¿Qué es el cáncer de laringe?

Un tumor supone un crecimiento anormal de ciertas células que forman parte de un tejido u órgano. Dentro de los tumores, distinguimos aquellos que resultan en general indolentes, sin empeorar el pronóstico y se denominan benignos y, aquellos de crecimiento más incontrolado y agresivo, lo que empeora el pronóstico del paciente y se denominan malignos. Éstos últimos son el sustrato del gran síndrome que conocemos como cáncer.

El cáncer de laringe supone un tipo de tumor maligno que afecta a las células de la laringe, que es la estructura donde residen las cuerdas vocales y comunica con la faringe por encima y con la tráquea por debajo.

El cáncer de laringe es frecuente en la Europa mediterránea, donde representa el 3% de los cánceres en el varón y el 0,2% en las mujeres. Es el más frecuente dentro de los tumores de cabeza y cuello, representando de un 30-40% de éstos.

Es un tipo de cáncer frecuente en el varón entre los 45 y 70 años, presentando su máxima incidencia alrededor de los 60 años de edad. Generalmente el estudio microscópico de las células suelen corresponder al tipo carcinoma epidermoide (90%).

¿Cómo se produce?

El tabaco es el agente cancerígeno esencial, relacionándose con diversos factores como la quemadura crónica, el efecto irritativo local o las alteraciones sobre la red vascular. El otro agente cancerígeno importante es el alcohol. Así los dos factores favorecedores del cáncer de laringe más relevantes son el tabaco y el alcohol, especialmente si van asociados.

La desproporción de casos entre hombres y mujeres, se ha atribuido al mayor consumo de tabaco y alcohol por los varones. Sin embargo, hoy día fuman más las mujeres que los hombres y no se ha demostrado, por el momento, un aumento sustancial de este tipo de cáncer en las mujeres.

Otros factores que pueden estar involucrados en la aparición de este cáncer, aunque son difíciles de demostrar y que pueden ser discutidos, son el contacto con diversos productos químicos derivados en muchas ocasiones de la exposición en el centro de trabajo (principalmente en la industria textil y química), factores genéticos, algunos virus (el Papilomavirus o el virus del herpes) como posible agentes potenciadores de tumores, las carencias vitamínicas o el reflujo gastroesofágico.

Se piensa que el consumo adecuado de frutas ricas en vitaminas podría actuar como protector, aunque es más debatido.

El cáncer de laringe se clasifica según la localización del tumor dentro de la laringe en:

  • Tumores de localización supraglótica, es decir por encima de la glotis que es donde se encuentran las cuerdas vocales
  • Tumores de localización glótica.
  • Tumores de localización subglótica, por debajo de la glotis.

Existe otra clasificación por estadios (TNM) que depende del tamaño del tumor, de las adenopatías o ganglios que afecta, y de las metástasis o extensión a otros órganos como pulmón o hígado.

Sintomatología: cosquilleo en la garganta

Los signos clínicos que pueden hacer sospechar un cáncer de laringe son las alteraciones de voz (disfonía), alteraciones en la deglución (disfagía) y las dificultades al respirar (disnea). La sintomatología va a depender de la localización en la que se desarrolla el tumor.

En el caso de los tumores supraglóticos, más frecuentes en países latinos, los síntomas son muy inespecíficos y en general de aparición más tardía. Puede comenzar con sensación de hormigueo y molestias leves con picores, sensación de tener algo en la garganta constantemente, tos irritativa o disfagia. Los tumores glóticos afectan fundamentalmente a la voz o disfonía. Es un síntoma de aparición precoz, lo que permite un diagnóstico en estadios iniciales. Los tumores subglóticos suelen debutar con dificultades en la respiración o disnea. Los síntomas tardan en aparecer lo que hace que el diagnóstico pueda ser en estadio avanzados. Las extensiones del tumor entre las tres zonas de la laringe hacen que muchas veces los síntomas puedan estar mezclados.

En el caso de que el tumor se extienda a la parte inferior de la faringe (la garganta) puede haber dificultad para tragar alimentos o incluso dolor al tragar (odinofagia). Las dificultades para respirar, por la posible oclusión de las vías aéreas por el tumor, pueden aparecer tanto por localización como por tamaño. Puede afectar a los ganglios linfáticos o adenopatías del cuello, especialmente en el caso de los tumores supraglóticos. Aparecen como masas en la zona del cuello. La aparición de estos ganglios afecta al tratamiento y al pronóstico. La incidencia de la afectación de otros órganos, como pulmón, hueso o hígado, es difícil de establecer, aunque es muy baja.

Diagnóstico

El diagnóstico comienza con un exhaustivo interrogatorio de los síntomas y de los factores de riesgo asociados que presente el paciente, así como una correcta exploración física, donde puede ponerse de manifiesto un aumento del volumen cervical por ganglios aumentados.

La exploración de la laringe se puede realizar mediante laringoscopia con espejillo, endoscopios rígidos con angulaciones de 70º ó 90º o nasofibroendoscopio flexible. Ante la existencia de lesiones sospechosas es obligatorio tomar una biopsia, con anestesia local o con anestesia general si es necesario, para estudiar al microscopio las células de la lesión y poder realizar un diagnóstico exacto.

Las pruebas de imagen como el TC (escáner) o Resonancia nuclear magnética son de gran importancia para valorar la extensión del tumor y tomar la decisión de tratamiento.

Tratamiento

El tratamiento y el pronóstico del cáncer de laringe dependen del estadio evolutivo en el que se encuentre. Las metástasis regionales (adenopatías) o a distancia (otros órganos) ensombrecen el pronóstico. Las modalidades de tratamiento curativo en la actualidad son la cirugía, la radioterapia y la asociación de ambas.

Existe otra arma terapeútica, la quimioterapia, que puede ser de gran utilidad en determinados tumores para ayudar en el tratamiento curativo. También se utiliza como tratamiento paliativo en tumores que no pueden ser tratados con cirugía y/o radioterapia.

La cirugía pretende extirpar el tumor y zonas contiguas susceptibles de estar afectadas. En muchos casos se realiza, en un mismo tiempo quirúrgico, el vaciamiento de los ganglios del cuello. La técnica quirúrgica dependerá del tamaño y localización del tumor. Se pueden realizar técnicas funcionales, mediante cirugía por vía externa o mediante cirugía endoscópica con láser (según las características del tumor), conservando las funciones laríngeas, pero en otras ocasiones es necesario realizar técnicas radicales en las que no se conservan las funciones laríngeas quedando un traqueostoma permanente (abertura en la garganta) por donde deberá respirar el paciente.

La radioterapia puede ser curativa en algunos tumores. Se puede utilizar como tratamiento único o asociado a cirugía y/o quimioterapia.

La decisión del tipo de tratamiento está en función de la localización y estadio del tumor.

Medidas preventivas

En general las medidas preventivas van dirigidas a abandonar definitivamente el hábito tabáquico y el alcohol de una forma inflexible, ya que son lo principales factores de riesgo de padecer cáncer de laringe.

La alimentación rica en vitaminas, con frutas y vegetales parece tener un efecto beneficioso para evitar la aparición de este tumor.