Resumen del contenido
Es relevante tener conocimiento de lo que significa ser donante de órganos y/o tejidos. La persona interesada en ser donante debe expresar su voluntad, tanto si desea ser donante vivo como fallecido. Cualquier persona puede decidir ser donante de órganos y tejidos y manifestárselo a sus allegados, pero debe haber un documento legal que lo acredite. Asimismo, podemos expresar si deseamos donar la totalidad de órganos y tejidos o especificar cuáles deseamos y cuáles no deseamos donar.
Según la Ley que regula los trasplantes en España, todos somos donantes potenciales si en vida no hemos expresado lo contrario. Sin embargo, si llegado el momento no existe una voluntad expresa del fallecido son los familiares los que deben pronunciarse ante la posibilidad de donación y para ello debe existir un consentimiento legal informado. Sería el caso, por ejemplo, de una muerte inminente inesperada ante un accidente grave. Si el individuo es un potencial donante que no ha manifestado su deseo de serlo, entonces son sus familiares los que lo deciden suponiendo ello tomar una decisión en un momento de máxima sensibilidad.
Diferencias si el donante es vivo o fallecido
Así como se requiere una convicción personal para ser donante es necesario que se cumplan unos requisitos inexorables que serán diferentes si el donante es vivo o fallecido. Asimismo, si existe el deseo de donar por parte de un fallecido y, por algún motivo es desestimado el trasplante, se puede destinar la donación a la investigación, por ejemplo.
En caso de ser donante fallecido
Se puede ser donante a cualquier edad con la salvedad de que, en caso de tratarse de menores de edad y/o discapacitados fallecidos, se respetará la voluntad de las personas que tengan la patria potestad (Ley 30/1979). Se pueden donar todos los órganos y tejidos. Debe darse que exista muerte sea cerebral o por asistolia y además debe fallecer en un centro hospitalario que pueda preservar o asegurar el mantenimiento vital de los órganos a donar hasta su extracción. Así mismo debe conocerse la causa de la muerte en el momento del fallecimiento (determinadas causas pueden hacer desestimar el trasplante).
En caso de ser donante vivo
Debe manifestarse el deseo expreso de donación y reunir unos requisitos médicos imprescindibles e ineludibles: ser mayor de edad, gozar de buena salud física, plenitud intelectual y asegurar una buena salud tras la donación. El donante vivo es sometido a multitud de exploraciones médicas que corroboren su estado de salud óptimo. Deben descartarse enfermedades transmisibles. Por supuesto, un donante vivo sólo podrá donar algunos órganos (si son órganos pares puede donar uno de los dos, por ejemplo, pulmones o riñones. Si es un órgano impar sólo puede donar una parte, por ejemplo, de hígado. Así mismo, puede ser donante de tejidos.
El modelo español
España es uno de los países con mayores tasas de donación del mundo. Las donaciones se realizan siempre atendiendo a los principios de altruismo (brindar un bien a otras personas de forma desinteresada, aun cuando dicha decisión atente contra el bien propio) y equidad (mismas posibilidades para los diferentes candidatos, sin considerar criterios secundarios). El procedimiento terapéutico es cubierto económicamente en su totalidad por el Sistema Nacional de Salud y asumido por las Comunidades Autónomas dónde se lleva a cabo el trasplante.
Teniendo en cuenta la alta demanda de órganos en nuestro entorno es necesario concienciar y sensibilizar a la población. En este sentido debemos conocer que alrededor del 10% de los pacientes en lista de espera de trasplante fallece mientras esperan el órgano a recibir.
Para que una persona sea candidata a trasplante debe darse que sufra un daño irreversible en uno de sus órganos (hígado, corazón, pulmón, intestino, páncreas y riñón) y que no exista otra alternativa terapéutica. Es decir, no tiene más posibilidades. Cuando un candidato recibe un órgano supone brindarle una segunda vida.
El paciente que entra en lista de espera de trasplante es catalogado según diferentes criterios: por patología, gravedad, grupo sanguíneo, antigüedad…. El principio de equidad nos asegura que todos los candidatos dispongan de las mismas posibilidades, sin que influya su condición social o económica. Los criterios de asignación de los órganos están claramente definidos, aunque existe la clasificación de Urgencia 0, de vital prioridad en todo el territorio nacional.
El modelo español de funcionamiento y coordinación de los trasplantes es considerado puntero mundialmente. Ante un potencial donante se activa el dispositivo y se alerta al equipo de coordinación de trasplantes. Se debe considerar el órgano y los posibles receptores para el mismo teniendo en cuenta criterios de proximidad y gravedad, entre otros. Por supuesto, una vez seleccionado e informado al receptor se coordina la extracción-implantación del órgano bajo la premisa de la máxima inmediatez posible.
Si una persona decide ser donante recibirá una tarjeta testimonial que lo acredite. Es recomendable que los familiares y allegados del donante voluntario estén informados de su admirable decisión. Es evidente, para que haya trasplante, debe haber un donante. Posibles receptores hay cientos. ¿Por qué no?.
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Lo que debes saber…
- Si la persona fallecida es un potencial donante que no ha manifestado su deseo de serlo, entonces son sus familiares los que lo deciden suponiendo ello tomar una decisión en un momento de máxima sensibilidad.
- Si existe el deseo de donar por parte de un fallecido y, por algún motivo, es desestimado el trasplante, se puede destinar la donación a la investigación, por ejemplo.
- El modelo español de funcionamiento y coordinación de los trasplantes es considerado puntero mundialmente.