¿Por qué se producen los sudores nocturnos?
Resumen del contenido
Licenciada en enfermería y medicina general, actualmente trabaja como médico especialista en medicina de familia en el servicio de urgencias. Con más de 10 años de experiencia en el sector salud, compagina su labor profesional con la redacción de textos para diferentes medios referentes del sector.
Los episodios de sudoración generalizada, que ocurren durante el día o la noche (o ambos) son un síntoma de presentación común en la atención primaria.
La sudoración excesiva, o hiperhidrosis generalizada, es la secreción de sudor en exceso. Puede ser primaria (idiopática) o secundaria (debido a una causa subyacente). Cuando la sudoración se limita a ciertas áreas del cuerpo, se denomina hiperhidrosis focal primaria.
En el caso de sudores nocturnos (hiperhidrosis del sueño), se trata de episodios de hiperhidrosis generalizada que ocurren durante el sueño y pueden variar en severidad desde sudoración difusa moderada hasta sudores empapados que requieren cambiar la ropa de dormir e incluso las sábanas.
Causas
Una habitación sobrecalentada o demasiados cobertores para la cama pueden ser una causa simple de un aumento de la sudoración nocturna.
Dadas las innumerables causas posibles de los sudores nocturnos y las afecciones que pueden presentarse con síntomas de sudoración nocturna, el desafío es identificar correctamente a aquellos pacientes con una causa subyacente grave y minimizar las pruebas de diagnóstico innecesarias.
Diagnóstico
Una historia clínica detallada es el elemento más importante en la evaluación de un paciente con hiperhidrosis generalizada o sudores nocturnos. Debemos tener en cuenta:
- Características: detalles exactos de los episodios de sudoración son esenciales para aclarar e incluir la gravedad y la frecuencia de los eventos. Los sudores leves suelen ser menos preocupantes para una enfermedad o infección grave subyacente que los sudores nocturnos empapados que hacen que el paciente se cambie la ropa de dormir y las sábanas. Además, debe determinarse la frecuencia de los sudores, incluidos los síntomas diurnos.
- Fiebre: la fiebre debe excluirse con certeza al evaluar a un paciente con sudores nocturnos. Cuando se presenta una fiebre documentada en asociación con sudores nocturnos, la infección y la malignidad se convierten en las posibilidades diagnósticas más probables.
- Síntomas constitucionales: presencia de ganglios aumentados o antecedentes conocidos de malignidad. Tenemos que preguntar sobre la pérdida de peso no intencional, fatiga y prurito, que pueden sugerir la presencia de una malignidad (como un linfoma).
- Infecciones: tuberculosis, VIH, infecciones bacterianas, infección por Covid, son algunas de las infecciones que se acompañan de sudores nocturnos.
- Región geográfica de residencia del paciente. También preguntamos sobre el historial de viajes. Preguntamos sobre las picaduras de mosquitos o garrapatas conocidas o sospechadas, etc.
- Estado hormonal (estrógenos y andrógenos) y etiología endocrina: la edad y el estado menopáusico, uso de productos que contienen estrógenos y antecedentes obstétricos recientes. También verificar problemas de tiroides. Síntomas incluyendo intolerancia al calor, palpitaciones, temblores, sofocos, diarrea, sibilancias, palpitaciones o dolor de cabeza.
- Medicamentos.
- Historia neurológica: evaluamos antecedentes de lesión de la médula espinal, accidente cerebrovascular u otro trastorno neurológico que pueda estar asociado con disreflexia autonómica.
Pruebas clínicas
Si bien el historial médico es la piedra angular de la evaluación clínica de los pacientes con sudores nocturnos, un examen físico enfocado puede brindar información diagnóstica adicional (aspecto general, temperatura, frecuencia cardíaca, presión arterial y peso; cadenas de ganglios linfáticos agrandados; aftas; palidez; examen de la tiroides; etc.).
