Resumen del contenido
Para entender bien esta patología es necesario hacer un breve repaso de la circulación pulmonar, entre el corazón y los pulmones. La sangre desoxigenada proveniente de los tejidos llega a la aurícula derecha del corazón a través de la vena cava superior e inferior, pasa después al ventrículo derecho y alcanza los pulmones a través de la arteria pulmonar, donde se oxigena pasando después a través de las venas pulmonares a la aurícula izquierda, ventrículo izquierdo y sale del corazón a través de la arteria aorta para ser distribuida por todo el cuerpo.
El corazón se contrae y se relaja. Cuando el corazón se contrae, bombea (expulsa) sangre de los ventrículos. Cuando se relaja, los ventrículos vuelven a llenarse de sangre. La «fracción de eyección» hace referencia al porcentaje de sangre que se bombea de un ventrículo lleno con cada latido del corazón.
Por qué se produce el edema agudo de pulmón
El edema agudo de pulmón suele ser de origen cardiogénico, es decir, provocado por una insuficiencia del ventrículo izquierdo para bombear la sangre hacia la aorta, y esto provoca un aumento en la presión venosa pulmonar y paso de líquido plasmático desde los capilares sanguíneos hacia los alvéolos y espacios intersticiales del pulmón dificultando la oxigenación de la sangre; este acúmulo de líquido en el pulmón es lo que se conoce como edema de pulmón. El término “agudo” hace referencia a una instauración rápida o repentina; el edema agudo de pulmón cardiogénico es una forma de presentación clínica de la insuficiencia cardiaca aguda. El edema agudo de pulmón cardiogénico puede ser debido a:
- Descompensación de una insuficiencia cardiaca previa por abandono o mal cumplimiento del tratamiento, por anemia, por demasiado aporte de líquido, por ejemplo tras una transfusión….
- Trastornos que afecten la función del ventrículo izquierdo (su capacidad de bombear la sangre hacia la aorta) por enfermedades que afecten el miocardio (el tejido muscular del corazón) como, por ejemplo, miocarditis/miocardiopatía o infarto agudo de miocardio.
- Arritmias: el ritmo eléctrico es irregular y no permite una contracción eficaz del corazón.
- Valvulopatías: si hay estenosis (estrechamiento) o insuficiencia (no se cierra bien) de la válvula mitral, que regula el paso de sangre de la aurícula izquierda al ventrículo izquierdo, o de la válvula aórtica, que regula el paso de sangre entre el ventrículo izquierdo y la aorta, el “acúmulo de sangre” provoca el aumento de la presión venosa pulmonar.
- Hipertensión arterial grave: al aumentar la carga de trabajo del corazón.
- Derrame pericárdico: acúmulo de líquido entre el corazón y la membrana que lo recubre que presiona el corazón e impide el bombeo de la sangre.
Edema pulmonar no cardiogénico
Existe también el edema pulmonar no cardiogénico, en el que hay un aumento de permeabilidad capilar y paso de líquido al pulmón producido por un daño o inflamación en los vasos sanguíneos del pulmón. Ejemplos de edema pulmonar no cardiogénico son: el edema agudo de pulmón asociado a transfusión, el edema pulmonar neurogénico (por lesiones cerebrales), el asociado al mal de altura o el edema pulmonar por ahogamiento. Se solapa con el concepto de “síndrome de distrés respiratorio agudo” que es cuando ya hay una lesión pulmonar grave acompañada de niveles muy bajos de oxígeno en sangre por daño pulmonar directo (neumonía, inhalación de tóxicos…) o indirecto (infección generalizada, pancreatitis, trauma severo, transfusiones múltiples, sobredosis de fármacos o drogas…).
¿Cuáles son los síntomas?
El síntoma principal es la dificultad para respirar (disnea), y puede aparecer al realizar determinados ejercicios físicos o, en casos más graves, en reposo. En muchas ocasiones el paciente no tolera estar tumbado teniendo que estar incorporado (ortopnea). Puede haber tos con esputo espumoso teñido de sangre, palidez, cianosis (coloración azulada), frialdad de la piel y sudoración. El paciente presenta un aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca al intentar compensar la falta de oxígeno que llega al cuerpo.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
- Auscultación: se auscultan estertores pulmonares (crepitantes húmedos) y pueden auscultarse sibilancias abundantes (asma cardíaco). Si existe insuficiencia ventricular derecha se aprecia distensión de las venas del cuello y edema periférico. Al auscultar el corazón puede haber un ritmo de galope.
- Oximetría o gasometría para medir el nivel de oxígeno en la sangre
- Radiografía de tórax: Detecta la presencia de líquido en el pulmón; en ocasiones se observa un aumento del tamaño del corazón (cardiomegalia)
- Analítica que suele incluir medición de péptido natriurético cerebral (BNP) o N-terminal-pro BNP (NT-pro-BNP) que suelen encontrarse aumentadas.
- Electrocardiograma, marcadores cardíacos y otras pruebas (por ejemplo ecografía cardíaca) para identificar la causa del fallo en el ventrículo.
¿Cómo se trata?
El edema agudo de pulmón es una emergencia médica que requiere tratamiento urgente.
El tratamiento se basa en:
- Administración de oxígeno. Puede llegar a ser necesaria la ventilación asistida.
- Diuréticos endovenosos que aumentan la eliminación de líquidos a través de la orina
- Vasodilatadores (nitratos) endovenosos
- Fármacos inotrópicos(fármacos que aumentan la fuerza de contracción del corazón) y/o vasopresores endovenosos
- También hay que tratar de manera específica la causa que ha provocado el edema agudo de pulmón. Los seguros de MAPFRE Salud cuentan con un amplio cuadro médico de especialistas en cardiología para realizar el diagnóstico y tratamiento de esta patología.
Lo que debes saber…
- El edema agudo de pulmón suele ser de origen cardiogénico es decir provocado por una insuficiencia del ventrículo izquierdo para bombear la sangre hacia la aorta.
- Existe también el edema pulmonar no cardiogénico, en el que hay un aumento de permeabilidad capilar y paso de líquido al pulmón producido por un daño o inflamación en los vasos sanguíneos del pulmón.
- El edema agudo de pulmón es una emergencia médica que requiere tratamiento urgente.