Resumen del contenido
La pupila es el orificio negro situado en el centro del iris, la parte del ojo que le da su color. Las pupilas cambian de tamaño dependiendo de la iluminación exterior, y normalmente miden de 2 a 4 mm cuando hay mucha luz y de 4 a 8 mm con baja iluminación u oscuridad. Su función es aumentar o disminuir la cantidad de luz que recibe el interior del globo ocular, concretamente la retina, de forma que, a mayor luz recibida, la dilatación de la pupila será menor y, a menor exposición a la luz, mayor dilatación.
Los estímulos emocionales también pueden afectar al tamaño de las pupilas haciendo que se dilaten o se contraigan.
La pupila funciona gracias a dos músculos: el esfínter de la pupila, que la cierra, y el músculo dilatador de la pupila, que la abre. Los cambios de tamaño de la pupila no sólo tienen una función de regulación de la entrada de luz al globo ocular, también influyen en la capacidad de enfocar del ojo.
¿Qué sucede con la pupila en la midriasis?
La midriasis es el término médico para definir la dilatación anormal de las pupilas, es decir, aquella que no está relacionada con los cambios de iluminación, dando lugar a una pupila más grande de lo normal. La midriasis puede ocurrir en una o en ambas pupilas a la vez y puede ser temporal o persistente.
¿Cuáles son las causas?
Existen diferentes causas que pueden producir midriasis, entre las más comunes se encuentran:
- Enfermedades o lesiones oculares en las que el iris puede sufrir daños como traumatismo ocular, inflamación en el iris (iritis o uveítis), glaucoma, tumor, irritaciones por productos químicos, etc.
- Parálisis del tercer par craneal (nervio oculomotor que va desde el cerebro hasta el ojo y controla la posición del párpado, el movimiento del globo ocular y el tamaño de la pupila): en estos casos, la dilatación pupilar suele asociar párpado caído, visión doble y/o los ojos visiblemente mal alineados.
- Enfermedades neurológicas como migraña, accidente cerebrovascular o ictus, hemorragia cerebral, tumores o infecciones.
- Algunos medicamentos, tanto usados por vía general como los anticolinérgicos, como por vía tópica (colirios) como los midriáticos utilizados en la consulta del oftalmólogo para el estudio del fondo de ojo.
- Inyecciones de toxina botulínica (bótox).
- Consumo de alcohol o drogas, como la marihuana, la anfetamina, la cocaína, el LSD, entre otras, que pueden causar una excitación significativa de las fibras musculares que forman el iris provocando una dilatación pupilar.
¿Cuáles son los síntomas?
A simple vista, se observa una diferencia de tamaño de una pupila con respecto a la contraria en las formas unilaterales; cuando la afectación es bilateral se aprecia un tamaño anormalmente grande de ambas pupilar ocupando gran parte del espacio central del iris.
Como consecuencia de la midriasis la persona puede percibir sensibilidad a la luz, fotofobia o deslumbramiento y visión borrosa, especialmente en visión cercana, manifestada como una dificultad en el enfoque.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico inicial de la midriasis se realiza mediante un reconocimiento físico en consulta médica, observándose una o ambas pupilas aumentadas de tamaño y que no reaccionan a la exposición lumínica. Posteriormente se requiere un estudio más detallado para establecer la causa en cada caso.
¿Cómo se trata?
La midriasis no es una enfermedad, sino un síntoma provocado por una causa subyacente. La midriasis no requiere de tratamiento en sí misma, el tratamiento debe ir enfocado a identificar y a tratar la causa que la produce.
En el caso de consumo de drogas o del uso de colirios para el examen ocular, los efectos desaparecen gradualmente a medida que la droga se metaboliza o elimina.
Comentarios
Así pues, la dilatación de la pupila puede ocurrir por muchas razones. En algunos casos, la dilatación es temporal y desaparece por sí sola. En otros, puede indicar un problema grave que requiera de un tratamiento inmediato.
Por tanto, si la pupila se mantiene dilatada sin una causa aparente, y no se contrae con la exposición a la luz, es necesario acudir al oftalmólogo o a un centro médico para realizar un examen completo, determinar la causa y establecer el tratamiento más adecuado en cada caso.
Lo que debes saber…
- La midriasis es la dilatación anormal de las pupilas (una o ambas), es decir, aquella que no está relacionada con los cambios de iluminación, dando lugar a una pupila más grande de lo normal.
- La midriasis no requiere de tratamiento en sí misma, el tratamiento debe ir enfocado a identificar y a tratar la causa que la produce.
- En caso de dilatación de la pupila, que no revierte, es necesario acudir al oftalmólogo o a un centro médico para realizar un examen completo, determinar la causa y establecer el tratamiento más adecuado en cada caso.