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Marian Rojas Estapé es una de las psiquiatras más conocidas de nuestro país, y no es de extrañar si tenemos en cuenta que, a pesar de su juventud, lleva ya muchos años indagando sobre la mente y tratando de entender el optimismo, el cerebro, el estrés, la felicidad y el bienestar para poder ayudar a sus pacientes.
Sabe que gestionar bien las emociones es la clave para poder ser feliz y eso es precisamente de lo que habla en su libro Cómo hacer que te pasen cosas buenas, una agradable lectura que te reconducirá a disfrutar del presente, superar el pasado y mirar con ilusión el futuro.
En MAPFRE, hemos estado con ella y esto es lo que nos ha contado…
¿Es cierto que el cerebro y las emociones pueden enfermarte o curarte?
Una de las mejores vitaminas que existen para el cerebro y para estar sanos es tener un sentido de vida, un propósito de vida.
Hoy en día, la gente no sabe por qué se levanta por la mañana, somos autómatas, nos dejamos llevar y hay que tener esa capacidad, lo que algunos denominan la vida proactiva o la actitud proactiva, que es a pesar de que a mí lo que me apetezca hacer es tumbarme en un sofá, o no hacer nada, o dedicarme a comer patatas y no pensar en absolutamente nada, eso me va enfermando.
Sin embargo, cuando tomo las riendas de mi vida, cuando yo decido hacer las cosas con un sentido, porque ayudo a los demás, porque mi trabajo tiene un sentido, porque sonrío a las personas de mi entorno, porque cuido a mis padres, a mis hermanos, etc. hemos visto que el sistema inmunológico se ve fortalecido.
¿Cuál es el mejor antídoto para el sufrimiento?
Opino que el mejor antídoto que existe al sufrimiento, al dolor, al estrés, a las enfermedades, etc. es el amor. Tanto el amor a uno mismo, la autoestima, el amor de pareja, el amor a los demás, y eso puede ser tanto la amistad como la solidaridad.
Yo le doy un valor importantísimo a hacer cosas por los demás, incluso lo recomiendo en consulta, porque considero que hay pocas cosas que sanen tanto como ayudar a las personas que sufren.
El amor a los ideales y a las creencias… todos conocemos personajes históricos, políticos, sociales, religiosos, que, por sus ideales, sin llegar al fanatismo, han sido capaces de superar cualquier dolor o cualquier sufrimiento. Un ejemplo de ello es Gandhi, Nelson Mandela, Tomás Moro…
También es muy importante el amor a los recuerdos.
¿Los recuerdos pueden sanar?
Es impresionante el poder que tienen los recuerdos… El premio nobel de medicina del año 87 Susumu Tonegawa descubrió hace unos años que el poder del recuerdo es capaz de activar las mismas zonas en el cerebro que cuando esa situación sucedió en la realidad.
Es decir, cuando uno revive las situaciones que a uno le gustaron, que uno disfrutó, como puede ser su boda, el nacimiento de un hijo, un ascenso económico, profesional o algún evento especialmente importante, el cerebro y el organismo segregan las mismas sustancias y lo hacen revivir y por eso ayuda mucho.
Cuando uno vive de recuerdos trágicos y está enganchado en el pasado, puede enfermarse
¿Se puede perdonar todo?
Uno de los momentos más importantes de mi vida fue cuando me fui a Camboya y estuve trabajando con niñas de la prostitución. Yo siempre digo que estuve en el infierno, fue terrible, una experiencia muy muy dura, pero en muchas ocasiones muy gratificante en la que aprendí muchísimo.
Ayudé todo lo que pude, pero la sensación era de un desasosiego brutal y fue una época muy dura. Una niña de 12 años me contó cómo ella había superado las violaciones, y me contó que había aprendido a perdonar, en el libro lo cuento de forma detallada y ella me explicó que el perdón en ella había surgido intentando entender a su madre, a su abuela, al violador.
¿Comprender las cosas ayuda a perdonar?
Comprender es aliviar. Cuando uno comprende o intenta comprender por qué la gente te ha hecho daño, te sientes aliviado y puedes entrar en el perdón.
El perdón es por ti, no es por el otro. Sabemos que cuando uno no es capaz de perdonar, en su vida se asientan el rencor, el odio y la revancha, que son venenos, que te pueden hacerte enfermar, y que están hoy en día en la base de algunas enfermedades.
Cuando dicen “me enfermé de odio”, es que te puedes enfermar de odio. Por eso, cuando perdonas es por ti. Perdonar es ir al pasado y volver sano y salvo.