Toxoplasmosis: causas, tratamiento y prevensión
Resumen del contenido
Licenciada en Medicina y Cirugía (Universitat Autònoma de Barcelona)
Especialista en Medicina Interna (Hospital Universitari de Bellvitge)
Máster en Comunicación Científica, Médica y Ambiental (Universitat Pompeu Fabra)
El ciclo biológico del toxoplasma (lo que genera la toxoplasmosis) es complejo. El huésped final es el gato y algunos felinos, mientras que el hombre y otros animales vertebrados (aves, reptiles, mamíferos) son huéspedes intermediarios.
¿Cómo se produce?
Los gatos eliminan el parásito en forma de quistes por las heces, que pueden ser ingeridos por otros animales. El contagio por el toxoplasma suele ser por vía oral de maneras diferentes:
- Ingesta de carne contaminada con quistes (carne cruda o poco cocinada)
- Ingesta de quistes a través de agua o alimentos contaminados (el agua se contamina por el contacto con las heces de gato)
- Otra vía de transmisión es la maternofetal: la infección aguda de una mujer embarazada puede transmitirse al feto a través de la placenta. El riesgo de transmisión aumenta en el último trimestre del embarazo.
- También se han descrito casos por transfusión de sangre o derivados contaminados y bien trasplante de órganos contaminados.
Una vez el animal o el hombre se han infectado, el parásito se disemina por todo el cuerpo, pero especialmente por los músculos, el corazón y el cerebro. El toxoplama es un parásito que vive dentro de las células. Cuando el organismo reacciona y crea las respuestas del sistema inmunitario, el parásito forma quistes que pueden quedar en el organismo durante toda la vida del individuo sin producir problemas.
Síntomas
Se distinguen tres situaciones diferentes: toxoplasmosis en personas inmunocompetentes, toxoplasmosis en personas inmunodeprimidas y toxoplasmosis congénita.
En las personas inmunocompententes la infección por toxoplasmosis es asintomática en el 80-90% de los casos, es decir, no produce ningún síntoma. Cuando produce síntomas suele ser fiebre y aumento de los ganglios en el cuello. El sistema inmunitario controla la infección y pueden quedar quistes en los tejidos.
En las personas inmunodeprimidas, con las defensas muy bajas, el parásito se reactiva y entonces da síntomas según los tejidos que haya infectado: en el corazón, el sistema nervioso central, a nivel ocular, etc, con cuadros que pueden ser muy graves.
En la toxoplasmosis congénita, es decir, la adquirida intraútero, el riesgo de infección del feto es bajo al principio del embarazo, pero la gravedad del cuadro es muy superior que cuando la infección se da al final del embarazo. En la mayoría de los casos la infección fetal es leve o asintomática. Los casos graves pueden dar niños con ceguera, estrabismo, epilepsia o retraso psicomotor.
Diagnóstico
El diagnóstico tiene que realizarse mediante exploraciones complementarias. La toxoplasmosis aguda se diagnostica mediante el empleo de técnicas de ampliación genética (PCR) en muestras de líquidos orgánicos (líquido amniótico en diagnóstico prenatal, liquido cefalorraquideo en caso de sistema nervioso central) o tejidos.
La PCR es un método rápido. También se puede diagnosticar con pruebas serológicas, detectando los anticuerpos contra el toxoplasma en sangre. Otra opción puede ser la visualización del parásito en las muestras orgánicas directamente. La toxoplasmosis ya pasada se diagnostica con la serología en sangre, es decir, midiendo la presencia de anticuerpos contra el toxoplasma.
Tratamiento
La toxoplasmosis en personas inmunocompetentes no suele requerir tratamiento. Solo en los casos graves y en las personas inmunodeprimidas se requiere tratamiento específico. El tratamiento específico consiste en dar fármacos activos contra el parásito, la asociación más usada es la pirimetamina junto con sulfadiacina. En los recién nacidos con toxoplasmosis congénita se suele dar tratamiento durante varios meses, pues se ha demostrado que reduce las secuelas y la gravedad de la enfermedad. El tratamiento de la embarazada con toxoplasmosis aguda se ha visto que disminuye el riesgo de transmisión de la enfermedad al feto.
Prevención
Las medidas de prevención están indicadas en las personas inmunodeprimidas y en las embarazadas que no han pasado la enfermedad. Se recomiendan medidas de higiene general como una buena cocción de la carne para inactivar los quistes, y medidas de protección (mascarilla y guantes) si se manipulan o limpian heces de gatos.
En los pacientes con HIV, unas defensas muy bajas y que han tenido contacto previo con el toxoplasma, se indica la administración de antibióticos (cotrimoxazol) para evitar la reactivación de la enfermedad.
A todas las embarazadas se les realiza un análisis en el primer trimestre para saber si han estado en contacto previo con el toxoplasma. En caso negativo se aconsejan las medidas higiénicas y repetir los análisis al menos trimestralmente para detectar la infección lo antes posible y tratarla.
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