Muchos fármacos de uso habitual pueden interaccionar con el alcohol con efectos potencialmente peligrosos. Este riesgo es especialmente importante para las personas mayores de 65 años, pues con la edad la respuesta del cuerpo a ambas sustancias cambia y, además, es más probable que las personas mayores estén polimedicadas.

¿Cómo interfiere el alcohol tomando medicamentos?

Beber alcohol cuando se está siguiendo un tratamiento puede interferir a diferentes niveles:

  • El alcohol altera el metabolismo del medicamento: puede frenar o acelerar la eliminación del fármaco y, por consiguiente, cambiar sus niveles en sangre.
  • El fármaco influye en la absorción y metabolismo del alcohol, con riesgo de alcanzar concentraciones altas de alcohol en sangre y potencialmente peligrosas.
  • El alcohol altera el efecto farmacológico del medicamento en el organismo y puede perder eficacia o incrementar toxicidad.

Es IMPORTANTE recordar que los medicamentos y el alcohol pueden interaccionar a pesar de que no se tomen en el mismo momento. En general las mujeres son más susceptibles de presentar algún tipo de problema, pues con la ingesta de una misma cantidad de alcohol alcanzan niveles en sangre más altos que los hombres.

Ejemplos de los riesgos potenciales al mezclar medicamentos y alcohol

Benzodiacepinas y opioides

Aumenta el riesgo de sobredosis y de muerte por parada respiratoria. El alcohol incrementa el efecto sedante de estos fármacos por lo que aumenta el riesgo de lesiones, alteraciones del equilibrio y la coordinación motora, y disminuye el tiempo de reacción. Puede provocar alteraciones de memoria y amnesia de los eventos ocurridos bajo la influencia del alcohol.

Antidepresivos

El alcohol incrementa los efectos secundarios de estos fármacos en el sistema nervioso, como mareo o vértigos. Algunos antidepresivos interaccionan con la tiramina de la cerveza o el vino pudiendo ocasionar una elevación peligrosa de la tensión arterial.

Antiinflamatorios

La combinación de alcohol y antiinflamatorios, especialmente los AINES (antiinflamatorios no esteroideos), incrementa cerca del 40% el riesgo de sangrado digestivo.

Paracetamol

La mezcla de paracetamol y alcohol aumenta el riesgo de daño hepático, especialmente en bebedores crónicos.

Antihistamínicos

Se incrementan los efectos de somnolencia y mareo. Mayor riesgo de sobredosis.

Anticoagulantes orales

Aumento del riesgo de sangrado masivo.

Antibióticos

El alcohol puede cambiar la eficacia y el perfil de toxicidad de algunos antibióticos comunes por lo que es mejor evitarlo.

Estos son sólo algunos ejemplos, pues no hay que olvidar que el alcohol puede interaccionar con muchos fármacos. Ante la duda, es obligado preguntar al profesional médico y leer el prospecto del medicamento.

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Conclusión

Mezclar alcohol y medicamentos supone un riesgo REAL de reacciones peligrosas. Para protegerse hay que evitar el alcohol si se está tomando alguna medicación. Esta es una oportunidad para reflexionar sobre la cantidad de alcohol que bebemos, cómo influye en nuestras vidas y los riesgos a los que nos exponemos.

Lo que debes saber…

  • Los medicamentos y el alcohol pueden interaccionar a pesar de que no se tomen en el mismo momento.
  • La combinación de alcohol y antiinflamatorios, especialmente los AINES (antiinflamatorios no esteroideos), incrementa cerca del 40% el riesgo de sangrado digestivo.
  • En el caso de los antibióticos, el alcohol puede cambiar la eficacia y el perfil de toxicidad de algunos muy comunes por lo que es mejor evitarlo.

 

Bibliografía

  • National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism. (2023). Alcohol-Medication Interactions: Potentially Dangerous Mixes. https://www.niaaa.nih.gov/health-professionals-communities/core-resource-on-alcohol/alcohol-medication-interactions-potentially-dangerous-mixes