Dispauremia: causas, diagnóstico y tratamientos

Causas de la dispareunia

Existen muchas causas de dolor con las relaciones, que pueden ser diferentes en la dispareunia superficial o la profunda y que además pueden aparecer de forma simultánea en una misma mujer.

La dispareunia superficial puede estar causada por:

• Infecciones: pueden ser tanto bacterianas como por hongos o virus. La infección del flujo produce una reacción inflamatoria que suele producir relaciones sexuales dolorosas. Incluso en pacientes con infecciones del tracto urinario sin una infección en la vagina puede aparecer dispareunia.
• Lubricación insuficiente: puede deberse a una preparación corta antes de la penetración que no ha dado tiempo a la lubricación necesaria. Otras causas pueden ser la bajada de estrógenos que se produce en la menopausia o tras un parto o durante la lactancia. Enfermedades que cursan con mucosas más secas también pueden dar dispareunia así como ser un efecto secundario de algunas medicaciones.
• Cicatrices postparto: en ocasiones las cicatrices de posibles desgarros o episiotomías postparto pueden ser dolorosas al tacto y a la penetración.
• Lesión de la zona genital por algún accidente, traumatismo o bien por mutilación genital.
• Enfermedades de la piel como algunos eccemas, liquen plano o liquen escleroso.
• Alergias a los preservativos, tanto sea al látex como a los lubricantes que llevan.
• Vaginismo: son las contracciones involuntarias de la pared de la vagina que cierra la entrada vaginal y estrecha el calibre de la vagina.

La dispareunia profunda puede deberse a:

• Miomas uterinos: ciertos miomas pueden dar dolor con las relaciones según su posición y tamaño.
• Enfermedad inflamatoria pélvica: una infección de los genitales internos produce una reacción inflamatoria muy importante que a pesar de un tratamiento adecuado puede producir dispareunia durante largo tiempo.
• Endometriosis: los nódulos endometriósicos en el abdomen, la infiltración de la pared entre la vagina y el recto de células endometriósicas y las adherencias entre tejidos que produce esta enfermedad suelen dar relaciones sexuales que pueden ser muy dolorosas en ocasiones.
• Quistes ováricos: es menos frecuente pero en algunas ocasiones algunos quistes de ovario producen dolor con las relaciones por un cuestión de espacio físico o bien pueden producir que el quiste se rompa y sangre en el abdomen.

Diagnóstico

1. Ante todo debe hacerse una buena historia clínica. Debe preguntarse por el inicio del dolor, si hay algún factor desencadenante, el tipo de dolor, etc. Además debe hacerse una historia médica preguntando por enfermedades que puedan producir este dolor y medicaciones pueden tener efectos secundarios causantes de la dispareunia.
2. Exploración física: Debe hacerse una exploración de los genitales externos primero. Descartar lesiones de la piel, infecciones, traumatismos… a continuación debe explorarse la vagina y el cuello uterino para descartar malformaciones, infecciones, nódulos, y valorar el tono muscular. Finalmente se debe realizar un tacto vaginal para valorar la pelvis.
3. Pruebas complementarias: Puede ser necesario solicitar un cultivo del flujo para descartar infecciones, realizar una ecografía de los genitales internos para valorar la normalidad de éstos y descartar miomas, quistes… y puede ser necesario la realización de otras pruebas como un TAC o una resonancia magnética pélvica para valorar otros aparatos o bien descartar lesiones de tipo endometriósico que no queden claras en una ecografía.

Tratamiento

El tratamiento de la dispareunia es muy distinto según sea la causa que la provoque. Si se trata de una infección debe administrarse el tratamiento antibiótico o antifúngico necesario. En algunos casos tras el tratamiento el flujo vaginal sigue siendo más escaso y se precisa de tiempo para recuperar el flujo y la lubricación normales. En los casos en que se produce una falta de lubricación pueden utilizarse lubricantes específicos para las relaciones sexuales que disminuyen el dolor. Los masajes con aceite de rosa de mosqueta pueden ayudar a disminuir el dolor producido por las cicatrices de los partos o bien de traumatismos dando más elasticidad a tejidos cicatriciales poco elásticos. Cuando existen alteraciones de los genitales internos como miomas, quistes, malformaciones, endometriosis… debe valorar el médico las opciones quirúrgicas de cada caso.