Bacteria pseudomonas aeruginosa: enfermedades y curas
Resumen del contenido
Se encuentra ampliamente en el ambiente, pero causa infecciones graves en pacientes vulnerables, como son la población anciana, inmunocomprometidos y pacientes hospitalizados (especialmente en las unidades de Cuidados Intensivos o Quemados).
Su gran capacidad para resistir antibióticos la convierten en una amenaza tanto en la comunidad como en entornos hospitalarios (infección nosocomial).
¿Por qué infecta?
La capacidad de producir infecciones graves de esta bacteria se debe a sus múltiples factores de virulencia, como la capacidad de formar biopelículas que protegen a la bacteria de los antibióticos y de las defensas inmunitarias del huésped.
También por la producción de toxinas y enzimas como la elastasa que facilitan la destrucción de tejidos e impiden una respuesta efectiva del sistema inmunitario.
Tipos de infecciones más frecuentes y síntomas
Los síntomas variarán dependiendo del tipo de infección. La transmisión más común es a través de las manos de trabajadores de la salud, cuidadores o a través de equipos contaminados (por ejemplo, catéteres).
¿Cuáles son las infecciones más frecuentes?
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Infecciones nosocomiales (hospitalarias), incluyendo neumonías asociadas a ventilación mecánica, bacteriemia y sepsis.
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Infecciones de la sangre (sepsis).
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Infecciones de las válvulas cardíacas.
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Infecciones del tracto urinario (riñones y vejiga).
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Infecciones óseas.
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Infecciones oculares asociadas a traumatismos o uso de lentes de contacto.
¿Cuál es su diagnóstico?
El diagnóstico se realiza con la identificación del germen en los cultivos microbiológicos recogidos ante la sospecha de una infección.
Los cultivos se obtienen comúnmente de:
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Tracto respiratorio (lavado broncoalveolar, aspirado traqueal, esputo) en pacientes con neumonía, especialmente aquellos con ventilación mecánica).
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Sangre para detectar bacteriemia o sepsis .
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Heridas (quemaduras o úlceras), especialmente en infecciones nosocomiales.
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Orina en pacientes con catéteres o infecciones del tracto urinario.
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Oído externo en casos de otitis externa o infecciones relacionadas con dispositivos médicos.
La identificación en el laboratorio se realiza mediante el cultivo en medios selectivos, pruebas bioquímicas, y más recientemente, mediante técnicas de biología molecular.
Tratamiento y resistencias antibióticas
P. Aeruginosa es intrínsecamente resistente a varios grupos de antibióticos (β-lactámicos, aminoglucósidos, quinolonas) y puede adquirir resistencias adicionales durante el tratamiento.
La resistencia viene indicada en el resultado del cultivo obtenido (antibiograma), donde se especifica la sensibilidad o resistencia de la bacteria a un antibiótico determinado.
Así, el tratamiento de infecciones por P. Aeruginosa varía según el perfil de resistencia y la severidad de la infección. Entre los antibióticos más efectivos se incluyen:
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Piperacilina/tazobactam: es uno de los tratamientos más eficaces y comunes para infecciones por P. Aeruginosa.
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Ceftazidima y Cefepime, cefalosporinas de tercera y cuarta generación respectivamente: se utilizan frecuentemente en combinación o monoterapia.
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Carbapenémicos (imipenem o meropenem): se utilizan en casos de resistencia avanzada, pero deben reservarse debido a la aparición de cepas resistentes
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Aminoglucósidos como la amikacina se emplean en combinación con otros antibióticos para mejorar la efectividad y reducir resistencias.
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Lo que debes saber…
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P. aeruginosa es una bacteria oportunista y resistente que causa infecciones graves, especialmente en poblaciones vulnerables.
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La transmisión más común es a través de las manos de trabajadores de la salud, cuidadores o de equipos contaminados (por ejemplo, catéteres).
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Su resistencia a múltiples antibióticos complica el tratamiento, por lo que el diagnóstico y tratamiento precoz son esenciales.
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