Resumen del contenido
El prospecto de un medicamento es un documento legal y obligatorio de cualquier producto farmacéutico en el cual se recogen una serie de datos para que el consumidor tenga acceso a ellos. Sin embargo, en ocasiones leer un prospecto de un medicamento puede llevar a mayor confusión.
Partes del prospecto de un medicamento
En general, todo prospecto farmacéutico tiene unas partes bien diferenciadas que responden a una serie de preguntas básicas:
- Qué es el medicamento
- Para qué se utiliza el medicamento
- Precauciones antes de tomarlo
- Forma de tomarlo
- Efectos adversos del fármaco
- Conservación del fármaco
- Información adicional
Qué es el medicamento
El primer apartado del prospecto de un medicamento es muy sencillo, nos explica cuál es el fármaco que vamos a tomar, dando tanto el nombre comercial que le ha puesto la empresa farmacéutica que lo produce como el del principio activo, es decir, la molécula química. En ocasiones estos nombres coinciden si el fármaco es un genérico o EFG.
Este apartado es importante porque en él se nos explica cuáles son las indicaciones de este fármaco, es decir, para qué síntomas o enfermedades se ha aprobado el uso del fármaco como agente terapéutico. Si se utiliza el fármaco para tratar alguna dolencia que no quede aquí reflejada puede que este no sea efectivo o que incluso suponga un perjuicio para la salud, de manera que no deben utilizarse los fármacos para tratar enfermedades distintas a las recogidas en la ficha, a menos que así lo haya indicado un médico.
Para qué se utiliza
En el segundo apartado del prospecto de un medicamento recoge toda una serie de contraindicaciones y de precauciones a la hora de tomar el fármaco. Estas advertencias pueden hacer referencia a:
• Ciertas enfermedades
• Alergias a los componentes del fármaco
• Uso de otros fármacos simultáneamente
• Consumo de sustancias tóxicas
• Uso en niños, adolescentes y ancianos
• Uso durante el embarazo y la lactancia
• Uso y el manejo de vehículos y máquinas
Precauciones
Aquí se recogen las precauciones, no contraindicaciones en firme, a menos que así lo indique el prospecto de un medicamento. Cuando se prescribe un medicamento se deben conocer las circunstancias del paciente y sus tratamientos concomitantes.
Forma de tomarlo
La tercera sección nos índica cómo tomar el medicamento, en qué cantidad y con qué frecuencia. Es importante seguir las indicaciones que nos den el prospecto y el médico, y no tomar el fármaco de otra manera distinta. Los fármacos se toman a unas horas determinadas, y durante un tiempo concreto porque se han hecho estudios químicos de estos fármacos antes de que se comercialicen para saber cuánto duran en sangre y cuánto tardan en causarnos un beneficio y un perjuicio si abusamos de ellos.
De ahí que la posología no sea una información gratuita, sino que nos indica cómo tomar adecuadamente dicho fármaco sin peligro para nuestra salud. Asimismo, en este apartado suele venir reflejado qué hacer si se toma más fármaco del debido o se olvida una toma.
Efectos adversos
El cuarto apartado, uno de los más extensos y de los que suelen generar más dudas, es el que relata los efectos secundarios del fármaco. Suele ser un listado enorme de posibles síntomas, signos o alteraciones que se pueden producir con la toma del fármaco. Aquí la palabra clave es “pueden”, la probabilidad.
La toma del fármaco, en general, no dará ningún efecto secundario severo. Sin embargo, una vez más, cabe recordar que el prospecto de un medicamento es un documento legal en el cual la empresa farmacéutica debe recoger todos y cada uno de los efectos secundarios posibles del fármaco que se han descrito a su toma previa a la comercialización por una razón legal. En general los efectos adversos se clasifican en:
- Frecuentes (ocurren a ≥1 de cada 100 pacientes)
- Raros (ocurren a ≥1 de cada 10.000 pacientes)
- Muy raros (ocurren a <1 de cada 10.000 pacientes)
Si un fármaco nos produce un efecto adverso en general será de los frecuentes que, la mayoría de las veces, son transitorios y banales.
Conservación del fármaco
En el quinto apartado se nos explica cómo conservar el fármaco y es importante seguir estas indicaciones de conservación (en un lugar seco, en nevera, a una determinada temperatura, dentro del envase). Si no se siguen, la mala conservación del fármaco puede que afecte a su efectividad terapéutica o que incluso pueda causarnos algún perjuicio. No utilizar nunca un medicamento caducado.
Información adicional
Por último, suelen haber información sobre la composición del fármaco, con su principio activo y los excipientes, es decir, las sustancias que se añaden al fármaco a para que este tenga una determinada forma, textura, color, sabor y estabilidad química y física al consumirlo. Del mismo modo se da información sobre el envase y sobre la titularidad de la empresa farmacéutica de ese fármaco.
El prospecto de un medicamento puede ser un poco intimidatorio si no se sabe extraer la información necesaria, siendo la esencial las indicaciones del fármaco, las precauciones y la forma de tomarlo. Si existen dudas sobre un tratamiento, lo mejor es consultar con el médico que haya prescrito dicho medicamento. También puedes consultar al servicio de Orientación Médica 24 horas que MAPFRE Salud pone a disposición de todos los asegurados.
- Todo prospecto farmacéutico tiene unas partes bien diferenciadas que responden a una serie de preguntas básicas.
- Ha de mencionar el principio activo del mismo y para qué está indicado (síntomas o enfermedades para el que está aprobado su uso terapéutico).
- También se recogen las contraindicaciones, precauciones, formas de utilización, efectos adversos, conservación e informaciones adicionales (sustancias añadidas, envase…)