Nuestro siguiente paso en el abordaje diagnóstico del paciente con hiperhidrosis generalizada o sudores nocturnos depende de la información recopilada en la historia clínica y el examen físico. En ningún momento de la evaluación tratamos con antibióticos de forma empírica.
- Pacientes con antecedentes y hallazgos físicos que sugieran una etiología específica, realizaremos un estudio más detallado. Por ejemplo, si se sospecha de linfoma, se deben realizar una tomografía computarizada o una tomografía por emisión de positrones, una biopsia de un ganglio linfático agrandado, un análisis de sangre adecuado y una biopsia de la médula ósea.
- Pacientes con fiebre como único hallazgo en la historia clínica y el examen físico, si la historia clínica y el examen físico no sugieren una etiología específica, pero se documenta fiebre objetiva, existe una mayor probabilidad de infección oculta o malignidad.
- Pacientes sin fiebre, pero con sudores intensos y empapados que requieren cambiarse la ropa de cama, se justifica una evaluación adicional; la fiebre puede estar ausente entre algunos pacientes inmunodeprimidos a pesar de la presencia de cáncer o infección sistémica.
En cada paso de la siguiente evaluación, es importante repetir una historia clínica cuidadosa, ya que a menudo surgen nuevos síntomas de diagnóstico con el tiempo:
- Realizamos una evaluación inicial para descartar una infección posible con un análisis de sangre completo en el que solicitamos unos parámetros inflamtaorios específicos como es la VSG.
- Si estas pruebas son normales y persisten los sudores nocturnos empapados, se debe obtener una tomografía computarizada o una tomografía por emisión de positrones (PET) evaluar si hay linfoma, tumor sólido o absceso.
- Si los estudios anteriores son normales y persisten los sudores nocturnos empapados, realizamos un ecocardiograma transtorácico como prueba de detección para evaluar la presencia de endocarditis con cultivo negativo.
- Si no hay un diagnóstico evidente en esta etapa de la evaluación y persisten los sudores nocturnos intensos, la evaluación adicional generalmente incluye una biopsia de médula ósea.
El diagnóstico diferencial de hiperhidrosis generalizada y sudores nocturnos incluye infección (más comúnmente TB, VIH e infecciones bacterianas), malignidad (linfomas y enfermedades malignas no hematológicas como el cáncer de próstata, renal, tiroides, etc.), medicamentos (más frecuentemente antidepresivos, seguido de antipsicóticos, anticolinérgicos, antidiabéticos orales, terapias hormonales, etc.), drogas (alcohol, metadona, opiáceos, etc.) causas endocrinas (incluida la deficiencia de estrógenos y andrógenos, neuroendocrino, menopausia, feorcromocitoma, hipertiroidismo, síndrome carcinoide, etc.), neurológicas (disreflexia autonómica, neuropatía autonómica) y otras causas menos comunes.
¿Cuándo hay que acudir al médico?
Programaremos una visita con un médico si las sudoraciones nocturnas:
- Ocurren regularmente.
- Interrumpen tu sueño.
- Están acompañadas de fiebre, adelgazamiento, dolor localizado, tos, diarrea u otros síntomas que te preocupen.
- Aparecen después de meses o años en que los síntomas de la menopausia han estado ausentes.
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Lo que debes saber…
- Los sudores nocturnos (hiperhidrosis del sueño) son episodios de hiperhidrosis generalizada que ocurren durante el sueño y pueden variar en severidad desde sudoración difusa moderada hasta sudores empapados que requieren cambiar la ropa de cama e incluso las sábanas.
- Si bien el historial médico es la piedra angular de la evaluación clínica de los pacientes con sudores nocturnos, un examen físico enfocado puede brindar información diagnóstica adicional.
- Si los sudores ocurren con frecuencia, nos impiden dormir, se acompañan de síntomas como fiebre, adelgazamiento, dolor… y no se relacionan con la menopausia, conviene acudir al médico.
Dra. Alexandra Company Barceló
Médico especialista en Medicina Familiar
Médico consultor en Teladoc Health
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