Resumen del contenido
Existen muchas herramientas para asesorar a la población sobre el consumo adecuado de alimentos. Desde los semáforos de nutrientes que exhiben algunos etiquetados, infografías sobre determinados alimentos o información destinada a grupos concretos de población, diferentes representaciones del llamado “método del plato” (o “el plato de Harvard”) para saber equilibrar nuestras ingestas, etc. Ahora bien, probablemente la imagen más popular para informar a la población sobre la alimentación saludable es la pirámide alimentaria. ¿Nos resulta útil?
¿De dónde surgió la idea de la pirámide alimentaria?
A pesar de lo que pueda parecer, la pirámide alimentaria es una herramienta que surgió en Suecia durante los años 70, a raíz de un inesperado incremento en los precios de los alimentos, de forma que se planteó una pirámide que tenía en su base los alimentos básicos más económicos. Más tarde, en 1992, cogiendo el mismo tipo de imagen, el departamento de agricultura de Estados Unidos planteó una pirámide para fomentar buenos hábitos de alimentación y dio lugar a lo que conocemos actualmente como pirámide de la alimentación.
¿Qué modelo seguimos actualmente?
En 2017 se presentaron las nuevas “Guías Alimentarias para la Población Española”, elaboradas por la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), la pirámide vigente hoy en día está contenida en dichas guías. Lo cierto es que su publicación no se ha librado de polémica y hoy en día se plantea la necesidad de reelaborar nuevas herramientas.
Bajo la pirámide alimentaria se sitúan consejos como recomendar: ejercicio físico, equilibrio emocional, mantenimiento del peso, técnicas culinarias saludables y la ingesta de agua. Sobre estos consejos se inicia la pirámide en sí y aparecen los principales puntos de discrepancia.
Puntos de controversia de la pirámide alimentaria
Los aspectos conflictivos que generan controversia en dicha pirámide son los siguientes:
- En la base de la pirámide alimentaria se sitúan los cereales y alimentos farináceos. Las recomendaciones actuales confluyen en la necesidad de fomentar el consumo de vegetales y hortalizas y, según ello, parece más razonable situar estos alimentos en la base y las harinas y cereales en un lugar superior. De este modo, nos estaríamos acercando más las proporciones que se aconsejan a través del “método del plato”.
- En la cúspide de la pirámide vemos la presencia de los suplementos que se indica como opción individualizada. A pesar de que se especifique como opción individual es cierto que estos productos no son alimentos y su presencia puede dar a entender su necesidad dentro de una alimentación saludable.
- Las bebidas fermentadas como el vino y la cerveza se presentan con la indicación de opcional, y de consumo moderado y responsable. A pesar de estar a un lado de la pirámide, la forma de presentarlas puede dar a entender que se aprueba su consumo dentro de una alimentación sana, mientas que las evidencias actuales no justifican el consumo de alcohol, ni siquiera en cantidades moderadas.
- En la punta de la pirámide podemos observar la presencia de chucherías, azúcar, bollería, caramelos… Alimentos que bajo la mirada de un nutricionista no pueden ser recomendados bajo la denominación de alimentación saludable y que, por ello, si se indican, debe ser fuera de las recomendaciones de este tipo de alimentación, o lo que sería lo mismo, fuera de la pirámide de la alimentación.
¿Existen otras propuestas?
La respuesta es sí, muchas, y cada país tiene diferentes referencias que seguir, algunas en forma de pirámide, en forma de rueda, etc. Distintas formas que sirven para aconsejar a la población la mejor manera de alimentarse. Hoy en día, gran parte de los nutricionistas apoyan y valoran positivamente ejemplos como los que nos ofrecen Bélgica y Australia.
La pirámide alimentaria australiana
En esta pirámide, las verduras, hortalizas y frutas ocupan la base favoreciendo cumplir con las recomendaciones de consumir cinco raciones diarias de alimentos de este tipo. En el segundo nivel se sitúan los cereales, dando prioridad a los integrales. En el tercer nivel, encontramos los lácteos y alimentos proteicos, incluyendo en ellos las legumbres y los frutos secos. Finalmente, en el cuarto nivel, las grasas saludables como el aceite de oliva. Por otra parte se especifica el agua como bebida de elección y se incentiva al consumo de especias y hierbas aromáticas, mientras se aconseja limitar el consumo de sal y azúcar.
La pirámide alimentaria belga
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- Analizando la conocida Pirámide de la Alimentación elaborada en el marco de las Guías Alimentarias para la Población Española, de la SENC, algunos profesionales de la nutrición plantean la necesidad de reelaborar nuevas herramientas.
- Algunos puntos crean controversia entre los expertos, como el hecho de situar los cereales en la base, que aparezcan dulces y chucherías (aunque sea en la cúspide), o la presencia de alcohol al lado de la pirámide.
- Otras propuestas como la Pirámide Australiana o la Pirámide Belga se están valorando positivamente como alternativas por gran parte de los nutricionistas.