Resumen del contenido
El helado tiene como principales ingredientes la leche, la nata, el cacao, las grasas vegetales, los azúcares, los huevos, los frutos secos, la fruta, el turrón, las galletas… pero desde el punto de vista nutritivo se puede establecer una clasificación:
- Helados a base de nata y leche.
- Helados a base de agua (como los polos, sorbetes y granizados).
- Los postres helados, que contienen gran variedad de ingredientes.
El helado tal como lo conocemos actualmente es un complejo alimento, fruto del avance de la tecnología alimentaria. Se trata de una mezcla homogénea con aire en su interior que hace que lo degustemos en forma de espuma sin que percibamos los diminutos cristales de hilo de su interior. Las formas de consumo de los helados se han sofisticado mucho y la variedad de sabores de es espectacular.
Nutrientes de los helados
Los helados a base de nata o crema contienen entre 200 y 250 Kcal por 100 g. El valor proteico es de unos 5 g por 100 g y suelen contener más de un 10% de grasas, generalmente saturadas.
El contenido calórico de los polos y demás helados de hielo es mucho menor ya que no contienen grasas y su valor proteico es casi nulo. Los hidratos de carbono que proporcionan los helados son, aproximadamente, el 25% de su peso en forma de azúcares como la sacarosa y la glucosa, aunque también existen helados con fructosa o edulcorantes.
En cuanto a las vitaminas y minerales, su contenido dependerá fundamentalmente de la leche y el huevo si es que el helado los contiene. Los helados de leche o nata son ricos en calcio y las principales vitaminas son la riboflavina y la vitamina A. Los de agua apenas contienen micronutrientes.
¿A quién conviene y a quién no?
Al existir tanta variedad de helados cuesta generalizar puesto que, por ejemplo, una persona intolerante a la lactosa no podrá consumir los helados de nata, leche y crema, pero no tendrá ningún problema con los helados de hielo.
Se aconsejan para:
- Anorexia y/o caquexia: En personas que padezcan estados de desnutrición y/o poca sensación de hambre y tengan saciedad precoz debemos potenciar los alimentos de gran valor nutritivo y poco volumen como es el caso del helado.
- Xerostomía o falta de salivación: Cuando se sufre sequedad bucal, que puede estar ocasionada por diferentes patologías o tratamientos, buscaremos alimentos jugosos y fáciles de consumir con poca salivación. Los helados, especialmente los de hielo son una opción muy buena para hidratar la boca y ofrecer la frescura que le falta a una boca seca.
- Altas necesidades nutritivas y energéticas: Al ser un alimento con alta densidad nutritiva nos sirve para aportar buena cantidad de nutrientes y energía en poco volumen de alimento. Si lo que valoramos es su aporte nutritivo debemos optar por las variedades a base de leche.
No resultan adecuados para:
Personas con sobrepeso u obesidad. Por lo general los helados son alimentos calóricos, aunque es cierto que existen variedades muy diversas y algunos ejemplares son menos energéticos. No va a constituir por norma un alimento que deba incluirse en la dieta de personas con exceso de peso, sino que su consumo se debe limitar a ocasiones puntuales y esporádicas.
Consejos de compra y conservación
Al comprar un helado debemos valorar qué tipo de helado queremos y su calidad nutritiva. Para ello debemos revisar el etiquetado y especialmente el listado de ingredientes. Teniendo en cuenta que los alimentos aparecen en el listado de ingredientes ordenados de mayor a menor contenido buscaremos que los primeros ingredientes sean leche o nata, cacao, frutos secos, etc. Si es posible evitaremos aquellos con grasas trans o hidrogenadas.
La conservación de los helados debe ser en congelación. Al comprarlos se deben coger justo antes de pagar, para evitar que se descongelen. Si esto sucede y luego se congelan de nuevo en el congelador doméstico se crearán cristales de hielo de mayor tamaño que notaremos al consumirlos, así pues disminuirá su calidad organoléptica, además del riesgo sanitario que comporta romper la cadena del frío.
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Lo que debes saber…
- Beneficios: refresca y proporciona energía y, si es de calidad, también nutrientes interesantes.
- Ideal en: personas con poco apetito, necesidades energéticas elevadas y sequedad bucal.
- En caso de sobrepeso u obesidad debe limitarse su consumo, sobre todo si son a base de leche o nata.