¿Cómo prevenir las infecciones nosocomiales?
Resumen del contenido
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Para que una infección sea considerada nosocomial debe detectarse como mínimo 48 horas después del ingreso. También se incluirían las infecciones detectadas en el domicilio del paciente a las pocas horas de recibir el alta hospitalaria. En cambio, las infecciones adquiridas fuera del ámbito hospitalario (y no relacionadas con un ingreso) son conocidas como infecciones adquiridas en la comunidad.
Qué consecuencias tienen
La importancia de la infección nosocomial radica en su alto índice de morbilidad y mortalidad hospitalaria. Sin duda el número de infecciones nosocomiales de un centro hospitalario es un criterio de cualidad indiscutible pues indica una prevención efectiva. Las infecciones nosocomiales ocasionan una elevada mortalidad, una prolongación en el tiempo de estancia hospitalaria y aumento del coste asistencial. Por este motivo, se han implantado sistemas de prevención de las infecciones nosocomiales para mejorar la calidad asistencial en los centros sanitarios y evitar esas consecuencias negativas.
Causas
A pesar de que la cifra puede cambiar en función de la fuente de información se considera que, aproximadamente un 5% de los pacientes hospitalizados desarrollan una infección nosocomial durante su ingreso. Los estudios retrospectivos de los pacientes afectados nos permiten estudiar e identificar las posibles causas desencadenantes en nuestro entorno.
Las causas más frecuentes de infección nosocomial son:
- La infección del tracto urinario: sobre todo en pacientes portadores de una sonda vesical permanente.
- La infección del tracto respiratorio: por ejemplo, una neumonía en pacientes que emplean aparatos ventilatorios.
- La infección de causa quirúrgica: en pacientes que han sido intervenidos.
- La bacteriemia: o infección sistémica, por ejemplo, tras un cateterismo vascular.
Factores individuales
Asimismo, no solamente se deben considerar los procedimientos hospitalarios como fuente principal en la aparición de las infecciones nosocomiales, también el perfil del propio paciente es muy relevante.
Existen múltiples factores individuales que pueden favorecer la aparición de una infección durante el ingreso del paciente: la edad (a mayor edad, mayor riesgo), el estado inmunológico (en caso de inmunosupresión el riesgo se multiplica), las enfermedades concomitantes (por ejemplo, en pacientes diabéticos existe un mayor riesgo), los tratamientos recibidos (quimioterapia, intervenciones, sondajes, vías periféricas…). Por otro lado, debe identificarse el origen del microorganismo, que puede provenir de otra persona del hospital (infección cruzada), del propio paciente (infección endógena) o de una causa presente en el ambiente (infección ambiental).
Se debe mencionar a las personas implicadas y responsables de la atención de los pacientes como posibles fuentes de propagación de infecciones, por lo que debe recalcarse su responsabilidad en el cumplimiento de las buenas prácticas de higiene para el control de las infecciones. Los sistemas de prevención de las infecciones nosocomiales van dirigidos a todas las posibles fuentes de infección y destinados a mejorar la calidad asistencial en los centros sanitarios.
Programas de prevención
Se ha estimado que la aplicación de programas de prevención de las infecciones nosocomiales puede evitar alrededor del 65% de las bacteriemias e infecciones del tracto urinario y el 55% de las neumonías y de las infecciones quirúrgicas. La traducción económica es muy importante.
Algunas de las medidas obvias para prevenir las infecciones nosocomiales son:
- La higiene de manos del profesional sanitario.
- El uso de guantes y mascarilla.
- La desinfección de la piel con un antiséptico antes de colocar un catéter o una vía periférica y la retirada de éstos cuando ya no son necesarios.
- El empleo del aislamiento.
- La esterilización del material quirúrgico.
- La desinfección y el lavado de la ropa.
- El control del riesgo ambiental.
- El uso de antibiótico profiláctico en pacientes de riesgo.
- La vacunación…
Cualquier mejora aplicada en el cuidado del paciente va a influir, sin duda, en la disminución del número de infecciones nosocomiales. El cuidado del entorno del paciente es muy relevante para la prevención de la infección. Es fácil de comprender que la gravedad de un proceso infeccioso en un paciente ingresado es mayor que en un paciente en el domicilio. El paciente hospitalizado presenta algún motivo médico suficiente que justifique su permanencia en el hospital, lo que le hace más débil ante un microorganismo. Asimismo la suma de una infección a su motivo de ingreso puede entorpecer la evolución y empeorar su cuadro.
En conclusión
Tanto la prevención como la detección precoz de la infección como el empleo del tratamiento adecuado son piezas claves en la evolución. En muchas ocasiones, al detectarse una infección nosocomial el médico solicita lo que se llama un antibiograma que consiste en un estudio de laboratorio específico en el que se identifica el antibiótico más eficaz en la erradicación de esa infección concreta.
Es primordial abordar la infección nosocomial desde el inicio de la aparición de síntomas, momento en que el médico debe sospechar la presencia de la infección y solicitar la prueba oportuna para la confirmación del diagnóstico y el posterior inicio de tratamiento inmediato.
Lo que debes saber…
- Se han implantado sistemas de prevención de las infecciones nosocomiales para mejorar la calidad asistencial en los centros sanitarios y evitar esas consecuencias negativas.
- Las causas más frecuentes son: la infección del tracto urinario (en portadores de una sonda vesical permanente), del tracto respiratorio (como neumonía en pacientes que emplean aparatos ventilatorios), de causa quirúrgica (en pacientes intervenidos) y la bacteriemia (o infección sistémica, por ejemplo, tras un cateterismo vascular).
- Es primordial abordar la infección nosocomial desde el inicio de la aparición de síntomas, momento en que el médico debe sospechar la presencia de la infección y solicitar la prueba oportuna para la confirmación del diagnóstico y el posterior inicio de tratamiento inmediato.
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