El hueso se compone, entre otros elementos, de matriz ósea y de mineral óseo. En la osteomalacia disminuye la mineralización, pero la matriz ósea está proporcionalmente aumentada. Esto lo distingue de la osteoporosis, en la que tanto la matriz como el mineral óseo están disminuidos.

¿Qué causas tiene?

Para una correcta mineralización del hueso son necesarios el calcio y el fósforo (que forman cristales de hidroxiapatita) y la vitamina D. Es necesario un aporte suficiente de los tres elementos para que ocurra de forma adecuada. Por tanto, la osteomalacia puede tener causas distintas:

  • Déficit o función alterada de la vitamina D: es la causa más frecuente. Puede ocurrir por un aporte insuficiente en la dieta, por escasa exposición al sol, por alteraciones en la absorción de vitamina D por algunas enfermedades digestivas, enfermedades renales (como el síndrome nefrótico) o por resistencia de los tejidos a la acción de la vitamina D.
  • Disminución del fósforo, que puede ocurrir por causa idiopática o familiar, enfermedades del riñón como la acidosis tubular renal, por algunos tipos de cáncer que producen osteomalacia oncogénica y por otras enfermedades más infrecuentes como la diabetes fosfatúrica.
  • Disminución del calcio, por aporte insuficiente o por aumento en la eliminación por la orina (hipercalciuria).
  • Fármacos: algunos antiepilépticos, bifosfonatos, algunos antibióticos (como la rifampicina y la isoniazida), y colestiramina.

¿Qué síntomas tiene?

Los síntomas de la osteomalacia son sutiles, siendo la forma más frecuente de osteomalacia la llamada subclínica, es decir, la que no produce síntomas. Cuando aparecen síntomas, estos pueden consistir en dolor óseo generalizado, más frecuente en huesos largos, como los de las extremidades, y dolor en las costillas y la pelvis, que empeora al hacer esfuerzos y – por la noche. También puede aparecer dolor y debilidad muscular en contexto de déficit de vitamina D. Además, es más alto el riesgo de fracturas óseas cuando hay osteomalacia.

¿Cómo se trata?

El tratamiento de la osteomalacia consiste en tratar la causa que lo produce. Como hemos comentado, la causa más frecuente es el déficit de vitamina D, que habrá que constar mediante analítica de sangre, y suplementar cuando esté indicado.

Medidas de prevención

Respecto a la prevención de la osteomalacia, deberemos asegurar aportes suficientes de vitamina D:

  • Calcio y fósforo mediante la dieta, que ocurre siempre que tenemos una dieta equilibrada que incluya frutas, verduras, legumbres, pescados azules, lácteos enteros o semidesnatados, huevos y frutos secos, entre otros.
  • También ayudará a un correcto metabolismo óseo la exposición al sol de forma controlada, evitando las horas centrales del día en las que el sol puede generar quemaduras solares y las exposiciones prolongadas.
  • El ejercicio físico tiene un efecto positivo en el metabolismo y mantenimiento óseo, por lo que realizar ejercicio al aire libre a primera hora de la mañana o último de la tarde puede ser muy beneficioso.

Lo que debes saber…

  • La osteomalacia es una enfermedad de los huesos que ocurre de forma generalizada, es decir, en todo el cuerpo a la vez, y que se produce por un déficit en la mineralización de la matriz ósea.
  • Los síntomas de la osteomalacia son sutiles, siendo la forma más frecuente de osteomalacia la llamada subclínica, es decir, la que no produce síntomas. Cuando aparecen síntomas, estos pueden consistir en dolor óseo generalizado, más frecuente en huesos largos, como los de las extremidades, y dolor en las costillas y la pelvis, que empeora al hacer esfuerzos y puede empeorar también por la noche.
  • Respecto a la prevención de la osteomalacia, deberemos asegurar aportes suficientes de vitamina D, calcio y fósforo mediante la dieta, que ocurre siempre que tenemos una dieta equilibrada.

Ante cualquier duda sobre una dieta correcta en aporte de vitamina D, calcio y fósforo puedes consultar con cualquiera de los especialistas en nutrición del Seguro MAPFRE Salud.

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