Resumen del contenido
La celulitis es un proceso inflamatorio agudo que afecta al tejido subcutáneo. En caso de afectar a la órbita ocular se denominará celulitis orbitaria.
Causas más frecuentes de la celulitis orbitaria
Los microorganismos causantes más frecuentementes son los estreptococos, siendo el más frecuente es el Streptococcus pyogenes y el Staphylococcus aureus.
La causa principal de la celulitis orbitaria es la diseminación de una infección local o cercana:
- Sinusitis
- Absceso dental o cutáneo
- Obstrucción de la secreción lacrimal
- Cirugía ocular
- Traumatismo penetrante
Es relativamente más frecuente en la infancia y de inicio unilateral. En pacientes inmunodeprimidos o diabéticos los microorganismos causales suelen pertenecer a otras especies de microorganismos, diferentes a los habituales.
Síntomas
Los síntomas más característicos son:
- Piel local roja, dolorosa y caliente
- Inflamación de tejidos blandos
- Disminución de la motilidad ocular
- Dolor que aparece con los movimientos oculares
- Exoftalmía (ojo desplazado hacia afuera)
- Alteración de la agudeza visual
También puede acompañarse de afectación del estado general
- Fiebre
- Cansancio
- Dolores generalizados
En caso de evolución complicada puede ocasionar sepsis sistémica y la muerte del paciente.
Por otro lado, existe otra forma de celutitis a considerar durante el diagnóstico diferencial de la sintomatología que causa un cuadro de síntomas similares, pero menos agresivos, la celulitis preseptal o periorbitaria. Se caracteriza por presentar signos inflamatorios oculares externos, pero sin afectación de la motilidad ocular, la agudeza visual o la protrusión ocular. Suele tratarse con antibiótico vía oral y no precisa ingreso hospitalario.
Pruebas y examen
La sospecha diagnóstica de la celulitis orbitaria se basa en los síntomas que manifiesta el paciente, por tanto, el diagnóstico es clínico. Se debe realizar una exploración ocular exhaustiva en la que se mide o valora:
- Tensión intraocular
- Movilidad ocular
- Fondo de ojo
- Agudeza visual
Pueden requerirse unas pruebas complementarias para conocer la amplitud del foco infeccioso. Así, podemos solicitar una analítica general (con estudio del hemograma y de los parámetros inflamatorios), un cultivo de la secreción purulenta e incluso una prueba de imagen (ecografía, resonancia o TAC) para delimitar la colección purulenta y la proximidad a estructuras nobles.
Evolución del paciente y complicaciones
La evolución de una celulitis orbitaria es arbitraria y puede:
- Extenderse localmente formando una colección purulenta o absceso. En este caso podemos encontrarnos con un aumento patológico de la presión en el interior del ojo que puede ocasionar una compresión del nervio óptico y/o una afectación de la retina. En ese caso puede producirse pérdida de la visión en un porcentaje importante.
- Diseminarse a distancia provocando secuelas que pueden ser neurológicas como la sepsis (meningitis, absceso cerebral…).
Una de las complicaciones locales más frecuentes de la celulitis orbitaria es la pérdida de visión, ya sea por afectación de la retina o del nervio óptico a causa del aumento de presión intraorbitaria. Otra posible complicación local sería la restricción de los movimientos oculares (oftalmoplejía) secundaria a la inflamación de partes blandas de la órbita.
Tratamiento
La realización de un cultivo con antibiograma nos permitirá conocer con exactitud el germen causante y los antibióticos más eficaces para erradicarlo.
Antibiótico parental
En todo caso el tratamiento, sin duda, va a ser el antibiótico parenteral (administrado de forma endovenosa) que se podrá combinar con otros tratamientos como antiinflamatorios, analgésicos o corticoides. La administración de antibiótico de forma endovenosa supone el ingreso hospitalario del paciente. En caso de que no exista una buena respuesta al antibiótico deben valorarse otras opciones terapéuticas.
Tratamiento tópico
Asimismo, se contemplará un tratamiento tópico como la desinfección con lavados constantes de suero fisiológico y el lavado cuidadoso de la piel.
Cirugía
La opción quirúrgica implica la realización de una limpieza local exhaustiva y el drenaje de la colección purulenta. Estaría indicada en caso de necesidad de descompresión de la órbita por afectación del nervio óptico y/o de la retina, de drenaje de un absceso, de una mala respuesta al antibiótico, de progresión de la infección, de riesgo de pérdida de visión o de sepsis generalizada.
Afortunadamente contamos con antibióticos potentes de amplio espectro que erradican la infección en la mayoría de los casos. Por lo que su pronóstico es bueno en la mayoría de los casos.
Lo que debes saber…
- La causa más frecuente es la diseminación de una infección local o cercana (una sinusitis, un absceso dental o cutáneo, una obstrucción de la secreción lacrimal, una cirugía ocular o un traumatismo penetrante).
- El tratamiento es el antibiótico parenteral (administrado de forma endovenosa) y se asociará a otros tratamientos como antiinflamatorios, analgésicos o corticoides.
- Su pronóstico es bueno en la mayoría de los casos.