En la mayoría de los órganos y sistemas del cuerpo humano, existen estos receptores sensoriales especiales que tienen la capacidad única de distinguir entre estímulos inofensivos y estímulos nocivos. Es decir, pueden detectar la intensidad de un estímulo dentro de un rango que causa dolor, mientras que no responden o lo hacen de manera irregular a estímulos de baja intensidad. Es importante destacar que la intensidad del estímulo nocivo puede variar según el tejido en el que se encuentren los nociceptores.

Aunque comúnmente se les llama «receptores del dolor», esta denominación no es del todo precisa, ya que no todas las sensaciones dolorosas son el resultado de la activación de estos receptores. Además, no toda estimulación de los nociceptores siempre conduce a la sensación de dolor. Por lo tanto, es más adecuado referirse a ellos como «nociceptores».

¿Cómo funcionan?

La nocicepción es un proceso fisiológico fundamental regulado por el sistema nervioso central que nos permite detectar el dolor cuando se producen estímulos nocivos en los tejidos del cuerpo. Es esencial para alertarnos sobre posibles daños y proteger al organismo.

La nocicepción implica una compleja red de estructuras nerviosas, incluyendo la médula espinal, el cerebro, el tálamo, la corteza y el tronco encefálico. Todas estas regiones desempeñan un papel crucial en la transmisión y percepción del dolor.

En este proceso intervienen los nociceptores que están distribuidos en todo el cuerpo y envían señales hacia la médula espinal, donde se transmiten a través de vías específicas hacia el cerebro.

Los nociceptores responden a estímulos mecánicos (presión), térmicos (temperatura) y químicos, y pueden activarse tanto en presencia de daño tisular (lesión en una zona) como en respuesta a procesos inflamatorios. Las señales nociceptivas son transmitidas al sistema nervioso central a través de terminaciones de células nerviosas (axones mielínicos delgados y amielínicos), y son procesadas en diversas regiones cerebrales.

Es importante distinguir entre el umbral nociceptivo, que indica el nivel en el que un estímulo se percibe como nociceptivo, y el umbral de tolerancia al dolor, que indica el nivel en el que el dolor se vuelve intolerable para una persona. Esta diferencia es crucial para el diagnóstico de síndromes dolorosos.

Tipos de nociceptores

Existen tres grupos principales de nociceptores, clasificados según su ubicación y características distintivas:

  • Nociceptores cutáneos: son receptores sensoriales especializados en la piel que responden a estímulos nocivos como el calor, el frío y la presión. Se dividen en nociceptores A-d y C, que difieren en su velocidad de conducción y sensibilidad.
  • Nociceptores musculares y articulares: se encuentran en los músculos y articulaciones y responden a estímulos que pueden causar daño tisular, como la presión y la isquemia.
  • Nociceptores viscerales: aunque menos comprendidos, se sabe que se encuentran en órganos internos y responden a estímulos nocivos, contribuyendo así a sensaciones de dolor visceral.

Dolores principales

Además, en las diversas clasificaciones de dolor, se distinguen dos tipos de dolores principales: el dolor nociceptivo y el neuropático.

  • El dolor nociceptivo, también conocido como dolor normal, es la forma más común de dolor que experimentamos. Surge como respuesta a un daño físico, ya sea en los tejidos superficiales o en órganos internos.

Otros tipos de dolor incluyen:

  • Dolor somático: este tipo de dolor se origina en la piel, músculos, ligamentos, articulaciones o huesos. Es bien localizado, lo que significa que podemos identificar claramente la zona afectada.
  • Dolor visceral: afecta a los órganos internos y, a diferencia del dolor somático, puede ser más difícil de localizar. A menudo, se percibe en una zona distante de donde se encuentra el órgano lesionado, un fenómeno conocido como dolor referido.
  • Dolor neuropático: se produce como resultado de una lesión o disfunción en el sistema nervioso periférico o central.

En resumen, la nocicepción es un mecanismo que ayuda a detectar y responder a los estímulos dolorosos, desempeñando un papel fundamental en la protección y el mantenimiento de nuestra salud y bienestar.

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Lo que debes saber…

  • Cuando se experimenta dolor intervienen una serie de mecanismos fisiológicos y neuroanatómicos que permiten su percepción y procesamiento en el cerebro.
  • Los nociceptores desempeñan un papel fundamental en este proceso, son terminaciones nerviosas libres que se encuentran en la piel y en estructuras sensibles profundas.
  • Desempeñan un papel fundamental en la protección y el mantenimiento de nuestra salud y bienestar.