El temblor se define como movimientos oscilatorios regulares y rítmicos de una parte del cuerpo alrededor de un punto fijo. Es el trastorno del movimiento más frecuente. Los temblores se clasifican en función de diversos criterios, uno de ellos es por su apariencia y su causa.

¿Qué es el temblor de manos esencial?

El temblor esencial, antes conocido como temblor esencial benigno, temblor hereditario o temblor familiar, es uno de los tipos de temblor más común. Se caracteriza por movimientos involuntarios y rítmicos, que afectan principalmente a las extremidades superiores: manos y brazos, aunque también puede aparecer como temblor de cabeza y voz temblorosa.

Lo característico de este temblor es que es intencional, es decir, está presente durante la actividad con las extremidades superiores o al sostener un objeto o con una posición mantenida. Puede manifestarse de forma leve y estable durante muchos años en algunas personas o puede empeorar a lo largo del tiempo.

Así, la diferencia principal con la enfermedad de Parkinson es que este tipo de temblor se distingue por manifestarse cuando se utilizan los músculos.

¿A qué se debe y cuál es su gravedad?

Su causa es desconocida, pero se considera que, en alrededor del 50% de los casos, tiene un componente genético. Aunque no está claramente asociado a una enfermedad de base, ciertas investigaciones sugieren que podría estar relacionado con una degeneración leve en ciertas áreas cerebrales que controlan el movimiento, aunque esta teoría sigue siendo objeto de debate en la comunidad científica.

Lo pueden intensificar emociones fuertes, estrés/ansiedad, fatiga o niveles bajos de azúcar en la sangre.

Puede empezar en cualquier momento de la vida, si bien su inicio es más común durante la adolescencia o la mediana edad (50 y 60 años). En algunos casos, con el paso del tiempo, puede volverse más intenso, prolongarse, ser más incapacitante, pero no se considera una enfermedad neurodegenerativa. La intensidad del temblor puede aumentar con el tiempo, afectando a la capacidad para realizar ciertas actividades diarias.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico del temblor esencial puede ser complejo ya que es necesario descartar las numerosas causas de enfermedades que provocan temblor.

Es fundamental realizar una historia médica completa, con una exploración neurológica detallada, analítica (que incluye tóxicos), pruebas de neuroimagen (como resonancia magnética) y pruebas neurofisiológicas (EEG, electromiograma) para descartar otras enfermedades y confirmar el diagnóstico.
No hay pruebas específicas para diagnosticar el temblor esencial, por lo que el diagnóstico se basa en los síntomas del paciente y en la exclusión de otras posibles causas, como efectos secundarios de medicamentos o enfermedades como como el hipertiroidismo.

¿Cuál es el tratamiento?

Si no causa molestias significativas, supone una alteración estética o dificultad laboral, no es necesario tratarlo.

No existe un tratamiento curativo y no hay forma de evitar su progresión, y el tratamiento se enfoca en aliviar los síntomas. La decisión de tratar depende de las necesidades individuales y la incomodidad que cause el temblor en la vida diaria.

No hay un tratamiento estándar, pero hay varias opciones disponibles para ayudar a controlar los síntomas y mejorar la calidad de vida:

  • Fármacos: medicamentos como los betabloqueantes, benzodiacepinas, gabapentina y primidona, que pueden ser eficaces para algunos pacientes.
  • Tratamientos no farmacológicos, como la estimulación cerebral profunda, utilizando ultrasonidos focalizados de alta intensidad (HIFU), que pueden ofrecer alivio sintomático en casos graves.
  • Se recomienda consultar a un médico si el temblor interfiere con las actividades diarias o se presentan otros síntomas como rigidez o dificultad para caminar.

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Recomendaciones

  • Es importante evitar el exceso de cafeína y alcohol, ya que pueden aumentar el temblor.
  • Las técnicas de relajación pueden ayudar a controlar el estrés, que también influye en la intensidad del temblor.
  • Es importante tener en cuenta que el tratamiento debe adaptarse a las necesidades individuales de cada paciente y que la decisión de iniciar o no un tratamiento debe basarse en la intensidad de los síntomas y su impacto en la calidad de vida del paciente.

 

Lo que debes saber…

  • Su causa es desconocida, pero se considera que, en la mitad de los casos, tiene un componente genético. Y su inicio suele ser más común durante la adolescencia o la mediana edad (50 y 60 años).
  • La decisión de tratar depende de las necesidades individuales y la incomodidad que cause el temblor en la vida diaria.
  • Se recomienda consultar a un médico si el temblor interfiere con las actividades diarias o se presentan otros síntomas como rigidez o dificultad para caminar.