Resumen del contenido
Hoy en día podemos encontrar restaurantes y tiendas con todo tipo de comida, y con ofertas que comprenden las delicias culinarias de cada país, acercándonos productos que no son típicos de nuestra gastronomía. Pero, aparte de vegetales propios de cada zona de cultivo o de las distintas formas de preparación, actualmente también podemos degustar “alimentos” que en nuestra cultura raramente hemos considerado como tales. ¿Grillos, violetas, gusanos de la harina, begonias, semillas de chía…? ¿Son alimentos?
¿Qué son los nuevos alimentos?
La Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN) define que cuando hablamos de «nuevos alimentos» podemos estar hablando de estos productos:
- Alimentos que se consumen fuera de la Unión Europea y dentro de ésta no ha sido habitual su consumo durante los últimos años, como podrían ser los insectos.
- Alimentos producidos utilizando nuevas tecnologías y procesos de producción. Como los alimentos tratados con radiaciones ultravioletas.
- Alimentos de reciente creación o innovadores, como el aceite de Krill antártico (el Krill es una especie de camarón diminuto, del que desde hace unos años se extrae aceite).
Comer flores
A pesar de que las flores, o partes de ellas, se consumen desde hace mucho tiempo, pues el azafrán, sin ir más lejos, son los estigmas de una flor, o del brócoli, por ejemplo, también consumimos la parte floral, normalmente antes que se empiece a abrir, etc., las flores, cada vez se utilizan más tanto para aderezar como para ornamentar los platos.
Este pasado verano los medios se hicieron eco de un trabajo de la universidad de Granada que hacía una llamada de atención sobre la falta de legislación sobre flores comestibles. Pues sí existe regulación al respecto, por ejemplo, límites máximos de determinados componentes en diferentes tipos de flores, pero faltaría detallar listados de ejemplares adecuados y no adecuados para el consumo, como sucede con las setas.
Aporte nutricional de las flores
Las flores son alimentos vegetales muy ricos en agua que contienen además vitaminas, minerales y diferentes tipos de sustancias bioactivas. Ahora bien, en la cantidad en las que las solemos tomar, hablamos de flores más bien ornamentales como las violetas, los geranios o el pensamiento, no del brócoli ni ejemplos similares, su interés no es precisamente el contenido nutricional, pues vamos a ingerir una pequeña cantidad. En este caso, el color, la textura y el aroma es lo que se busca al incluirlas en un plato.
Si queremos incluir flores en la elaboración de nuestros platos, siempre debemos escoger las que se hayan cultivado con la finalidad de ser consumidas. Debemos tener en cuenta que, aunque existan especies de plantas con flores comestibles, no debemos consumirlas si se han cultivado para fines ornamentales. Los productos con los que se deben tratar las flores de consumo alimentario son productos específicos para tal fin, igual que sucede con el resto de los alimentos.
Comer insectos
Años atrás se inició el comercio de insectos, pero la legislación española tenía un vacío legal en este sentido. Actualmente, los insectos están incluidos en la definición de «nuevo alimento» del nuevo Reglamento, que prevé dos tipos de procedimientos aplicables a los insectos:
la solicitud de autorización de nuevos alimentos, o la notificación como alimento tradicional de terceros países, que se basará en el historial de uso alimentario seguro en un tercer país, de manera que tales alimentos deben haber sido consumidos en al menos un tercer país durante por lo menos 25 años como parte de la dieta habitual de un número significativo de personas.
Por ello para iniciar la comercialización de una nueva especie de insectos para consumo humano se debe presentar una solicitud de autorización o de notificación y esperar a que la Comisión Europea lo incluya en la lista de la Unión.
Así hoy en día podemos adquirir grillos, escarabajos, escorpiones, hormigas y distintos tipos de gusanos que se consideran aptos para el consumo humano y aprobados por la legislación europea. No obstante, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) recomienda mayor investigación para obtener datos sobre la presencia de sustancias químicas en insectos criados o el uso de estos como parte de piensos para el ganado.
Aporte nutricional de los insectos
En cada tipo de insecto el contenido nutricional variará, pero se trata de pequeños animales que nos van a proporcionar principalmente proteínas. Y en el caso de las larvas, no será nada despreciable el contenido graso, parece ser que principalmente a base de ácidos grasos poliinsaturados.
También pueden aportarnos calcio, magnesio y vitaminas del grupo B. Pero, siendo realistas, igual que en el caso de las flores, excepto que llevemos una alimentación muy poco convencional para estar en Occidente, la cantidad de insectos que podamos consumir será anecdótica y no va a suponer, en principio, una gran diferencia nutritiva en nuestra alimentación.
¿Qué dice la normativa sobre estos nuevos alimentos?
Desde el 1 de enero de 2018 entró en vigor el Reglamento (UE) 2015/2283 del Parlamento Europeo y del Consejo de 25 de noviembre de 2015 relativo a los nuevos alimentos. Se consideran nuevos alimentos aquellos que no habían sido consumidos en gran medida por los seres humanos en la Unión Europea antes del 15 de mayo de 1997, que fue cuando entró en vigor el primer Reglamento sobre nuevos alimentos.
Para poder considerar como apto o válido un nuevo alimento, este dede ser:
- Seguro para los consumidores.
- Debe estar etiquetado correctamente, para no inducir a error a los consumidores.
- Si el nuevo alimento está destinado a reemplazar otro alimento, no debe diferir de una manera que el consumo del nuevo alimento sea nutricionalmente desventajoso para el consumidor.
- Por ello es necesaria la autorización previa a la comercialización de nuevos alimentos sobre la base de una evaluación de seguridad acorde con los principios anteriores.
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Lo que debes saber…
- Existe una reglamentación específica para regular la utilización de nuevos alimentos con la finalidad de asegurar que sean seguros y estén correctamente etiquetados.
- Desde hace muchos años consumimos flores o partes de ellas como las alcachofas o el azafrán, pero cada vez se comercializan más variedades.
- Los insectos forman parte de los alimentos incluidos en la nueva reglamentación de nuevos alimentos, quedando regulado de este modo su utilización como alimentos.