¿Qué es el cuádriceps?

El cuádriceps femoral es el músculo más fuerte del cuerpo humano, está situado en la parte anterior del muslo y se llama así porque está formado por cuatro músculos: recto femoral, vasto externo, vasto interno y crural. Es un músculo imprescindible para que podamos ser independientes en las actividades de la vida diaria como andar, subir escaleras, saltar, correr o sentarnos y levantarnos de una silla.

¿Cómo se produce la lesión?

Cualquiera de estos músculos puede sufrir desgarros o rotura aunque es el músculo recto anterior o femoral el que con más frecuencia se lesiona, fundamentalmente en deportistas al realizar actividades como chutar, correr, practicar artes marciales, etc.

Este músculo atraviesa la articulación de la cadera y la rodilla y nos permite flexionar la cadera y extender la rodilla.

Además de la práctica deportiva (la causa más común) hay algunos factores que pueden favorecer que aparezca esta lesión como son los pacientes gotosos, diabéticos, obesos, pacientes con insuficiencia renal o que precisan tomar antibióticos que contenga quinolonas y/o corticoides.

¿Qué se siente al romperse el cuádriceps?

Los síntomas de rotura del cuádriceps son dolor en la cara anterior del muslo, sobre todo al extender la rodilla, más o menos extenso en función de la magnitud de la rotura; dificultad para extender la rodilla o flexionar la cadera; y también puede aparecer hematoma sobre la lesión y/o aumento del volumen de la zona por edema provocado por la inflamación con aumento de la temperatura de la piel a ese nivel.

Tipos de rotura del cuádriceps

Cuando hablamos de rotura de fibras del cuádriceps, no siempre se afecta todo el músculo. Se distinguen 4 grados:

  • Grado I: se le denomina distensión o microrrotura, afecta a menos del 5% del espesor del músculo. Se recupera con facilidad, su diagnóstico y seguimiento suele ser complicado con ecografía musculoesquelética.
  • Grado II: rotura de <3cm, puede aparecer hematoma o equimosis dependiendo del nivel de las fibras afectadas. Su recuperación es más lenta.
  • Grado III: la rotura es mucho más grave (> 3 cm). El síntomas principal, además del dolor, es la depresión de un segmento en la cara anterior del muslo. Su tratamiento suele ser médico quirúrgico.
  • Grado IV: el músculo padece una división de sus fibras en un 100%, considerándose una rotura muscular total. Se palpa el signo del hachazo que comprende el abultamiento superior o inferior de uno de los músculos del cuádriceps que se hace evidente. Su recuperación sólo se puede lograr a través del tratamiento médico quirúrgico.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico se realiza tras la historia al paciente que refiere como se realizó la lesión, exploración física con palpación de la zona y movilidad de la extremidad que nos dará idea de la extensión. En ocasiones puede precisarse una ecografía o resonancia magnética (RM) para confirmación.

¿Cómo se trata?

El tratamiento dependerá de diversos factores como el grado de la lesión, tiempo de evolución, posibilidades de practicar rehabilitación y herramientas de las que disponga el fisioterapeuta. También hay que tener en cuenta que cada persona tiene un ritmo de recuperación y reparación tisular (hay quien una herida cicatriza rápido y otros de forma tortuosas).
Un deportista no se recupera de una lesión igual que una persona que no practica ningún deporte. Después de la lesión debemos parar la actividad y ponerte en manos de un profesional.

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En casos leves y como recomendación podemos proponer:

  • La primera semana reposo, aplicación de hielo, automasaje suave.
  • La segunda semana se puede iniciar con ejercicios sencillos para activación de la movilidad.
  • La tercera semana se puede poner algo de calor suave, vendaje compresivo y comenzar a estirar de manera progresiva hasta llegar a iniciar la carrera suave.
  • Tras un mes se puede ir aumentando la duración y la intensidad de los estiramientos, carrera y masaje profundo o tipo cyriax.

Lo que debes saber…

  • El cuádriceps es un músculo imprescindible para que podamos ser independientes en las actividades de la vida diaria como andar, subir escaleras, saltar, correr o sentarnos y levantarnos de una silla.
  • Cualquiera de los cuatro músculos que lo forman puede sufrir desgarros o rotura aunque es el músculo recto anterior o femoral el que con más frecuencia se lesiona, fundamentalmente en deportistas al realizar actividades como chutar, correr, practicar artes marciales, etc.
  • El tratamiento dependerá de diversos factores como el grado de la lesión, tiempo de evolución, posibilidades de practicar rehabilitación y herramientas de las que disponga el fisioterapeuta.