¿Qué es la neumonía atípica?
Resumen del contenido
Médico cirujano especialista en medicina familiar y comunitaria. Con experiencia como médico de urgencias y de familia, continua su formación enfocada en la gestión de servicios sanitarios sobre lo que está realizando su tesis doctoral.
¿Qué son las neumonías?
Las neumonías son la consecuencia de la reacción inflamatoria que se produce en el tejido de los pulmones. Este tejido se ve afectado por la liberación de las defensas del organismo (células blancas), los patógenos que lo provocan y las sustancias y desechos producidos de la infección. Estas alteraciones provocan aumento de líquidos en los alveolos induciendo la imagen de condensación típica (que se observa en la radiografía de tórax) e implica mal funcionamiento en el normal intercambio gaseoso del pulmón (entrada de oxígeno y salida de dióxido de carbono). Si las condensaciones se hicieran más grandes o aparecieran en ambos campos pulmonares la infección podría ser mucho más severa y provocar incluso la muerte del paciente.
Incidencia
Según estudios llevados a cabo en Europa y Norteamérica, la incidencia de la neumonía adquirida en la comunidad oscila entre 1 y 11 por 1.000 habitantes por año, es decir, cerca de 4 millones de casos nuevos al año. De estos pacientes con diagnóstico de neumonía adquirida en la comunidad, entre el 20 y el 42% requiere hospitalización, y de los pacientes hospitalizados, aproximadamente, entre el 10 y el 30% requiere manejo en la UCI y corresponden al grupo denominado “neumonía grave”.
Clasificación
La clasificación de las neumonías es variada y diferente dependiendo del contexto en el que las queramos clasificar. Si atendemos al origen:
- Neumonías adquiridas en la comunidad (neumonías que se han infectado por organismos encontrados en otra población de la comunidad)
- Neumonías nosocomiales (infecciones originadas en centros hospitalarios con mayor probabilidad y tasa de infección por microrganismos resistentes a antibióticos).
También existen neumonías clasificadas según la gravedad y/o severidad de los signos y síntomas que la envuelven. Para ellos existen varias escalas de gravedad como el CURB65 y la escala FINE que definen cada tipo y recomiendan un lugar específico de tratamiento y un pronóstico asociado al grado adquirido. Finalmente, y según una clasificación más antigua podemos dividir a las neumonías según la presentación clínica que presentan siendo dos tipos principales:
- Neumonías típicas
- Neumonías atípicas.
Cómo se manifiesta una neumonía atípica
Las neumonías atípicas son aquellas neumonías o inflamaciones del parénquima pulmonar que se producen por microrganismo menos habituales que los que se reproducen en las neumonías típicas. Estos microrganismos principalmente son: Mycoplasma pneumoniae y Chlamydophila pneumoniae (en especial el primero).
Esta neumonía se desarrolla gradualmente durante un periodo de varios días y persiste durante semanas o meses. Sus síntomas más frecuentes son:
- Faringitis
- Fiebre
- Tos
- Cefaleas
- Escalofríos
- Mialgias
- Artralgias
- Malestar general
- La disnea puede ser evidente en los casos más graves y la tos puede ser pertusoide o espasmódica, haciendo que el paciente presente dolor torácico por la tos.
Es habitualmente una neumonía mucho más frecuente en niños de 5 a 15 años, en época estival o en otoño y viene acompañada de forma muy habitual con periodos de explosión epidémica con varios casos cercanos en el entorno familiar y/o social del niño afectado.
Los niños menores de cinco años manifiestan más malestar de tracto respiratorio superior y estornudos, y la progresión hacia la neumonía suele ser infrecuente, mientras que los niños de 5 a 15 años son más propensos a desarrollar una bronconeumonía que afecta a uno o más lóbulos, y a veces requieren hospitalización.
En adultos la mayoría de los casos pasan de forma sintomática y cuando progresa hacia una bronconeumonía lo afecta de forma mucho más larvada y compleja que las neumonías habituales o típicas.
Diagnóstico de la neumonía atípica
El diagnóstico fundamental de este tipo de neumonías atípicas es clásicamente de sospecha y clínico, con la presencia de cuadro respiratorio de una a dos semanas que no mejora con antitérmicos, fiebre leve y mucho mal estar general. Normalmente no se observa una condensación localizada típica de la neumonía y si un infiltrado homogéneo y difuso en ambos campos pulmonares.
En condiciones de normalidad y en ausencia de patología concomitante grave, no se suelen solicitar pruebas complementarias analíticas ni otras pruebas diagnósticas. En caso más severos se adjunta a la radiografía de tórax antes comentada, la realización de analítica de sangre, hemocultivos y análisis cuantitativo de legionela en orina. En caso de duda, con infección respiratoria de origen vírico pueden solicitarse pruebas microbiológicas como la PCR para confirmar el patógeno causante de la infección.
Cómo se trata la neumonía atípica
Normalmente las neumonías atípicas reaccionan bien a un antibiótico de la familia de los macrólidos que por sus características farmacocinéticas y farmacodinámicas provoca un importante daño estructural en el microrganismo más habitual causante de estas infecciones (M. Pneumoniae).
La prescripción de fármacos de soporte como antitérmicos o broncodilatadores puede ser necesaria para ayudar a la correcta oxigenación de los tejidos. Esta mejora mantendrá un progreso en la circulación del aire inspirado y espirado si se produce un broncoespasmo asociado a la presencia de la neumonía.
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Lo que debes saber…
- Las neumonías atípicas son las neumonías o inflamaciones del parénquima pulmonar causadas por microrganismos menos habituales que los que se reproducen en las neumonías típicas.
- Sus manifestaciones más frecuentes incluyen faringitis, fiebre, tos, cefaleas, escalofríos, mialgias, artralgias y malestar general.
- Normalmente las neumonías atípicas reaccionan bien a un antibiótico de la familia de los macrólidos. La prescripción complementaria de antitérmicos o broncodilatadores puede ser necesaria para ayudar a la correcta oxigenación de los tejidos.
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