En primer lugar y antes de explicar qué tratamientos se pueden dar para tratar las infecciones urinarias, veamos qué tipos hay, ya que esto sí influye en su manejo. Se pueden clasificar según dónde se localiza la infección en el sistema urinario. Existen dos tipos:

  • Infección del tracto urinario inferior: cuando afecta a vejiga, uretra y próstata (en varones).
  • Infección del tracto urinario superior: riñones y uréteres.

Otra manera de clasificarlas puede ser según la severidad de ésta:

  • Infección urinaria no complicada: infección urinaria aguda, esporádica o recurrente del tracto inferior (cistitis no complicadas) y/o superior (pielonefritis no complicadas), limitada a mujeres sanas.
  • Infección urinaria complicada: cuando afecta a varones, embarazadas, pacientes con anomalías anatómicas en la vía urinaria, portadores de catéteres, cuando existe enfermedad renal y/o otras concomitantes (ejemplo, diabetes).
  • Infección urinaria recurrente: recurrencias de infecciones urinarias no complicadas y/o complicadas, con una frecuencia de al menos tres ITU/año o dos ITU en los últimos seis meses.
  • Bacteriuria asintomática: se aíslan gérmenes en los cultivos de orina sin presencia de síntomas.

También es importante remarcar que cuando tenemos síntomas de infección de orina (escozor al miccionar, fiebre, dolor bajo vientre, sangrado en la orina…) hemos de acudir a una consulta médica para que nos puedan confirmar el diagnóstico (tira reactiva orina, uroanálisis…). Nunca hay que automedicarse ya que podría tratarse de otro tipo de infección o que se tenga que recurrir a otro antibiótico diferente para evitar las resistencias. Por este motivo, en todas las farmacias se exige (o se tendría que exigir) receta médica realizada por un profesional médico para poder dispensar el antibiótico.

Si notas cualquier síntoma debes acudir a tu médico de cabecera para que pueda estudiar el caso y pautar el tratamiento a seguir. También puedes acudir al servicio de urgencias si lo consideras oportuno. Con el Seguro MAPFRE de Salud cuentas con un importante cuadro médico de profesionales especializados en diferentes áreas para que siempre estés en buenas manos.

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¿Cómo las tratamos?

Si nos enfocamos en el manejo de las infecciones, los tratamientos de elección una vez confirmado el diagnostico son los antibióticos. Según qué tipo de infección tengamos, optaremos por una familia de antibióticos u otra. Veamos un cuadro a modo resumen de los antibióticos más comunes en el tratamiento de las infecciones de orina.

Antibiótico

Fosfomicina-Trometamol

Amoxicilina-ácido clavulánico

Cefalosporinas

Quinolonas

Nitrofurantoina

Cotrimoxazol

Uso

Infección de orina no complicada en una mujer de cualquier edad sin enfermedades

En varones se puede usar, pero en pauta más larga

NO es de primera elección en una infección simple debido a resistencias y aparición de infecciones por otras cepas.

Alternativa en embarazo.

1ª elección en niños

Profilaxis antes del recambio de una sonda

Infección orina en los sondados.

Uso de 2ª línea en infección orina en mujer sana

Infecciones complicadas

Se pueden usar en embarazo

Infecciones no complicadas

Bacteriuria asintomática

Prevención de recurrencias

Se puede usar en embarazadas (evitar en tercer trimestre)

Alternativa cuando alergia a penicilina

Pauta

3 g dosis única (1 día).

*en varones: 3g primer día, a las 36 horas dar 2º dosis.

500/125 mg 1 comp /8 horas 7- 10 días.

875/125mg 1 comp/8-12 horas 7-10 días.

Diferentes pautas y posologías según tipo infección

7-10 días, 15 días o incluso más (pauta varía mucho según severidad de la infección).

7 días (en algunos casos, puede ser 3-5 días)

De 2 a 4 veces al día según infección

Efectos secundarios

Problemas digestivos

Gastrointestinales

Reacciones hipersensibilidad, disminución glóbulos blancos y rojos…

Efectos neurológicos, cardíacos y musculoesqueléticos (ej: tendinitis Aquílea)

Efectos sobre el hígado, pulmón…

Efectos sobre hígado, riñón…

También existen tratamientos no farmacológicos que nos pueden ayudar a combatir estas infecciones (siempre junto al antibiótico de elección).

  • Probióticos: uso por vía tópica (vaginal). Importante que contenga Lactobacillus spp. *no hay evidencia científica al respecto para recomendar firmemente este tratamiento*.
  • Preparados de arándanos rojos.
  • D-manosa de liberación prolongada 24h: es un tipo de azúcar que bloquea bacterias impidiendo que se enganchen en la pared de la vejiga. Útil en infecciones después del coito, en infecciones recurrentes en embarazadas… *evidencia científica demostrada.
  • Estrógenos tópicos vaginales en mujeres menopáusicas para reducir sequedad vaginal que sí se ha demostrado que puede influir en la aparición de infecciones de orina.
  • Instilaciones dentro la vejiga de ácido hialurónico o glicosaminoglicanos para reponer el recubrimiento de la pared vesical. *se están realizando más estudios al respecto.
  • Autovacunas: se usan cepas bacterianas inactivadas que estimula respuesta inmune.

Lo que debes saber:

  • Ante síntomas de infección de orina (escozor al miccionar, fiebre, dolor bajo vientre, sangrado en la orina…) hemos de acudir a una consulta médica para que nos puedan confirmar el diagnóstico (tira reactiva orina, uroanálisis…), nunca automedicarse.
  • Si nos enfocamos en el manejo de las infecciones, los tratamientos de elección una vez confirmado el diagnostico son los antibióticos. Según qué tipo de infección tengamos, optaremos por una familia de antibióticos u otra.
  • También existen tratamientos no farmacológicos que nos pueden ayudar a combatir estas infecciones (siempre junto al antibiótico de elección).