Fresas: ¿Cuáles son sus beneficios nutricionales?
Resumen del contenido
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Aunque hoy en día la oferta casi constante de muchos productos frescos a menudo nos “despista” acerca de cuál es su temporada, debemos tener en cuenta la estacionalidad, ya que así los podremos saborear en sus condiciones óptimas y a menor precio. En el caso de las fresas, además, éstas nos anuncian el buen tiempo y resultan una fruta ideal por su frescura y jugosidad en postres y otros platos donde nos proporcionan fibra, vitaminas, minerales… y un toque de color.
Beneficios
Las fresas son una fruta muy rica nutricionalmente si tenemos en cuenta los micronutrientes que nos aportan: contienen vitaminas como la C, el ácido fólico, y en menor cantidad vitamina E, son ricas en potasio y en sustancias bioactivas como los ácidos cítricos, málico, salicílico y oxálico, y son una fuente de fibra y de agua. Además, en comparación con otras frutas son pobres en azúcares lo que repercute en su contenido calórico, que es bajo. El error es tomarlas asiduamente con alimentos ricos en grasas o azúcares.
Tanto la vitamina C, como la vitamina E y los antocianos, también presentes en fresas y fresones, son componentes de reconocida acción antioxidante. Los fresones son una de las frutas más ricas en vitamina C (100 g de fresas cubren las necesidades diarias de esta vitamina). De hecho, se aconseja tomar diariamente una ración fruta rica en vitamina C, y entre ellas, además de las fresas que la contienen en abundancia, hayamos kiwis, naranjas, mandarinas, grosellas, limas, limones, pomelos…
¿A quién conviene y a quién no?
Las fresas y fresones son bien tolerados por la mayoría salvo en determinadas excepciones que citamos más adelante.
- Para reforzar las defensas en personas con necesidades incrementadas de vitamina C. Necesitan mayores cantidades de vitamina C las personas inmunodeprimidas y/o con infecciones recurrentes, las personas con altos niveles de estrés, los deportistas, las embarazadas, las personas con patologías inflamatorias crónicas, etc.
- Contra la anemia ferropénica. Esto no se debe al contenido en hierro de las fresas sino por la vitamina C que contienen, esta vitamina contribuye a la mayor absorción del hierro de la dieta facilitando la reposición de hierro y evitando situaciones carenciales. Necesitan mayor aporte de hierro los deportistas, las mujeres en edad fértil y especialmente durante la gestación, etc.
- En el embarazo o situaciones en las que se requiera un mayor aporte de ácido fólico. Las fresas son ricas en folatos que resultan imprescindibles en procesos de división celular como los que se producen especialmente en los primeros meses de gestación. Un aporte suficiente de ácido fólico en esta etapa disminuye la probabilidad de alteraciones en el desarrollo del sistema nervioso central del feto.
- Patologías cardiovasculares o hipertensión. La composición de las fresas, ricas en potasio y bajas en sodio, resulta ideal para personas que padezcan estas patologías.
- Para personas que padecen hiperuricemia o gota y litiasis renal. Esto se debe a que las fresas poseen efecto diurético y favorecen la eliminación de ácido úrico y sus sales. En el caso de la litiasis renal, existe una excepción como apuntamos más abajo.
- En casos de hipercolesterolemia y litiasis biliar. El contenido en fibra de la fresa contribuye a una menor absorción del colesterol procedente de la dieta y también se une a sales biliares favoreciendo una mayor excreción de estos compuestos a través de las heces.
- Contra el estreñimiento. La fibra mejora el tránsito intestinal, combatiendo el estreñimiento, y acorta el tiempo en que las sustancias tóxicas están en contacto con la mucosa intestinal, lo que ayuda a prevenir patologías como el cáncer de colon.
- Para personas que toman diuréticos, o en personas que padezcan episodios de vómitos. En estos casos las pérdidas de potasio son mayores y el consumo de fresas contribuirá a regular los niveles de este mineral en nuestro organismo.
No resulta conveniente en caso de:
- Personas alérgicas a las fresas o fresones. En este caso se debe evitar tomarlas (también otros alimentos que hayan entrado en contacto con fresas o con utensilios utilizados para la manipulación de fresas o fresones y no hayan sido lavados). Serán especialmente sensibles las personas con alergia a los salicilatos que contienen tanto fresas como fresones y que pueden provocar urticaria.
- Litiasis renal por cálculos de oxalato cálcico. Aunque las fresas por lo general se consideren beneficiosas en casos de litiasis renal, se desaconseja su consumo en el caso que los cálculos renales sean de oxalato cálcico, pues las fresas y fresones constituyen una fuente de oxalato.
- Casos de insuficiencia renal o con necesidad de realizar dietas controladas en potasio. Las fresas son una fuente de este mineral y, por tanto, su consumo se debe controlar para no excederse en la ingesta de potasio.
La mejor época para su consumo va de final de invierno a principios de verano, de marzo a julio, puesto que su maduración se produce durante todo este periodo. No debemos manipularlas en exceso ni exponerlas al calor y debemos mantener las hojitas intactas hasta justo antes de servir. También debemos dejar el lavado para el último momento, y evitar tenerlas en remojo para que no pierdan propiedades.
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Lo que debes saber…
- Temporada: de marzo a junio.
- Propiedades: rica en antioxidantes, fibra y minerales. Baja en calorías y azúcares.
- Aliada en: hipertensión, colesterol, estreñimiento, embarazo y defensas bajas.
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