¿Por qué tosemos? Causas de la tos
Resumen del contenido
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La tos se produce de forma voluntaria o bien a través del llamado reflejo tusígeno. A lo largo del tracto respiratorio existen una serie de receptores que son sensibles a estímulos químicos y mecánico.
Al estimularse estos receptores, envían una señal nerviosa hacia el bulbo raquídeo que desencadena una respuesta nerviosa de regreso que desciende por el nervio vago y los nervios laríngeos superiores, haciendo que tanto el diafragma como los músculos intercostales se contraigan, lo cual crea una presión negativa alrededor de los pulmones, que para contrarrestarla se llenan de aire a la vez que la glotis se cierra y las cuerdas vocales se contraen.
Tras ese instante, los músculos de la pared abdominal y otros músculos implicados en la espiración (salida) del aire se contraen, aumentando la presión sobre los pulmones. Acto seguido se abre la glotis y se relajan las cuerdas vocales, permitiendo así una salida brusca del aire, que se expulsa a más de 150 km/h, arrastrando de este modo los irritantes que puedan haber desencadenado el reflejo de la tos.
Causas de la tos
La tos puede estar provocada por diferentes patologías, siendo las principales:
- Infecciones del tracto respiratorio (víricas o bacterianas)
- Tabaco
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC)
- Fármacos, especialmente los IECAs
- Asma
- Rinitis de cualquier tipo (alérgica, vasomotora, con o sin goteo nasal posterior)
- Reflujo gastroesofágico (RGE)
- Insuficiencia cardíaca
- Contaminación aérea u otros irritantes químicos
- Otras: bronquiectasias, cáncer bronquial, tuberculosis, postinfecciosa, psicógena,…
Tipos de tos
En función de su duración la tos puede ser aguda (la más habitual) si dura menos de tres semanas y se instaura de forma brusca, subaguda si dura entre tres y ocho semanas, y crónica a partir de las ocho semanas de duración, siendo las principales causas de esta última la EPOC, el asma, el tabaco y el uso de IECAs.
Un diferenciación esencial para el tratamiento de la tos es si ésta es productiva, es decir, si la gran mayoría de las veces que se tose se expulsa material mucoso, independientemente de la coloración de esta mucosidad, o no productiva (seca), una tos irritativa con la cual no se expele mucosidad, lo que popularmente se llama tos perruna.
Diagnóstico
El diagnóstico de la tos es evidentemente clínico, con la observación de la misma y valorando sus características, tanto en lo que respecta a la producción de mucosidad o no, como a la duración de la misma. Siempre es conveniente hacer una correcta exploración del área otorrinolaringológica así como una auscultación pulmonar.
En función de la patología que se sospeche como causante de la tos se pueden realizar otras pruebas diagnósticas si fuese preciso, como una radiografía de tórax, una espirometría con broncodilatadores, una tomografía axial computadorizada (TAC), un estudio del esputo o un pH-metría de 24 horas si existe sospecha de que la causa sea el RGE, en cuyo caso la tos suele ser nocturna o al producirse al estar estirado.
Tratamiento
El tratamiento de la tos diferirá mucho en función de la causa y sus características. Si la tos que se tiene es productiva, es decir, se arranca mucosidad con la mayoría de accesos de tos, no conviene cortarla, ya que es el mecanismo natural del organismo para deshacerse de los irritantes que están causándola.
Lo que se tiene que hacer en este caso es fluidificar las secreciones mucosas para que el esfuerzo tusígeno sea el menor posible al expulsarlas. Lo mejor que existe para ello es el agua, beber grandes cantidades de agua en cualquier forma (agua sola, zumos, infusiones). Existen fármacos mucolíticos como la acetilcisteína o la carbocisteína que ayudan a desleír el moco y permiten que en su composición entre más agua y, por lo tanto, sea más sencillo expulsarlo.
Por el contrario, si la tos es irritativa, no aporta nada, no arranca mucosidad, sí se pueden emplear entonces fármacos para cortarla, pues cuanto más se tose, más se irrita la vía aérea y se crea un círculo vicioso. Existen diversos fármacos, como el dextrometorfano o la cloperastina, así como fármacos opiáceos como la codeína, que tiene más efectos secundarios al ser un opiáceo.
En casos de tos crónica que no responde al tratamiento se pueden probar también corticoides inhalados o bromuro de ipratropio, siempre bajo la supervisión de un médico. La tos causada por el RGE se suele tratar con inhibidores de la bomba de protones como el omeprazol. La tos que es debida a otros procesos más específicos deberá ser tratada siempre por el otorrinolaringólogo o el neumólogo con tratamientos dirigidos a erradicar la causa de la misma.
Ante cualquier síntoma lo más adecuado es consultar al médico, MAPFRE en su Seguros de Salud incluye un Programa de Medicina Preventiva orientado a cuidar la salud de toda la familia.
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