicinal con alto contenido en ácidos grasos insaturados, especialmente omega 7, aceite de onagra, vitamina E, carotenos y licopenos, todos ellos antioxidantes, que tienen la función de frenar los radicales libres responsables del envejecimiento de los tejidos.
  • La estimulación mecánica: las relaciones sexuales incrementan la vascularización y la inervación de la mucosa vaginal contribuyendo al mantenimiento de su lubricación y su elasticidad. El mantenimiento de una actividad sexual regular es el tratamiento más efectivo, inocuo y barato para combatir los síntomas de sequedad y la atrofia.

Cosméticos

  • Cremas hidratantes: tratamiento sintomático de la sequedad, pero no revierten los cambios atróficos. Se pueden usar a demanda como cualquier cosmético, la mayoría usan compuestos como el ácido hialurónico que retiene una gran cantidad de agua (unas 100 veces su peso) para liberarla posteriormente lentamente. O sustancias que tienen grasa o cadenas policarbonadas en su composición
  • Aceites corporales, algunos diseñados especialmente para la vulva y que, utilizados regularmente mantienen una película grasa que la vulva pierde después de la menopausia. Los aceites vegetales (como el de almendras) son los más recomendados, pues los aceites minerales, de parafina, derivados del petróleo, no son tan beneficiosos.
  • El uso de lubricantes durante las relaciones sexuales se vuelve prácticamente imprescindibles, los hay de diferentes tipos para diferentes gustos

Tratamiento médico

Los estrógenos tópicos o sistémicos, y sustancias como el ospemifeno son los únicos que pueden revertir el proceso de atrofia. En la consulta médica podemos valorar sus pros y contras y la indicación en cada caso.

  • Los estrógenos sistémicos son de indicación en pacientes que además presentan otra sintomatología como los sofocos, y pueden estimular el endometrio y la mama, por lo que la indicación médica y supervisión es imprescindible. Más seguro es el ospemifeno vía oral y muy efectivo para tratar la atrofia.
  • Pero los estrógenos tópicos a nivel local son altamente efectivos y carecen de los efectos secundarios de los estrógenos sistémicos, en forma de comprimidos vaginales, óvulos, cremas y geles es el tratamiento de elección por su efectividad, que la paciente aprecia notablemente después de 3-4 semanas de uso.

Otras opciones

  • Otra opción que se está generalizando en los últimos años es el láser de CO2 que, aplicado a la mucosa de la vagina y la vulva, estimula las fibras de colágeno regenerándolas y “rejuveneciéndolas”, apreciándose después de su aplicación un sensible mejor aspecto de la mucosa: más rosada, húmeda y mejorando la sintomatología y disminuyendo la necesidad de uso de lubricantes.

Vemos que existen muchas opciones, así que no hay que resignarse a sufrir los síntomas que, si bien forman parte del envejecimiento natural, tenemos muchas opciones para paliarlo y contribuir a mejorar la calidad de vida de la mujer.

Consulta con tu ginecólogo si tienes alguno de los síntomas descritos.

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Lo que debes saber…

  • Cuando nos referimos a este cuadro normalmente lo relacionamos con la menopausia, y afecta a todos los órganos de la esfera genitourinaria: vulva, vagina, uretra y vejiga, por lo que prefiere definirse como Síndrome genitourinario de la menopausia.
  • Es precisamente al dejarse de segregar los estrógenos en este momento de la vida de la mujer, cuando la vagina se vuelve delgada, seca, pálida, lisa y carente de elasticidad.
  • Es un cuadro de alta incidencia y del que se habla poco, y que vale la pena prevenir y tratar pues tanto la prevención como el tratamiento son altamente efectivos.