Otros nombres por el que es conocida la costocondritis es dolor de la pared torácica o síndrome costoesternal. Puede causar un dolor agudo y punzante en el pecho, pero, en general, se trata de una afección inofensiva que suele desaparecer por sí sola al cabo de dos o tres días, aunque a veces las molestias pueden durar varios meses.

Cómo se produce

El esternón es un hueso plano y alargado que está en el centro del pecho que desciende desde la base del cuello hasta la parte alta del abdomen. Las costillas se conectan a él mediante un cartílago elástico en unos puntos llamados articulaciones costoesternales. Son estas articulaciones las que se inflaman y donde surge la costocondritis, afectando a una o a más de dichas articulaciones.

Cuál es la causa

Las causas no están claras. En algunos casos se puede relacionar con la práctica de ejercicio intenso o bien tras hacer un sobreesfuerzo, como levantar objetos pesados o toser intensamente.

Signos y los síntomas

El principal signo de la costocondritis es el dolor agudo e intenso. Suele afectar sobre todo al lado izquierdo del esternón, pero también puede presentarse en el derecho. El dolor puede empeorar al hacer respiraciones profundas, toser, mover la parte superior del cuerpo o presionar el área afectada. El dolor se alivia levemente cuando se está en reposo o respirando superficialmente, pero generalmente no desaparece por completo.

El dolor propio de la costocondritis puede asustar bastante, sobre todo en pacientes adultos. A muchos adolescentes les preocupa que ese dolor pueda indicar que están sufriendo un ataque de corazón. Hay que recordar que los infartos de miocardio son extremadamente raros en adolescentes. A pesar de esto, si se sufre un dolor de estas características, debe ser valorado por el pediatra.

Diagnóstico

Acudir al pediatra es fundamental para una correcta orientación. Para diagnosticar una costocondritis es necesario saber las características del dolor y palpar la zona afectada, que será dolorosa a la presión. No se suele poder detectar una costocondritis a través de radiografías u otras técnicas de diagnóstico por la imagen. De todos modos, es posible que el médico solicite este tipo de pruebas a fin de descartar otras posibles causas de dolor torácico, como una neumonía.

Tratamiento

Muchas costocondritis se resuelven por sí solas sin necesidad de tratamiento en unos pocos días o semanas, aunque en algunos casos pueden durar más tiempo. Para aliviar el dolor se pueden emplear los analgésicos habituales e intentar reposar al máximo, evitar los movimientos o ejercicios que aumenten el dolor y aplicar calor seco (esterilla) en la zona dolorosa.

¿Se puede prevenir?

No se sabe con exactitud cuál es la causa de una costocondritis por lo que prevenirla es complicado. Pero, si ya se ha sufrido un episodio previo, podemos adoptar las siguientes precauciones:

  • Evitar las actividades o movimientos que hayan podido ocasionarla.
  • Evitar el trasporte de objetos pesados como mochilas muy pesadas llenas de libros. Los estudiantes se exponen a un mayor riesgo de padecer costocondritis, sobre todo cuando se cuelgan la mochila de un solo hombro.

Lo más importante es insistir en que la costocondritis no es una afección grave, aunque es evidente que puede asustar bastante a quien la padece, por lo que debe consultarse.

Lo que debes saber…

  • Es una de las causas más frecuentes de dolor torácico en niños y adolescentes.
  • El dolor propio de la costocondritis puede asustar bastante. A muchos adolescentes les preocupa que ese dolor pueda indicar que están sufriendo un ataque de corazón.
  • Muchas costocondritis se resuelven por sí solas sin necesidad de tratamiento en unos pocos días o semanas, aunque en algunos casos pueden durar más tiempo.