La tensión originada de esa batalla puede tener un impacto significativo en los músculos, causando dolores y molestias que afectan directamente a la calidad de vida de las personas que los sufren.

¿Por qué se producen los dolores musculares por ansiedad?

  • Tensión muscular: la ansiedad y el estrés pueden desencadenar una respuesta de lucha o huida en el cuerpo, lo que implica la liberación de hormonas como el cortisol y la adrenalina. Esta respuesta fisiológica puede provocar un aumento en la tensión muscular, ya que el cuerpo se prepara para enfrentar una situación de peligro.

  • Hiperventilación: durante los episodios de ansiedad, es común que las personas respiren de manera rápida y superficial, lo que se conoce como hiperventilación. Este tipo de respiración alterada puede provocar cambios en los niveles de oxígeno y dióxido de carbono en el cuerpo, lo que a su vez puede causar calambres musculares y sensación de opresión.

  • Postura incorrecta: la ansiedad crónica puede llevar a adoptar posturas corporales tensas o encorvadas. Estas posturas prolongadas pueden generar tensión muscular excesiva y dolores en diferentes áreas del cuerpo.

  • Hiperactividad neuromuscular: la ansiedad puede aumentar la excitación del sistema nervioso, lo que puede desencadenar una hiperactividad neuromuscular.

  • Sensibilidad amplificada: durante periodos de ansiedad, el cuerpo tiende a ser más sensible a las señales de dolor. Esto significa que las molestias musculares que normalmente podrían ser ignoradas o pasadas por alto, en periodos de ansiedad se perciben con mayor intensidad.

En definitiva, cuando una persona experimenta ansiedad, su cuerpo responde activando una serie de respuestas físicas, que pueden inducir dolor y rigidez muscular.

Síntomas de tensión o dolor muscular por ansiedad

  • Dolor de cabeza punzante que se extiende a cervicales, cuello y hombros.

  • Mareos o desorientación.

  • Dolores musculares por todo el cuerpo.

  • Calambres o pinchazos musculares agudos.

  • Espasmos musculares, sobre todo al dormir.

  • Inmovilidad y debilidad articular.

  • Dificultad para conciliar el sueño.

  • Frecuente toma de analgésicos para aliviar el dolor.

Áreas frecuentemente afectadas por la tensión muscular por ansiedad

Los dolores musculares por ansiedad pueden manifestarse en diversas partes del cuerpo:

  • Mandíbula: las emociones como la ira y el estrés suelen hacer que apretemos la mandíbula y los músculos alrededor de la boca.

  • Entrecejo: cuando estamos tensos o preocupados, es usual que frunzamos el entrecejo. Este gesto provoca tensión muscular en la zona de la frente, y suele desencadenar en dolor de cabeza tensional.

  • Cuello y hombros: las fibras medias del trapecio son las que forman el triángulo que va desde el cuello a los hombros, esa zona que, cuando estamos muy cansados, es habitual que duela.

  • Espalda: los abdominales y la musculatura paravertebral se coordinan entre sí para mantener una postura o conservar el equilibrio durante el movimiento. Pero cuando tenemos estrés o ansiedad, la coordinación se ve afectada y la musculatura se contrae inadecuadamente favoreciendo las contracturas musculares.

Consejos para prevenir y aliviar la tensión y el dolor muscular por ansiedad

Además de acudir a un psicólogo para poder tratar el trastorno de ansiedad, y visitar a un fisioterapeuta para relajar los músculos y corregir la postura, existen algunos cambios en el estilo de vida que nos permiten aliviar los síntomas del dolor muscular por ansiedad:

  • Practica la relajación muscular progresiva: esta técnica consiste en tensar y relajar los diferentes grupos musculares de forma sistemática. Puedes comenzar por los pies y avanzar hacia arriba, tensando los músculos durante unos segundos y luego relajándolos por completo.

  • Realiza estiramientos suaves: el estiramiento estático del yoga o del pilates puede ayudar a reducir la tensión muscular.

  • Realiza ejercicio de forma regular: la actividad física regular puede ayudar a liberar la tensión acumulada en los músculos y promover la relajación. Además, el ejercicio promueve la liberación de endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que pueden reducir la ansiedad y relajar los músculos.

  • Aprende técnicas de respiración: la respiración profunda y consciente puede ayudar a reducir la ansiedad y la tensión muscular. Practica la respiración abdominal, inhalando lentamente por la nariz, sintiendo cómo el abdomen se expande, y exhalando suavemente por la boca. También pueden ayudar la meditación o la visualización guiada.

  • Mantén una dieta equilibrada: mantener una alimentación saludable y equilibrada puede proporcionar los nutrientes necesarios para mantener la fuerza muscular. Asegúrate de incluir alimentos ricos en proteínas, vitaminas y minerales en tu dieta, como carnes magras, pescado, legumbres, frutas y verduras.

  • Recurre a masajes y terapia física: recibir masajes terapéuticos o acudir a sesiones de terapia física puede ayudar a aflojar los músculos tensos y aliviar la rigidez muscular.

En conclusión, las dolencias relacionadas con patologías psicológicas como la ansiedad pueden extenderse más allá de lo emocional y afectar directamente la calidad de vida de una persona.

Al comprender y abordar la conexión entre la tensión muscular y la ansiedad, es posible encontrar formas efectivas de prevenir y aliviar el malestar físico asociado con estas condiciones.

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Lo que debes saber…

  • Cuando una persona experimenta ansiedad, su cuerpo responde activando una serie de respuestas físicas, que pueden inducir dolor y rigidez muscular.

  • Acudir a un psicólogo para poder tratar el trastorno de ansiedad, y visitar a un fisioterapeuta para relajar los músculos y corregir la postura, son medidas convenientes.

  • Además, existen algunos cambios en el estilo de vida que nos permiten aliviar los síntomas del dolor muscular por ansiedad: relajación, estiramientos suaves, ejercicio regular, dieta equilibrada, masajes…