Resumen del contenido
Los implantes cocleares sirve para ayudar a dar una sensación de sonido a una persona con problemas graves de audición o sordera profunda. Los primeros implantes cocleares en el mundo se crearon en la década de los cincuenta. Eran monocanales, con un solo canal o un única electrodo. Estos aparatos han evolucionado mucho y, ahora, son multicanales y de menor tamaño.
Partes de un implante coclear
Estas señales eléctricas son procesadas a través de las diferentes partes de las que consta el implante coclear, las cuales se dividen en externas e internas:
- La sección externa: se coloca detrás de la oreja y se encuentra el micrófono que recoge o capta los sonidos del ambiente. Estos pasan al procesador del habla que selecciona, organiza y codifica los sonidos más útiles para la comprensión del lenguaje y, finalmente se tenemos el transmisor que envía los sonidos codificados al receptor/estimulador.
- La sección interna: tenemos el receptor-estimulador que se implanta en el hueso mastoides, detrás del pabellón auricular que recibe las señales del procesador del habla y las convierte en impulsos eléctricos que envía a los electrodos. Estos electrodos se introducen en el interior de la cóclea (oído interno) y estimulan las células nerviosas funcionantes, llegando al nervio auditivo y al cerebro que los reconoce como sonidos y se tiene, entonces, la sensación de «oír».
Las parte interna y externa de un implante coclear se conectan mediante un cable y un imán.
Un implante no recupera la audición normal, lo que hace es dar a una persona sorda una representación útil de los sonidos del ambiente y ayudarle a comprender el habla.
¿Cómo funciona un implante coclear?
Un implante coclear no es un audífono, es un concepto distinto. La función de los audífonos es amplificar el sonido para que el oído con menos capacidad auditiva lo pueda detectar. En cambio, los implantes cocleares, estimulan directamente el nervio auditivo. El nervio auditivo envía las señales generadas por el implante al cerebro y el cerebro las reconoce como un sonido. Por lo tanto, escuchar a través de un implante coclear es algo muy distinto a escuchar con audición normal, y se necesita tiempo para aprender a hacerlo. Al final del entrenamiento las personas sordas pueden reconocer señales de advertencia ambientales y disfrutar de una conversación.
¿Cuándo están indicados los implantes cocleares?
Los niños y adultos que son sordos o que tienen dificultades graves para oír (hipoacusia) pueden ser candidatos para recibir implantes cocleares. Cada año se implantan en el mundo unos 800.000 implantes y, de estos, el doble en adultos que en niños. En niños se pueden implantar a partir de los 12 meses de edad, si cumplen estos requisitos:
- Sordera neurosensorial bilateral profunda o total.
- Imposibilidad de beneficiarse de una prótesis auditiva convencional.
- Convicción del paciente de que la mejoría auditiva que le aporte el implante coclear le beneficia personal y socialmente.
En las personas cuya sordera ha sido posterior al aprendizaje del lenguaje los resultados son espectaculares ya que, con muy poco tiempo de rehabilitación, la inteligibilidad o capacidad de interpretar los sonidos es muy rápida. A esto se le llama reinserción sonora. Durante las primeras semanas la voz suena como metálica pero este efecto desaparece al poco tiempo. El implante coclear permite una vida más cómoda ya que no se necesitan indicadores visuales, como los que se obtienen al leer los labios o del lenguaje de señas, para la comunicación.
Los niños pequeños que son sordos o con problemas graves de audición, el uso de un implante coclear desde temprana edad los expone a los sonidos durante un período crítico para el desarrollo de las habilidades del habla y del lenguaje. En los estudios realizados se ha demostrado que si los niños reciben un implante coclear seguido por terapia intensiva antes de los 18 meses, son más capaces de escuchar, comprender el sonido, la música y hablar, desarrollando habilidades de lenguaje a un ritmo comparable al de los niños con audición normal.
Pero no todas las personas logran el mismo nivel de audición con el implante.
¿Cómo se coloca un implante coclear?
Se requiere un procedimiento quirúrgico que debe realizar un cirujano con experiencia en implantes cocleares. La intervención se realiza bajo anestesia general y tiene un riesgo muy bajo de complicaciones. La duración de la operación es de unas dos a tres horas y el paciente está hospitalizado alrededor de 48 horas. La recuperación post-operatoria dura normalmente entre tres y cinco semanas, es decir, hasta que se ha producido la cicatrización completa.
A partir de este momento se acoplan las porciones externas del implante y ya se puede proceder a la abertura de canales. Este proceso significa que se excitan los electrodos y se empieza a enviar información sonora. Cada electrodo es regulado independientemente. Es un proceso individualizado y a medida para cada paciente.
La decisión de implantar no la toma una sola persona, sino todo un equipo de profesionales , como los que están incluidos en el cuadro médico de los seguros de MAPFRE Salud, que contrastan los resultados de las diferentes pruebas.
Pruebas complementarias antes de un implante coclear
Antes de realizar esta intervención es necesario realizar una serie de pruebas:
- Audiometría tonal (tonos puros) y verbal (palabras), para saber el grado de audición del paciente y el nivel de discriminación de la conversación.
- Impedanciometría: prueba el funcionamiento de la parte vestibular del oído interno.
- Test del Promontorio: determina si la estimulación eléctrica del nervio auditivo produce sensaciones auditivas así como el grado de discriminación.
- Test electroneurofisiológico.
- Pruebas de imagen: se precisa un TA de la cóclea para conocer su estado de calcificación y si existe algún grado de malformación de la misma.
- Estudio psicológico y grado de motivación para solucionar su sordera.
- Test logopédico: para valorar comprensión, desarrollo del lenguaje y labiolectura.
Limitaciones de los implantes cocleares
- Factor tiempo: el paciente debe saber que necesitará un tiempo de reinserción sonora para aprender a interpretar los sonidos que reciben.
- Actividades deportivas: se pueden practicar deportes, pero evitando los golpes. Si se prevé que la unidad exterior se dañe o bien si se practican deportes acuáticos se debe sacar la unidad exterior del implante.
- Aeropuertos: al contener metal en su interior pueden ser detectados por los sistemas electrónicos de control, por lo hay que pasar por fuera de los controles de los aeropuertos o aduanas (al igual que ocurre con una persona que lleva un marcapasos). Además, durante el despegue y el aterrizaje hay que desconectar el procesador ya que puede provocar interferencias.
- Pruebas médicas: no se deben realizar Resonancia Magnética Nuclear en la zona de la cabeza, como pasa en las personas que llevan prótesis dentales.
Lo que debes saber…
- Un implante no recupera la audición normal. Lo que hace es dar a una persona sorda una representación útil de los sonidos del ambiente y ayudarle a comprender el habla.
- Si los niños reciben un implante coclear seguido por terapia intensiva antes de los 18 meses, son más capaces de escuchar, comprender el sonido, la música y hablar, desarrollando habilidades de lenguaje a un ritmo comparable al de los niños con audición normal.
- La decisión de implantar no la toma una sola persona, sino todo un equipo de profesionales que contrastan los resultados de las diferentes pruebas.
Especialista en pediatría de Teladoc Health